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Fidel predijo el futuro de económico de Puerto Rico: la deuda y moratoria problemas viejos de los intereses capitales en contra de los pueblos PDF Imprimir Correo
Escrito por Ángel Pérez Soler / MINH   
Martes, 26 de Abril de 2016 10:15

fidel

«Fidel conocía bien la historia. Desde muy temprano en sus años de estudiante había forjado un amplio conocimiento de la situación económica de la región».



Introducción

El mes pasado se cumplieron 31 años de que el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz iniciara una jornada de lucha que buscaba denunciar la imposibilidad de pagar las deudas contraídas por los gobiernos de América Latina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y bancos megamillonarios del mundo.

En al menos tres publicaciones, Fidel utiliza sus dotes de “clarividente” (visionario de futuro), explicando por qué dichas deudas jamás serían saldas y representarían un eslabón más en la larga cadena neocolonial para Latinoamérica y el Caribe. Estos tres textos son dos entrevistas donde Fidel conversó con Ricardo Utrilla y Marisol Marín, ambos corresponsales de EFE1 y otra donde conversó con el académico estadounidense Jeffrey M. Elliot y el congresista Mervin M.  Dymally.2 El tercer texto, fueron las expresiones hechas por Castro en el Informe Central del Tercer Congreso de Partido Comunista de Cuba celebrado del 4 al 8 de febrero de 1986.3 En todas lo observamos analizando exhaustivamente  las condiciones económico políticas de América Latina y el impacto del imperialismo, particularmente de Estados Unidos, sobre las posibilidades de la creación de una economía que respondiera a los intereses de la región.

Es importante enmarcar los planteamientos de Castro en el contexto de la situación general de América Latina en ese momento, en que Estados Unidos había cambiado sus políticas hacía los países latinoamericanos. A principio de Siglo XX, Estados Unidos empleó lo que en la historia se conoce como la política del “garrote”, donde a la menor provocación invadía los países latinoamericanos mediante una política del “Buen Vecino”. Esta política, buscaba crear un consorcio “amistoso” donde Estados Unidos, prestaría ayuda financiara para sacar a los países de la región de la “pobreza”. Por su parte, América Latina había girado hacía el juego de la política democrática burguesa, donde se había repudiado con fuerza la instalación de gobiernos dictatoriales, en contra parte por gobierno escogidos “democráticamente”.  A pesar que dichos gobiernos se amparaban en procesos electorales, la mayoría estaban subordinados a los intereses capitalistas y banqueros de Estados Unidos. Ni tontos, ni perezoso, los círculos de poder de estadounidenses sabían que necesitaban limitar el avance de los movimientos progresistas que habían tomado auge en la década del 1970. A su vez, era de conocimiento general que la economía estadounidense había crecido más en la década 1970 que en el resto de su historia. El capital necesitaba economías periféricas, donde el excedente de su producción se vendiera fácilmente. ¿Quién mejor que los alrededor de 350 millones de personas que viven en la región para cumplir con ese cometido? Es así que entran los mercados estadounidenses en América Latina con mayor fuerza, obligando a los gobiernos latinoamericanos a tomar prestado para satisfacer las nuevas demandas del capital.  Es en este contexto que Fidel analiza las condiciones de las deudas y las repercusiones que tendría a largo plazo el haber incurrido en las mismas. Para beneficios de los lectores citaré fragmento de los tres documentos, para realizar un análisis histórico de la crisis que atraviesan varios países de América Latina, las batallas políticas generadas en los pasados años contra los Tratados de Libre Comercio y la situación económica de Puerto Rico, como jugador fundamental de la instalación de los nuevos modelos de neoliberalismo mundial.

Fidel y la deuda

Las deudas Latinoamericanas y Caribeñas tienen su génesis en el crecimiento desmedido de la producción capitalista en Estados Unidos. La necesidad de despachar la totalidad de las mercancías producidas, generaba gran interés en nuevos mercados, siendo América Latina y el Caribe la zona de más fácil para Estados Unidos. Así se inicia una larga historia donde se fuerza a los países latinoamericanos a tomar prestado cantidades exorbitantes de dinero para satisfacer las demandas construidas a raíz de la expansión de capital. Fidel conocía bien la historia. Desde muy temprano en sus años de estudiante había forjado un amplio conocimiento de la situación económica de la región. Usando dicho conocimiento histórico, Fidel denunciaba el cambio de política de Estados Unidos en la región donde solo bastaba con:  

“5,000,000 de dólares de deuda que no se pagaba originaba una intervención militar de Estados Unidos en Haití, o en Santo Domingo o en Nicaragua. Se intervenía por la deudas y sin respeto de ninguna clase, se intervino muchas veces en los países de Centroamérica y del Caribe”.4

