La tentación de una dictadura parlamentaria |
Escrito por Atilio Borón |
Martes, 05 de Enero de 2016 18:39 |
La derecha venezolana se apresta a inaugurar su mayoría calificada en la Asamblea Nacional con un grito de guerra: desandar el camino iniciado en enero de 1999 cuando Hugo Chávez Frías juró sobre la moribunda constitución de la Cuarta República que impulsaría las transformaciones políticas, económica y sociales que el pueblo de Venezuela reclamaba desde hacía mucho tiempo.
Más allá de las especificidades y los innegables problemas del momento actual lo cierto es que la irrupción de Chávez marcó un antes y un después en la historia no solo de su país sino de América Latina y el Caribe. Después de Chávez nada seguirá siendo igual, y se engañan quienes piensan -en Venezuela como en la Argentina de Mauricio Macri- que se puede hacer andar hacia atrás al reloj de la historia. Así como la izquierda sabe que una circunstancial mayoría electoral no basta para garantizar el triunfo de la revolución, no es menos cierto que aquella tampoco es suficiente para hacer lo propio con un proyecto reaccionario. Las clases y capas populares pueden estar muy descontentas con la gestión macroeconómica o con los estragos de la corrupción, pero parece muy poco probable por no decir imposible que la paciente labor pedagógica de Chávez y el aprendizaje popular de todos estos años hayan caído en el olvido. Los problemas económicos del momento no alcanzan para cancelar los notables cambios en la conciencia de las clases y capas populares. El pueblo sabe lo que fue la Cuarta República, al servicio de quienes gobernó y quienes fueron sus personeros. Y el chavismo, antes y ahora, podrá haber cometido muchos errores pero sus aciertos históricos superan ampliamente sus desaciertos. |
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