Nabi Saleh es un pequeño pueblo palestino de unos 550 vecinos situado a 20 kilómetros al noroeste de Ramala, en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.
Desde diciembre del 2009, sus habitantes se manifiestan cada viernes contra el robo de sus tierras y de una de las principales fuentes de agua que los abastecía, Ein al Qaws, que hace casi seis años que está en manos de los colonos judíos del asentamiento de Halamish, situado en frente de Nabi Saleh.
Su filosofía es la resistencia no violenta contra la ocupación israelí de Palestina y la construcción del muro que Israel levantó en Cisjordania y que les arrebataba una parte de sus tierras.
Cada viernes, decenas de personas de Nabi Saleh marchan desde su pueblo en dirección a sus tierras y su fuente, confiscadas por los colonos.
El Ejército israelí se interpone en su camino, a menudo con gases lacrimógenos y balas de goma que lanza contra hombres, mujeres y niños. Los jóvenes palestinos suelen arrojar piedras contra los militares para echarlos de sus tierras.
Casi cada semana hay disturbios y casi cada semana se producen heridos, pero las protestas de Nabi Saleh ya no llaman la atención de casi ningún medio de comunicación, sobre todo, internacional.
No obstante, la semana pasada volvieron a ocupar espacio en la prensa escrita, la televisión y la radio gracias a unas fotografías y un vídeo que dieron la vuelta al mundo e inundaron las redes sociales.
Las imágenes mostraban el brutal intento de arresto de un niño palestino de 11 años con el brazo enyesado, Mohamed Tamimi, por parte de un soldado israelí. En el vídeo, filmado por Bilal Tamimi, pariente del niño y periodista, se ve al soldado persiguiendo a Mohamed detrás de una colina. El militar lo agarra y empuja su cabeza contra una roca. Luego, se sienta sobre sus piernas para evitar que se mueva.
Entonces, la madre de Mohamed, Nariman, su padre, Basem, su tía Nawal, y su hermana, Ahed, de 14 años, llegan junto al soldado con otros activistas.
Las mujeres y la niña agarran al soldado por la cabeza y los brazos, él coge a Ahed por el cuello y esta última le muerde en la mano. La lucha acaba con la llegada de otro militar israelí que se lleva a su compañero. Antes de irse, el soldado lanza una granada aturdidora.
Desde el viernes pasado, la casa de Mohamed es un punto de peregrinación de periodistas, pero niño ya no quiere hablar ni posar para que lo fotografíen, está cansado, y con razón.
Ahed, en cambio, tiene paciencia desde pequeña para repetir su mensaje las veces que haga falta, consciente de la importancia de que la lucha de Nabi Saleh y de todos los palestinos contra la ocupación israelí y el robo de sus tierras se conozca en el resto del mundo.
Cuando tenía 12 años, Ahed recibió el Premio Handala al Coraje, entregado por el municipio de Basaksehir, en Turquía. La niña, acompañada por su madre, fue recibida por el entonces primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ahora presidente. Los detalles del viaje de Ahed a Turquía se pueden conocer ojeando el álbum de fotos que hay sobre una de las mesas del salón de su casa.
"Mordí al soldado porque se iba a llevar a mi hermano, la hermana del soldado o su madre hubieran hecho lo mismo si se hubieran encontrado en la misma situación", asegura Ahed a Sputnik Nóvosti.
El padre de Ahed, Basem, lidera la lucha de un pueblo donde casi todos sus habitantes pertenecen al linaje de los Tamimi. La tienda de lona situada a unos metros de su casa, con vistas a la colina de enfrente, coronada por el asentamiento judío de Halamish, es el lugar donde se congregan vecinos, activistas y periodistas.
Nabi Saleh ha pagado un precio alto en sus seis años de lucha contra la ocupación, ya que en los últimos cuatro años dos miembros del clan, Mustafa, de 27 años, y Rushdi, de 31, perdieron la vida. Al primero lo mató el Ejército israelí en el 2011 al dispararle un bote de gas en la cabeza a una distancia muy corta. Al segundo –tío de Ahed y Mohamed– lo mataron los soldados en el 2012 al dispararle con munición real.
Unas 500 personas han resultado heridas en Nabi Saleh, un centenar de vecinos han sido arrestados, entre ellos Basem, que ha pasado por la cárcel nueve veces y en total ha estado en prisión cuatro años.
"No podemos permanecer en silencio ante la ocupación. Hemos escogido la lucha más humana, la menos violenta, pero todo el mundo oprimido tiene derecho a resistir. Tenemos un sueño, pero para alcanzarlo sabemos que pagaremos un precio alto", dice Basem Tamimi.
El Ejército israelí "ha irrumpido en nuestra casa muchas veces", cuenta Basem, padre de cuatro hijos. Ayer, Basem fue arrestado en el control militar israelí situado a la entrada de Nabi Saleh.
"Me dijeron que había tirado piedras y que por qué organizaba manifestaciones. Nos tuvieron una hora y media a mi y a mi esposa. Luego nos dejaron ir", comenta Basem.
La familia teme que en cualquier momento, las fuerzas israelíes arresten a Nariman, su hermana y quizás también a Ahed, ya que el soldado que intentó arrestar a Mohamed las ha denunciado por agresión. Según el Ejército israelí, el militar sufrió heridas leves.
Mohamed resultó ileso en los disturbios del viernes. Días antes se había roto el brazo cuando entró el Ejército en el pueblo disparando balas de goma y al salir corriendo, se cayó. Su hermano pequeño, Salam, de 9 años, resultó herido en el pie por una bala de goma y Ahed fue golpeada por un soldado con su fusil en el costado.
Fuente: Sputnik Mundo |