Presentación por el Lcdo. Rafael Anglada del libro de la Prof. Jacqueline N. Font-Guzmán, Experiencing Puerto Rican Citizenship and Cultural Nationalism, Palgrave Macmillan, New York, 2015, en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe el 21 de octubre de 2015.
Font-Guzmán es Profesora de Conflict Studies en el Werner Institute, de la Escuela de Derecho en Creighton y Fulbright Scholar en la Universidad Carlos III en Madrid.
Es sobrina de un gran puertorriqueño que ya no está entre nosotros, el querido David Noriega Rodríguez, a quien primero conocí en las gradas del Capitolio protestando contra la llamada Reforma Universitaria que promovía Jaime Benítez y Luis Muñoz Marín, allá para 1965.
Cuando el profesor Caamaño Dones me invitó a ser uno de los presentadores de este libro, en mi condición de estudiante de Historia de este Centro Avanzado, lo recibí como un inmenso honor, y lo acepté de inmediato como homenaje de quienes estuvimos tantos años al lado de ese gran dirigente del independentismo puertorriqueño, Juan Mari Brás.
Mari Brás me enseñó a hacer, cabildear en las Naciones Unidas a favor de nuestro derecho inalienable a la libredeterminación e independencia, pero la presencia de Barack Obama y otros Jefes de Estado en la sede mundial había generado que las entidades no-gubernamentales no pudieran acercarse a la sede mundial por espacio de semana y media.
Y mi consuelo fue leer y estudiar a Edward Said en Orientalismo y Cultura e Imperialismo, cuando llegó a mi vida esta otra expresión de la lucha entre la Cultura y el Imperialismo, nuestra ciudadanía puertorriqueña.
Me fue muy agradable estudiar a Font-Guzmán mientras la seguridad de la ONU no dejaba entrar por semana y media a las Naciones Unidas a quienes tenemos una credencial para poder entrar a las Naciones Unidas.
Lo primero que pensé cuando acepté la invitación fue estar seguro que dos compatriotas estuvieran aquí esta noche. Primero, la gran testigo de excepción de toda la construcción estratégica de Juan para exponer el tema de “la ciudadanía puertorriqueña”, su viuda Marta Brás Vilella, quien está entre nosotros y quien acompañó a Juan a renunciar la ciudadanía estadounidense en la Venezuela de los partidos tradicionales, pre-Revolución Bolivariana.
El otro compatriota que invité de inmediato fue al exjuez Ángel Hermida Nadal, autor de la opinión de instancia que eventualmente llegó al Tribunal Supremo de Puerto Rico.
Si es adecuado y correcto, me gustaría que posteriormente Ángel valorara aquel evento histórico.
La obra de Font Guzmán discute:
La Experiencia Subjetiva de la Ciudadanía y la Identidad Nacional: una Introducción;
La Historia Socio-Legal de Puerto Rico; Una Narrativa de Represión, Participación Democrática Limitada y Recompensas Parciales; quinientos años de historia socio-legal de Puerto Rico;
El Poder del Rechazo (“Not Wanting”): Renunciar a la Ciudadanía Estadounidense: la renuncia de la ciudadanía estadounidense como mecanismo de afirmar la ciudadanía Puertorriqueña y la identidad nacional;
La Ciudadanía Puertorriqueña y la Construcción de Contra-Narrativas (“Counter-Narratives”): Ramírez de Ferrer vs. Juan Mari Brás, 144 D.P.R. 141 (1997).
- Cómo contra-narrativas advienen a las instituciones judiciales;
- Cómo conceptos etéreos como el nacionalismo y la ciudadanía advienen a documentos legales tangibles y se convierten en una extensión en la lucha por la libredeterminación y la identidad nacional cultural;
- Experimentando la Puertorriqueñidad a través de la Ciudadanía;
- La “Performabilidad” (“Performability”) (los actos físicos y la discursividad diaria repetitiva (citando a Butler); la Puertorriqueñidad y la Ciudadanía;
- Comentarios Finales.