Las intervenciones eran cada vez menos viables. La presencia de países no alineados ante las políticas imperiales hacía que hubiese una fuerza que denunciara la intervención como una violación a las reglamentaciones mínimas que se gestaban como pate de las políticas internacionales. Es así que Estados Unidos procesa nuevas formas de control, donde el factor es el amiguismo con políticos al servicio de sus intereses. Nos narra Fidel:

“Les han entregado una herencia nefasta: en Argentina 45, 000 millones de deuda externa; en Uruguay, 5, 500 millones; en Brasil, 104,000 millones lo que hereda Tancredo; la de Chile donde inevitablemente vendrán cambios, ascienden a 22,000 millones de dólares. En la época de la Unidad Popular, la deuda era de 4,000 millones, el precio del cobre no estaba tan deprimido y la situación se hacía muy difícil; claro, suprimieron los créditos externos, Estados Unidos adoptó medidas económicas contra su gobierno. Pero ahora los civiles reciben una herencia nefasta, tienen además una inflación enorme, inmanejable, tanto en Argentina como en Uruguay, como en Brasil, y gravísimo problemas sociales acumulados”.5

La fuerza principal de estas deudas estaba amparada en las inflaciones que creó el capitalismo  mundial para aumentar las ganancias y por consecuente explotar cada vez más los recursos de los países latinoamericanos. Nos narra Castro:

“La inflación hace inmanejable la economía. Los niveles de vida se han reducido en todos los países. En Argentina, yo calculo que se haya reducido el nivel de vida a un 65% de que había antes del ascenso de los militares al poder; en Uruguay, al 50% en Brasil, no conozco con exactitud, pero puede estar entre el 65 y el 70%...” 6

El efecto de esta situación llevó a que muchos gobiernos no pudieran hacer políticas que beneficiaran a los/as ciudadanos/as, ya que el FMI estaba detrás del pago de las enormes deudas contraídas para cubrir los gastos de inflación perpetrados por el capital financiero y las políticas leoninas de los intercambios de las producciones de los países latinoamericanos. Es a raíz de la presión ejercida de parte del FMI que los gobierno tuvieron que tirar a la calle sus ejércitos y policías a reprimir a la población, ya que los/as ciudadanos estaban protestando en la calle. Fidel narra el caso de México, Panamá y República Dominicana, los cuales vivieron momentos de tensión. A estos efectos, Fidel Castro señala el carácter impagable de las deudas.

“Algo muy importante, no es cuestión de renegociar la deuda, reescalonar la deuda y ofrecer plazos de 10 años, 12 años, 14 años y dar 3 años, 4 años, 5 años de gracia para pagar el capital; la deuda puede ser renegociada y no resuelve nada en lo absoluto, es que no puede pagar los intereses, el punto clave: no pueden pagar los intereses”. 7

Fidel, señalaba que la deuda Latinoamérica estaba calculada en 40 mil millones de dólares en intereses en ese entonces. El problema detrás de la deuda era que las economías de los países latinos no estaban destinados a los intereses de los pueblos, por el contrario las economías se distinguían por tener altas tasas de fuga de capitales y repatriación de ganancias de las empresas extranjeras en suelos de América Latina y el Caribe. La salida de capital neto estaba calculada en más de 55 mil millones de dólares y la deuda total en más de 360 mil millones de dólares.  Con gran manejo histórico, Fidel puntualizaba en la intención del gobierno de Estados Unidos con la política de Alianza para el Progreso  bajo el mandato de Kennedy, cuando este envió el mensaje de ayudas a los gobiernos las cuales ascendieron a más de 20 mil millones de dólares. El problema que veía Fidel era que dichas ayudas se habían quedado cortas, porque los fondos eran destinados a aumentar la presencia de instituciones estadounidenses en suelo latinoamericano, fomentando la política de distribución desigual de las riquezas, lo que tendría como efecto inmediato la incapacidad de destinar capital al pago de las deudas y más que todo la prestación de servicios. Ante eso Fidel llamaba la atención al plantear:

“para tener un alivio, un respiro, porque desde luego, aun así no se supera el problema, tendría que ser resuelto los problemas de intercambio desigual”. 8

Nuevamente, Fidel elevaba el asunto de la inflación y traía como el ejemplo el intercambio de producciones de los países desarrollados y los países en desarrollo. Utilizaba el tema de la agricultura como uno central. Exponía la grave situación de los productores de carne en Argentina o los productores de azúcar en Cuba. Planteaba que era imposible seguir reduciendo el costo de la mano de obra agrícola en contra de la producción industrial. La comparación se manejaba entre el costo de la producción de cientos de toneladas de productos agrícolas, los cuales no importando la tecnología siempre iba a tener costo altos de producción vis a vis las maquinas producidas por los países desarrollados. En palabras de Fidel:

