Se avecinan tiempos de “vacas flacas” para el Gobierno

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	Por Cándida Cotto

Publicado: martes, 26 de enero de 2016

Todavía se avecinan tiempos de grave estrechez económica para el gobierno y, por ende, para los puertorriqueños, lo que provocará que la administración de Alejandro García Padilla se enfrente a dilemas de proporciones salomónicas, pronosticó a este semanario el economista Santos Negrón Ortiz, ante la insuficiencia de fondos que enfrenta el presupuesto del gobierno.

La semana pasada, la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP) dio a conocer que había reducido el presupuesto de gastos para este año fiscal 2016 en $254 millones. Las áreas que sufrieron recortes han sido precisamente las más sensitivas y de servicio más directo a los ciudadanos: A Salud se le recortaron $12 millones, para dejarlo con un presupuesto de $1,356 millones. A Seguridad se le recortaron $24 millones para un presupuesto de $1,628 millones. Educación tuvo recortes de $10 millones para un presupuesto de $2,508 millones. Al Sistema de Retiro de los Empleados del Estado Libre Asociado (ELA) se le recortaron $19 millones, la aportación será apenas de $633 millones. Y otros $66 millones fueron reducidos en otros renglones de agencias y organizaciones sin fines de lucro. En fin, el presupuesto ajustado para el año fiscal 2016 es $9,271 millones, mientras los gastos se estiman en $9,440 millones. De éstos, $1,011 millones de dólares son del servicio de la deuda de los bonos de obligación general (GOs) del Gobierno Central.

A preguntas de este semanario, Negrón Ortiz expuso que a todas luces la administración de García Padilla va a afrontar dilemas de proporciones salomónicas dado que la educación, salud y seguridad son las prioridades obvias, junto al pago del servicio de la deuda constitucional.

Sobre qué se podrá hacer con el presupuesto ante este panorama, Santos Negrón indicó: “En vista de que está cerrada la puerta de los despidos de los empleados públicos —línea de acción que el Gobernador ha trazado clara y rotundamente desde que inició su gestión y antes, durante la campaña política que lo llevó al triunfo— sólo quedan las acciones de reducción de costos administrativos, la reducción del horario de trabajo de los empleados, estricta reducción de los viajes y, en general, la implantación de un plan sistemático de reducción de costos a lo largo y lo ancho del sector público”.

A juicio del profesor de Administración Pública y Economía, es necesario que el gobierno pague las obligaciones de la deuda con rigor y puntualidad, en la medida en que lo permita el flujo de recaudos que llegan al Fondo General. No obstante, también reconoció que en vista de que el Gobierno no tiene la posibilidad de recurrir al crédito, tarde o temprano habrá que tomar decisiones arduas, siguiendo las prioridades antes señaladas. “Surgirán situaciones en que los proveedores de servicios y suministros al Gobierno cesen sus actividades debido a la falta de pago, lo cual dará paso a severos problemas para el Gobierno. Ya se asoman situaciones críticas en los campos de educación, salud y corrección”, comentó.

En esa misma línea sobre qué hacer con la nómina del Gobierno Central, reiteró que si la posibilidad de despedir empleados públicos está cerrada, habrá entonces que recurrir a las jornadas parciales o, en un extremo, a suspensiones de empleo y sueldo hasta que el Gobierno tenga liquidez para pagarle a los empleados.

“Las personas quedarían en suspenso en vista de que el Gobierno no puede pagarles con vales y sería ilegal que emita cheques sin fondos. Por supuesto, la culminación de este proceso sería el cierre parcial o total del Gobierno por un periodo cuya duración no se puede calcular con certeza en este momento”.

Sólo su buena voluntad

A la pregunta de qué se le debe reclamar al Gobierno de Estados Unidos para atender la crisis, y a raíz de la visita del Secretario del Tesoro a Puerto Rico, Negrón Ortiz consideró que tanto el reclamo del Gobierno como el de la oposición, según es el caso del comisionado residente Pedro Pierluisi, debe ser que se le permita a Puerto Rico crear los mecanismos para que pueda reestructurar su deuda en los mismos términos que lo pueden hacer los estados, sin que ello conlleve “la onerosa y políticamente humillante imposición de una Junta de Control Financiero federal”.

En cuanto a lo que pueda aportar la visita del Secretario del Tesoro, dijo que en realidad, éste “sólo le puede ofrecer a Puerto Rico su buena voluntad y apoyo a la hora de solicitarle al Congreso la autorización para llevar a cabo el proceso de reestructuración”.

Pero sobre la posibilidad de la reestructuración, Negrón Ortiz atribuyó que la ausencia de informes financieros auditados, la pérdida de credibilidad del Gobierno de Puerto Rico, la recesión persistente en Puerto Rico y la oposición en bloque de los congresistas Republicanos, generan una barrera insalvable a los intentos por sacar al País de la grave situación económica, fiscal y financiera en que se encuentra, por lo que en suma, “se avecina un periodo de grave estrechez en el Gobierno”.

Por eso, catalogó de legítimos los intentos del Departamento de Hacienda (DH) de ir tras los evasores individuales y los comerciantes que rehuyen la responsabilidad de remitir los recaudos de IVU, pero a su vez advirtió que los efectos dinámicos de esta campaña son preocupantes, como son el cierre de negocios, la pérdida de empleos y la generación de un clima de franca hostilidad entre el Gobierno y parte de la ciudadanía, lo que acentúa el problema de confianza en el futuro de la economía.

Negrón Ortiz comparó el panorama que se avecina a Puerto Rico con el periodo especial que sufrió la isla hermana de Cuba, el cual describió que dentro de las circunstancias algo menos asfixiantes de hoy es recordado por el pueblo cubano como lo peor de lo peor.

“Me temo que nosotros en Puerto Rico avanzamos hacia una etapa no tan drástica como la que sufrió el hermano país antillano, pero lo suficientemente severa como para sacudir las bases de nuestra sociedad y para obligarnos a tomar decisiones históricas, por muchos años postergadas plácidamente e irresponsablemente, en nuestro orden político y en la estructura y naturaleza de nuestro sistema económico”.