La autora tuvo a bien entrevistar - excelente uso de la Historia Oral - diecinueve (19) contribuyentes - incluyendo a Mari Brás; al otro héroe de esta jornada, el también fallecido joven abogado Juan Santiago Nieves, quien dirigiera la argumentación de la postura de la ciudadanía puertorriqueña ante el Tribunal Supremo de Puerto Rico y a quien hoy también le rendimos tributo: al insigne pintor patriota Pablo Marcano Cuevas; al gran baloncelista y cronista deportista Fufi Santori Coll; al abogado mayagüezano Alberto Lozada Colón; al médico retirado Eduardo Rivera Pagán, dirigente del Movimiento Nacional independentista Hostosiano (M1NH); al periodista jubilado, en una playa de Cabo Rojo, el amigo Tato Ramos; y, entre otros, a los exsecretarios de Estado Fernando Bonilla y Norma Burgos, sí, Norma Burgos.
Quiero acotar que un día en ia cárcel federal, Lolita Lebrón me decía que no podía creer lo valiente que era su compañera de cárcel, Norma Burgos, durante la lucha de Vieques. Y que, sin embargo, Norma afirmaba que era anexionista. Este “experimento jurídico”, como le llamaba Juan, cumplió en julio de 2015 la mayoridad de los 21 años.
En su larga vida prolífica escenificó muchos experimentos jurídicos patrióticos anteriores. Fue el autor o coautor de construir una “nueva lucha por la independencia” de Puerto Rico, en la frontera de la legalidad en ocasiones, y en ocasiones no.
Fue coautor de una masiva campaña por ia libertad de todos nuestros Héroes Nacionalistas y, en particular, la libertad de nuestros Cinco Héroes Nacionalistas, finalmente lograda en 1979 durante la presidencia de Jimmy Carter en el contexto de un canje callado entre Cuba y Estados Unidos.
Hay evidencia de que intervino favorablemente con el Vietnam Heroico por la libertad o canje de puertorriqueños que eran Prisioneros de Guerra pertenecientes del Ejército de Estados Unidos en su agresión genocida contra los pueblos Indochinos; fue el autor de nuestro derecho a la expresión de las minorías, en el piquete, el pasquín y el periodismo alternativo y minoritario; del apoyo a las luchas de los hermanos Dominicanos y Cubanos durante el 1957 y 1958 para la recolección de fondos que eran destinados a la compra de armas de fuego en la desigual lucha contra los dictaduras de Trujillo y Batista; la estructuración de una lucha armada clandestina; la fundación de un periódico para la Independencia, CLARIDAD, que ya tiene más de 56 años; de la quema de miles de tarjetas de inscripción al Ejercito de los Estados Unidos, allá para 1968, en una campaña contra el Servicio Militar Obligatorio durante la Guerra de Vietnam; que de por sí era un triple delito federal; campañas electorales predicadas en el voto mixto, allá para 1976 y 1980 aún hoy un “verdadero experimento político”; la conmemoración del Sesquicentenario del Natalicio de Eugenio María de Hostos y la fundación de la Escuela de Derecho Eugenio María de Hostos en Mayagüez; la ejecución de una política internacional antiimperialista exitosa del independentismo, particularmente ante las Naciones Unidas y el Movimiento de Países No Alineados allende los mares; acabamos de incorporar, la semana pasada en las Naciones Unidas, el apoyo abierto del gobierno progresista de El Salvador; la fundación de un partido marxista-leninista, en ocasiones electoral; y de innumerables esfuerzos unitarios tales como el Movimiento Pro Independencia (MPI), Causa Común Independentista, Pulso Caribeño, el Congreso Nacional Hostosiano y el Movimiento independentista Nacional Hostosiano.
La autora examina:
-- la historia jurídica colonial puertorriqueña, primero la efímera ciudadanía española, el Tratado de París de 1898, la Promesa del General Nelson Miles,
-- el Acta Foraker y el Acta Jones,
-- la ciudadanía Estadounidense, impuesta en 1917 con anterioridad a ser impuesta a las Naciones Indígenas en Estados Unidos en 1924.
