Esta “tierra pequeña” según los taínos, ha pasado a la historia por sus hombres grandes. Vieques, resonó más que las bombas que allí detonaban, cuando sus pobladores, juntos a los de la isla grande, Puerto Rico, hicieron salir de allí a la Marina de Guerra de los Estados Unidos en 2003.
“Pregunta la Isla en su historia Por qué han rezagado sus sueños”
Hasta hoy, el gobierno federal estadounidense mantiene el control de todo el territorio a través del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre, aún sin descontaminarla.
El daño ambiental en tierra y agua, ha generado, por solo citar una consecuencia, el impreciso dato de más de un 30 % de la población, con padecimientos cancerosos y eso es mucho, en una comunidad de unos nueve mil habitantes.
Hasta ahora solo hay estudios engañosos del verdadero impacto humano y ambiental, tras décadas de maniobras militares en la región. Mientras tanto los efectos continúan, como la falta acción del Gobierno local y del federal para hacer justicia a los viequenses.
Los riñones de Ismael Guadalupe nos lo recuerdan. Son como su islita contaminada, víctimas de este mal.
El educador del sistema público de enseñanza, maestro de teatro y uno de los líderes más relevantes de la lucha por la paz y la desmilitarización de Vieques, está a menos de un 10 % de un fallo renal. En su gravedad, nos dijeron anoche sus doctores, precisa para apostar por la vida, no solamente de la hemodiálisis que no cubre totalmente su precario plan de salud, sino de un transplante de riñón. En Puerto Rico, eso significa de 80 a 100 mil dólares, para mantenerle el tratamiento posterior.
Hasta para tener derecho a integrar la lista de posibles transplantados, tuvieron que recaudar los primeros 5 mil dólares.
Su hijo llamó anoche a la solidaridad por este gran hombre. Entre los que lo admiran, se dieron cita en el Café Teatro Shorty Castro, los cantantes Tito Auger, Mikie Rivera, Chabela, el poeta Eric Landrón; en calidad de moderadores, Ángel Vázquez y Cristina Soler. Se sumó al esfuerzo, la recaudación por la venta del libro ‘Isla Nena, queda mucho por hacer’, escrito por el profesor Julio A. Muriente Pérez.
En tiempo real, mantuvieron al líder viequense de 71 años, al tanto de cada canción y hasta allí llegaron sus ejemplares palabras de fortaleza y exhortación. “Dedicaré todas mis fuerzas hasta lo último, luchando, como siempre lo he hecho”.
Y así fue, que su voz, se creció, con tu voz. Ismael, es Vieques.
Fuente: CubaDebate
Fotos: Cristina Corrada Enmanuel
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