Durante la última década los altos mandos militares chilenos parecían haberse sumergido en lo que se estima ser sus tareas propias. Los más optimistas pensaron que el no protagonismo lo hacían en función de cierto reconocimiento institucional por el criminal comportamiento que tuvieron sus mandos durante la dictadura. El despertar de este supuesto ha sido inquietante.

Muestras de esta realidad no debieran pasar desapercibidas al conjunto de los trabajadores chilenos; la primera se dio en el semiclandestino velatorio del genocida General de la República Manuel Contreras, al cual pese a su condición de violador sistemático de Derechos Humanos, concurrieron representantes del alto mando militar (Como consigna el hijo del occiso en declaraciones públicas): la señal es clara, estos militares siguen considerando que ganaron una guerra, aunque esta fuera contra su propio pueblo desarmado. Ellos han intentado una y otra vez sumergir en el olvido los crímenes de lesa humanidad ocurridos durante el eufemísticamente llamado “gobierno militar”. También en el olvido el hecho no menor de que la anterior guerra “ganada” (1879) fue en pro de los intereses imperiales ingleses como su “guerra” del 73 lo fue en defensa de los intereses imperiales estadounidenses.

La segunda señal, de que los elementos fascistas del ejército de Chile respiran y gozan de buena salud (y peso político): es que impidieron que el ex Ministro De la Corte Suprema Alejandro Solís continuara en el cargo de Coordinador de los jueces que llevan causas de Derechos Humanos para el cual había sido nombrado por el Presidente de la Corte Suprema.

Le doblaron la mano al poder judicial; poder del Estado, supuestamente independiente. Previo a ello el diario de los intereses estadounidenses en Chile y de los empresarios, El Mercurio, dio la señal de alerta en una nota periodística. Lo que alertó al Mercurio, que no olvida, a diferencia de algunos que han sucumbido totalmente a la memoria y al espejismo reformista, es que este Ministro desentrañó y condenó en un complejo proceso a los ejecutores materiales e intelectuales del asesinato del ex comandante en jefe del ejército Carlos Prats, junto a su esposa en Buenos Aires el año 1974. Por si alguno no lo recuerda: este es el segundo Comandante en Jefe del ejército asesinado con la connivencia de la derecha y militares de alto rango. El informe Church (Comité Church: Comité del Senado de E.U. para el estudio de las actividades de Inteligencia) registra en su página 31, veintiún contactos que se realizaron antes de su muerte entre la CIA y elementos claves de las fuerzas armadas y carabineros.

Estos hechos dan cuenta mejor que nada del estado de cosas. Es un recordatorio feroz de que el ejército, no es ni el pueblo armado, como han creído algunos ilusos, ni la reserva moral del pueblo de Chile. Es el brazo armado del Estado burgués dominante.

En este ambiente tan deficitario para el pueblo chileno, este reaparecer público del poder militar, no es meramente anecdótico; se inscribe en un panorama internacional en que los interese imperiales se están jugando por una nueva estrategia, para recuperar el dominio de una Latinoamérica que ha logrado espacios inéditos de reafirmación nacional y autonomía. En estas maniobras ya han mostrado que no hay crimen ni criminales que no estén dispuestos a movilizar en pos de esta estrategia. Así lo muestran las graves asonadas de la derecha más reaccionaria y criminal en Venezuela y El Salvador donde la derecha incorporó a las bandas de los patéticos “maras”. A ello se agregan los intentos de desestabilización en Ecuador y Brasil. No hay duda que si lo consiguen como lo hicieron en Paraguay, Bolivia y Evo Morales serán el próximo objetivo.

Ahora lo es Venezuela, Ecuador y el Salvador los que concitan las más descaradas maniobras golpistas de la derecha internacional y del imperialismo. Cómo no va a desatar la violencia imperialista más extrema el hecho de que exista en Venezuela, por ejemplo, un medio de comunicación como Telesur capaz de informar con la verdad a todos los pueblos del mundo, incluso desde los propios Estados Unidos y de la realidad de Estados Unidos, mostrando la violencia racista y la persecución despiadada de los migrantes hispanos. Telesur se ha convertido en un bastión clave en la lucha ideológica

En Chile, un gobierno, que se postuló a si mismo como “progresista” sintomáticamente se ha incorporado al eje económico estructurado desde Washington al que llamaron Alianza Pacífico, lo que la máquina publicitaria llamó en su momento grotescamente “los pumas de América Latina”. Alianza en que conviven Perú, México, Colombia. Chile no está en la Alianza Bolivariana para América compuesta por países que ponen su énfasis en su lucha contra la pobreza, la exclusión social y el desarrollo integracionista... Estos “pumas” se han caracterizado en lo económico por sus políticas neoliberales, provocan el éxodo masivo de sus trabajadores que huyen de la pobreza, la marginación y la violencia; Al igual que México que ampara y profita de las mafias de la droga; que asesina y hace desaparecer a estudiantes y periodistas. Mala compañía.

La derecha chilena, los errores y la corrupción de personeros de gobierno han logrado hacer prácticamente irrelevante el Programa con que la Presidenta Bachelet convenció a los chilenos para que votaran por ella. Los demócratas cristianos a través del Presidente del senado nos comunica, que su partido ha logrado ·influir· a pesar “del voluntarismo que se impuso al momento de diseñar el programa” para morigerar las reformas” (Ni siquiera cambios: sólo reformas.). Impresionante. Al parecer estos demócratas cristianos adhirieron a un Programa con el que no estaban de acuerdo. Desesperados, al parecer, por recuperar sus cuotas de poder y negocios. Ahora según uno de los aristocráticos hermanos Walker, que se dedican en masa “al servicio público”, despiertan de la pesadilla a que, a su pesar, fueron arrastrados.

Mal panorama para las fuerzas progresista chilenas. El poder político en el gobierno parece haber sellado una vez más su alianza con los elementos más retardatarios de la sociedad chilena. Han recuperado posiciones de poder que les permiten liquidar cualquier atisbo de cambio real … y la CIA no olvidemos con quien y para quien trabaja.

Santiago, agosto, 2015

Patricio Malatrassi A./ Economista. Mg. Filosofía Política

(Tomado de Rebelión)