“Los productos industriales de los países desarrollados se venden cada vez más caros y los productores del Tercer Mundo se venden cada vez más baratos. Allá se producen, por ejemplo equipos de la industria mecanizada que es una de las necesidades vitales del Tercer Mundo, medicamentos, productos químicos, con salarios ascendientes en ocasiones a 800 dólares, 1,000 dólares, 1,200 dólares al mes, para comprar café, cacao, banana, azúcar, henequén, semilla de marañón, té, fibra y otros muchos artículos es el Tercer Mundo que se producen con salarios de 50 dólares, 80 dólares, 100 dólares como  máximo al mes y ellos explica por qué si usted podía comprar un buldócer de 180 caballos en Japón o en Europa hace 20 años con 200 toneladas de azúcar, ahora necesitas 800 toneladas de azúcar para comprar el mismo buldócer, y eso pasa con el café, tabaco, cacao, con otros artículos fundamentales de los cuales vive el Tercer Mundo; lo mismo pasa con otros equipos industriales, tractores, camiones, al cual ahora se suma el intercambio desigual con un producto vital procedente de ciertas áreas del Tercer Mundo como es el petróleo, que ha venido a sumar el intercambio desigual, que sufrían muchos países subdesarrollados en sus relaciones comerciales con el mundo industrializado”. 9

A esta situación Fidel señalaba el lamentable escenario de países que no poseían petróleo en sus tierras nacionales, los cuales quedaban presos de las políticas injustas y desiguales de los intercambios comerciales y las exigencias de los países desarrollados en liquidar las políticas proteccionistas y sus leyes arancelarias. Todo esto se daba en busca de aumentar ganancias y monopolizar los mercados. Estados Unidos tiene como aseguradora de estas políticas a la fuerza militar, que a pesar que no era directa como a mediados de Siglo XX, si estaba presente por acuerdos de “seguridad” y políticas en contra de la “distribución de drogas”.

En febrero de 198610, Fidel hacía mención de los efectos de la inflación señalando que la misma aumentó alrededor de 5.9%, llevando la deuda a superar los 368 mil millones de dólares, a su vez pagando alrededor de 35 mil millones de dólares en intereses. La mayor preocupación de Fidel seguía siendo el intercambio desigual en las producciones, el saqueo económico que representaba la política de el “dumping” o fuga de capital y los efectos sociales que tenía esto para el desarrollo de economías que respondiera a atender las necesidades básicas de los pueblos. En palabras de Fidel:

“…el problema es que ayudó a convertir la deuda externa en un insuperable obstáculo, no solo para el desarrollo, sino incluso, para mantener los mínimos niveles de subsistencias alcanzados.”

Como señalábamos antes, Fidel denunciaba la imposición de medidas neoliberales e “inhumanas”11 del FMl, al obligar a los países deudores a crear políticas de austeridad, que mermaran servicios sociales y derechos adquiridos.

En contraparte, Fidel anunciaba la propuesta hechas por él y el Gobierno Revolucionario de Cuba, donde exhortaba a los países desarrollados a asumir las deudas financiándola con el 12% de lo que invertían en sus carreras armamentistas.  De forma estratégica relataba Fidel:

“No postulamos que quiebre el sistema financiero internacional, ni que los depositantes capitalistas industrializados pierdan su dinero, o que los contribuyentes tengan que pagar más impuestos”.

Fidel siempre ha sido uno de los portavoces más férreos en contra de las políticas de guerra y su inversión exagerada en mantener un sistema de muerte en el mundo. Añadía que la suspensión de la deuda por sí sola no resolverían los problemas de desigualdad imperantes en el mundo, que para trabajar ese asunto es de suma importancia crear un nuevo orden económico mundial donde se protegiera a los países en desarrollo del juego egoísta de los países desarrollados en  materia de inflación y fuga de capital. La propuesta incluía un asunto de solidaridad entre los pueblos, en el cual primara la vida humana contra las políticas de aumento desmedido de capital. Este tipo de política no fue posible hasta finales de Siglo XX y principio del Siglo XXI, cuando impulsado por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela; Hugo Chávez Frías y el propio Fidel Castro inauguraron mecanismo de intercambio solidario entre los pueblos con la Alianza Bolivariana para los Pueblo mejor conocida como ALBA. Al ALBA, se unieron esfuerzos continentales como el caso de PetroCaribe y la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericano y Caribeños (CELAC). En el poco tiempo de implementación de estas políticas hemos sido testigos de la merma en las tasas de alfabetización en tierras latinoamericanas, el incremento en las producción de los países de la región y más importante aún, la redistribución de las ganancias ya sea en servicios o derechos.