Nos quisieron americanizar y “civilizar”, una variante estadounidense de la “misión civilizadora” de los franceses, la Liga de las Naciones en 1919 y los Mandatos en 1922. Puerto Rico es un territorio “no incorporado” y la autora discute los llamados “Casos Insulares”.
Recientemente el Noveno Circuito en California emitió una importante decisión jurídica en torno a la ciudadanía estadounidense de los Samoanos que se sigue sosteniendo en la legalidad de los casos insulares y el territorio no-incorporado.
La autora, citando y coincidiendo con Juan Flores y Jorge Duany, caracteriza a Puerto Rico como una “colonia postcolonial”, una “colonia moderna” o “colonia lite”.
En este escenario no-incorporado, nos acompañan las hermanas colonias estadounidenses de Guam, Marianas del Norte, las Islas Vírgenes de los Estados Unidos y Samoa. Las primeras cuatro “somos” ciudadanos estadounidenses pero no tenemos los mismos derechos de “nuestros conciudadanos” en los Estados Unidos y, la última, Samoa Americana, son meramente “Nacionales” de Estados Unidos.
Los ciudadanos puertorriqueños que hoy honramos quieren ubicarse en “un sitio” fuera de la nación estadounidense.
La autora destaca la “nación imaginada” como un proceso poderoso que es real e instrumental en la formación de un ciudadano puertorriqueño y una nación no soberana. No queremos limitarnos a ser “el Otro” y exigimos “espacios normativos”, incluyendo las salas de justicia.
Por espacio de quinientos años, los puertorriqueños hemos intentado forjar una nación cultural “resilient” y mantener un sentido de pertenencia a la comunidad Puertorriqueña y Caribeña.
Se discute el fenómeno del “Fufiporte” y toda la argumentación ante el Tribunal Supremo de Puerto Rico; examina el concepto de “la soberanía gradual” (“graduated sovereignty”) articulada por Aiwa Ong, en Flexible Citizenship: the Cultural Logics of Transnationality, Durham, Duke University Press, 1999 y Cultural Citizenship as Subject Making: Immigrants Negotiate Racial and Colonial Boundaries in the United States, en Race, Identity and Citizenship: A Reader, editado por Rodolfo D. Torres y otros, Malden, Blackwell Publishers, 1999, pero en un contexto entre la potencia colonial y los colonizados, lo que la autora llama soberanía gradual “reversed” (“reversed graduated sovereignty”).
Distintos puertorriqueños, incluyendo independentistas, reciben este “experimento jurídico” de diferente manera.
Esta es una lucha por la ciudadanía, el nacionalismo cultural y la identidad nacional cultural.
Se examina el tema de la Puertorriqueñidad a través de la Ciudadanía. Destaca la obra, No Somos, de Nemesio Canales.
En el presente, la era de la globalización y el mundo transnacional nos ha traído el concepto sociológico de “la ciudadanía flexible” y, para muchos inmigrantes, “la ciudadanía aditiva".
Se examina la “Performabilidad” del Puertorriqueño y su ciudadanía.
Se destaca el apego a la formación espacial de una identidad nacional cultural; el ejercicio de la ciudadanía a través de los espacios públicos y la ejecución de la ciudadanía educando a otros.
Recordamos La Nación en Marcha y otras manifestaciones parecidas, la celebración anual del Grito de Lares y nuestro particular gusto a los Festivales 52 semanas al año.
Como conclusión, la autora rinde tributo a aquellos puertorriqueños que han actuado con obstinación (“resilience”) y perseverancia.
Sin advenir a lo fantástico, la imaginación puede lograr que cosas ocurran.
Este grupo de puertorriqueños ha construido exitosamente y perseverado su identidad nacional y su ciudadanía a los márgenes de la nación estadounidense.
Estoy seguro que la próxima vez que la autora pueda estar más de cuatro días de descanso en su patria, tendremos el honor de contar con su Magisterio en este Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe.
21 de octubre de 2015 San Juan, Puerto R
|