Muchos han especulado sobre las posibles implicaciones para Puerto Rico de la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos (EEUU). Generalmente se asume que Cuba se convertirá en un destino turístico atractivo para muchos estadounidenses, posiblemente desviando visitantes de Puerto Rico.
Sin embargo, se debe destacar que el bloqueo no se ha levantado, y aún hay trabas (aunque cada vez menores) para estadounidenses interesados en visitar a Cuba. Esto podría implicar que el turista estadounidense que visitará Cuba en los próximos años será el turista más aventurero, que posiblemente comoquiera no hubiese visitado a Puerto Rico. Según los datos de la Junta de Planificación, del 2005 al 2013 hemos visto una reducción de aproximadamente 16.5% en el número de visitantes a Puerto Rico. Las noticias del “Puerto Rican Debt Crisis” le han dado la vuelta al mundo, y muchas de ellas discuten además la ola criminal que azota la isla. A pesar de la posible mejoría en 2014 (datos preliminares sugieren un aumento de 5% respecto al 2013), no nos debe sorprender si la pérdida de visitantes se agudiza en los próximos años. Cuba podría desviar turistas en su dirección, pero probablemente nuestra crisis económica y social desvía muchos más turistas que la apertura de Cuba.
Cuando el bloqueo se levante, en las categorías “turismo de ocio y recreación” (visitantes buscando descanso, relajación y/o disfrute), “turismo cultural” (visitantes buscando conocer otras culturas) y “ecoturismo” (visitantes buscando el aprecio de la naturaleza de modo sustentable), Cuba tendrá repercusiones mayores para Puerto Rico. En particular, el ecoturismo es un área que deberíamos estar desarrollando en Puerto Rico, y Cuba tendrá una ventaja competitiva debido a su mejor trayectoria en la protección de sus recursos naturales. Finalmente, como ha señalado el economista Argeo Quiñones, Cuba podría representar un reto para Puerto Rico en sectores más allá del turismo, como la biotecnología, en donde los cubanos han tenido avances significativos de escala internacional.
Hay otros que han resaltado la apertura de Cuba como una que abre además puertas para Puerto Rico. Una de las herramientas claves para los países en vías de desarrollo es lo que se ha llamado la “cooperación sur-sur.” En la medida en que los países pobres comerciamos unos con los otros, en lugar de comerciar con los países capitalistas avanzados, nos ayudamos mutuamente no sólo para crecer económicamente, sino para desarrollarnos, al ir rompiendo relaciones de dependencia o explotación con los países avanzados. Si se maximiza este aspecto de manera planificada y coherente, integrado a un proceso de política industrial local, la apertura de Cuba podría tener un efecto neto positivo en lugar de negativo. Aquí quizás encontramos el punto central. Como señala Quiñones, el efecto de la apertura de Cuba será adverso porque Puerto Rico no ha podido definir hacia dónde va su modelo económico. En esto el caso de Cuba nos da muchas lecciones.
De 2007 a 2010, se llevó a cabo un debate nacional en toda Cuba sobre el futuro del modelo económico cubano. Se llevaron a cabo reuniones en barrios, empresas, y escuelas, para discutir el primer borrador de los Lineamientos de la Política Económica y Social de la Revolución y el Partido. 8.9 millones de cubanos participaron, produciendo más de 780,000 comentarios, de los cuales el 46.5% dieron lugar a enmiendas a los Lineamientos. La aprobación de los Lineamientos en el 2011 marcó el inicio oficial de la "Actualización del modelo económico cubano." El uso de la palabra “actualización” es deliberado, porque la palabra "reforma" se asocia al abandono del socialismo en otros países, y en Cuba están firmes en que el proceso actual consiste de ajustar su modelo de transición al socialismo a las nuevas condiciones globales, no de moverse al capitalismo. Algunos piensan que Cuba ya está en una tendencia imparable en dirección al capitalismo, mientras que otros científicos sociales y economistas, como Camila Piñeiro Harnecker y Jesús Cruz Reyes al interior de Cuba, y como Al Campbell, Steve Ludlam y Helen Yaffe en el exterior, piensan que es muy prematura esa aseveración ya que el socialismo cubano aún tiene vida y futuro. Lo fundamental es que Cuba reconoció que el modelo económico que tenían desde los 1970s no funcionaba, tuvieron un diálogo nacional sobre qué hacer, delinearon un plan de acción para construir un nuevo modelo económico, y ahora el gobierno da pasos concretos para lograrlo. Eso precisamente es lo que hace falta, y no se ha hecho, en Puerto Rico.
En Puerto Rico tenemos que reconocer que el modelo económico que tenemos desde los 1950s colapsó, necesitamos un diálogo nacional sobre qué hacer, delinear un plan de acción para construir un nuevo modelo económico puertorriqueño, y que el gobierno dé pasos concretos para lograrlo. Esto último es fundamental. Ambos partidos dominantes ocasionalmente publican documentos o programas con propuestas de “Modelos Económicos” para Puerto Rico. En la mayoría de los casos son más ‘wishlists’ que planes de desarrollo. En la práctica, ambos, el Partido Nuevo Progresista (PNP) y el Partido Popular Democrático (PPD), se han caracterizado por una visión económica en donde el gobierno juega un rol secundario, en donde se cree que un “subsidio aquí”, un “crédito allá,” y acelerar procesos de permisos, mágicamente estimularán nuestro decrépito sector privado y reactivará nuestra economía. El gobierno tiene que tomar un rol proactivo, directo y abarcador en el diseño y la implementación de un nuevo programa económico (lo que en la literatura se conoce como “planificación indicativa” o la elaboración de una “política industrial”). Como se ha discutido, la reapertura de Cuba eventualmente podría tener repercusiones positivas o negativas para Puerto Rico. Está en nuestras manos cuál de los dos rumbos será.
Especial para CLARIDAD
* El autor es profesor de economía en la Universidad de Puerto Rico-Mayagüez y economista miembro de la Asociación Puertorriqueña de Economía Política (APEP) .Empleando una visión alternativa a las políticas de austeridad, la APEP tiene como objetivo divulgar y democratizar el conocimiento económico, y ser un recurso constante para todos los sectores del País, incluyendo a los partidos políticos, la clase trabajadora, cooperativas, y todas las organizaciones de la sociedad civil que luchan por la justicia social y por un nuevo País. Para más información visitar: www.economiapoliticapr.org.
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