La propuesta de los países desarrollados y capitalista sigue siendo la misma. Los acuerdos de libre comercio que solo buscan  abrir espacios económicos para la venta de excedentes de producción a costa del quiebre de las economías nacionales impulsado la fuga capital. En torno al efecto neto de la implantación de los tratados de libre comercio, narraba Fidel en un discurso en 1999:

“Todos los bancos, compañías de seguros, las telecomunicaciones, los servicios navieros y las líneas aéreas serán norteamericanos. El comercio pasara  a manos norteamericanas, desde las grandes cadenas de comercialización has  las ventas de pizza y los McDonalds”.12

La situación de Puerto Rico en el contexto internacional


Puerto Rico es sin duda uno de los territorios latinoamericanos donde más se han practicado las políticas de austeridad, reducción de derechos adquiridos, saqueo económico y la puesta de una economía al servicio de los intereses transnacionales. A diferencia del resto de la región, Puerto Rico sigue siendo una colonia de Estados Unidos, lo que ha llevado a que la economía esté en favor del aumento constante de las ganancias de compañías que practican lo que Fidel le llamó el “duming” o fuga de capital. Al momento la deuda pública de Puerto Rico suma 72 mil millones de dólares, cantidad que como bien declarara Castro será  imposible de pagar. La moratoria a la deuda pasó de ser una propuesta de los sectores progresistas del país, a una propuesta del gobierno de Puerto Rico. En los pasados días, hemos visto que la legislatura puertorriqueña sometió un proyecto declarando que nuestra deuda es impagable, con el claro objetivo de ejercer presión en los bonistas para una solución negociada al problema. El asunto fundamental es que como apuntara Fidel respecto a las deudas de América Latina, podrán brindar una moratoria, negociar algunos pagos con intereses más bajo o incluso condonar algunos cuantos millones de dólares, más adelante volveremos a tener problemas de deuda e incapacidad de repago. El que la economía siga en manos del capital extranjero, el que 35 mil millones de dólares salgan del país todos los años en ganancias producidas por manos puertorriqueñas y el que la ciudadanía tenga que pagar altas tasas de inflación producto de leyes arancelarias dispuestas por imposiciones coloniales como son las leyes de cabotaje hará que a la larga tengamos que volver a endeudarnos para complacer los intereses de Walmart, Walgreens y otros. Peor aún, que este endeudamiento ponga en peligro no solo la situación fiscal, sino los servicios básicos de los/as ciudadanos y el daño constante a nuestro recursos naturales es una apuesta muy riesgosa.

El asunto de fondo es que Puerto Rico ha sido el espacio idóneo para que ricos, particularmente estadounidenses, tengan un bonito  lugar donde vacacionar, mientras la gente está cada vez más jodía en el "tropicaleo" colonial.                    

______________________


1 Castro Ruz, Fidel. Sobre la deuda impagable de América Latina, sus consecuencia imprevisibles y otros temas de interés político e histórico. Editorial Política. La Habana Cuba, 1985.
2 Castro Ruz Fidel. Si no hay solución a la crisis, habrá explosiones sociales generalizadas de carácter revolucionario. Editorial Política. La Habana Cuba, 1985.
3 Castro Ruz, Fidel. La Conciencia Unitaria Latinoamericana y Caribeña Se va Abriendo Paso. En Fidel Castro  Latinoamericanismo vs. Imperialismo. Editorial Ocean Sur. Impreso en México. 2009. Pp. 196 – 209.
4 Castro Ruz, Fidel. Sobre la deuda impagable de América Latina, sus consecuencia imprevisibles y otros temas de interés político e histórico. Editorial Política. La Habana Cuba, 1985. Pp. 38.  
5 Ibíd. Pp. 73.
6 Ibíd. Pág. 74.
7 Ibíd. Pág. 75
8 Ibíd. Pág. 77.
9 Ibíd. Pág. 6.
10 Castro Ruz, Fidel. La Conciencia Unitaria Latinoamericana y Caribeña Se va Abriendo Paso. En Fidel Castro  Latinoamericanismo vs. Imperialismo. Editorial Ocean Sur. Impreso en México. 2009. Pp. 196 – 209.  
11 Ibíd. Pág. 207.
12 Castro Ruz, Fidel. América Latina y el Caribe podrán ser devorados pero no digeridos por el decadente imperio estadounidense. En Fidel Castro  Latinoamericanismo vs. Imperialismo. Editorial Ocean Sur. Impreso en México. 2009. Pp. 241 – 250.

 

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