La nación que resiste el genocidio |
Escrito por Eduardo Villanueva Muñoz |
Lunes, 13 de Julio de 2015 16:54 |
Puerto Rico fue invadido por Estados Unidos en 1898. Entraron tirando tiros y bombazos el día de Santiago Apóstol, como si quisieran borrar de raíz todo lo que tuviera que ver con nuestra herencia hispánica.
Es sabido que España causó grandes males en nuestra patria. Que se llevaron el oro, la plata, el níquel y abusaron de nuestras mujeres. Que sustituyeron los indios por los esclavos negros y sin querer, con ello crearon el mestizaje que define nuestra raza. Como dijo Neruda en Confieso que he vivido, “se lo llevaron todo y nos dejaron todo, nos dejaron las palabras”. Desde el momento de la invasión norteamericana, comenzó lo que se puede calificar responsablemente como un genocidio porque se inició una política sistemática para norteamericanizar al país y borrar de raíz todo lo que fuera español.
El genocidio, en su estado clásico, es desaparición física de una población, pero en su estado sociológico es desaparición antropológica de una cultura para sustituir los nativos por los invasores. Ese proceso de desplazamiento de población, en algunos lugares lo han llamado gentrificación. El proceso de asimilación fue muy complejo y difícil de combatir porque para ello se utilizaron los elementos más poderosos de la cultura, como son la religión, la educación y el gobierno que reparte bienes y servicios a la población y puede exigir de ellos docilidad y agradecimiento. Sobre ello han escrito libros seminales; entre ellos, Samuel Silva Gotay y Aida Negrón de Montilla, exponiendo el rol de las iglesias católicas y evangélicas en los procesos de asimilación cultural, todo ello con el aval del estado colonial.
Luego de la promesa incumplida del general Miles, anunciando traer las bondades de la civilización ilustrada, vino el régimen militar y la imposición de la ciudadanía norteamericana, para utilizar nuestros mejores jóvenes en las guerras imperiales, que se habrían de pelear a nombre de la democracia[1]. En medio de esa depresión impuesta, luego de devaluado el peso a sesenta centavos de dólar y de impuesto el monocultivo de la caña a costa de la siembra de café y tabaco, que en nuestras tierras eran de los mejores, cundía sobre Puerto Rico un estado de desesperanza y pesimismo. En la década del veinte, cuando varios de los supuestos líderes del país se plegaron a los intereses yanquis, surgió la figura de José De Diego, que presidió el único cuerpo representativo de los puertorriqueños, que era la Cámara de Delegados. A De Diego se le imputa erróneamente haber sido abogado de las centrales azucareras que representaban el gran capital Norteamericano, cuando lo cierto es que solo las representó en dos o tres caso de poca monta.
Sobre este tema hay un libro muy importante de Delma S. Arrigoitia; que se titula: José De Diego el Legislador[2]. Ahí vemos que De Diego encabezó la resistencia cuando parecía que todo estaba perdido y muchos adoraban el becerro de oro para congraciarse con los yanquis. De Diego creó el Código de Menores, una ley similar a la del Fondo del Seguro del Estado, para proteger a los obreros. Fundó el Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas en Mayagüez; apoyó la enseñanza superior en el Ateneo de Puerto Rico, que fue uno de los precursores de lo que sería[LMVM1] la Universidad de Puerto Rico, la más importante del Estado. Organizó la siembra de vegetales en el sur de Puerto Rico, cuando nadie creía que se podía por ser un terreno árido. Legisló un Código Administrativo y rescató las memorias de Hostos (Obras completas), y muchas efemérides patrias para resaltar nuestra historia y hacer ver los valores que teníamos como nación.
Es decir, De Diego fue luz en la larga noche del coloniaje, cuando era más cómodo congraciarse con el invasor, como lo hicieron Luis Muñoz Rivera, José Barbosa, Julio J. Henna[3] y otros. La resistencia de De Diego fue en el área jurídica, histórica y educativa. Legisló para demostrar que se podía sugerir soluciones puertorriqueñas a problemas puertorriqueños, sin que el gobierno federal tuviera que imponernos sus modelos económicos y su visión de mundo, que era básicamente colonial e imperial. Por eso el rescate del idioma español, la defensa de la ciudadanía puertorriqueña y la conmemoración de efemérides históricas y del patriciado puertorriqueño (Hostos, Betances y Ruiz Belvis) como modelos de resistencia.
Desaparecido De Diego y cuando parecía que todo estaba perdido porque el liderato legislativo y cultural que quedó era muy pasivo y complaciente con los intereses de EE. UU, surge la figura del mulato de Ponce, Pedro Albizu Campos. Albizu venía de un ambiente de extrema pobreza, era hijo ilegitimo de un español vasco, que no le reconoció hasta los 22 de años de edad, mediante escritura pública. Sin embargo, por su preclara inteligencia, fue becado por la Logia Aurora de Ponce, para estudiar un grado de ingeniería en Vermont y un grado en derecho en Harvard. Fue teniente primero del ejército de Estados Unidos, lo que le dio una formación militar y una disciplina de orden en su accionar, que luego utilizaría en sus luchas revolucionarias. Contrario a lo que se dice,[4]Albizu recibió grandes distinciones en Harvard y presidió el Club Cosmopolita, además de tener el honor de hacer el discurso de recepción al poeta Indio; Rabindranath Tagore. En Estados Unidos, se le ofreció un puesto de oficial jurídico a nivel apelativo y él lo rechazó por su compromiso de regresar a Puerto Rico a luchar por nuestra independencia patria. Albizu decía que el lugar de un hombre libre que pertenecía a una patria esclava, era luchando al lado de su pueblo. Juan A. Corretjer, poeta, político y Secretario del Partido Nacionalista, decía que Albizu fue el líder de la desesperación[5], porque en la década del treinta, cuando a Albizu le tocó dirigir el Partido Nacionalista, había hambre, desnutrición, alta tasa de mortalidad infantil, tuberculosis y uncinariasis, por las malas condiciones de salud y la explotación a que sometían los trabajadores puertorriqueños.
Albizu organizó los trabajadores de la caña para vencer en la huelga del 34. Así mismo rescató El Grito de Lares, como el día en que emergió la Nación puertorriqueña en el siglo 19, frente al despotismo español. Albizu defendió la idea de que en las escuelas se educara en español y no en inglés como nos fue impuesto. Educó para que a Betances[6] se le reconociera como el padre de la patria y fue sembrando las bases actualizadas de la Confederación Antillana que pergeñaron Betances, Hostos y Martí. Se opuso al servicio militar obligatorio y organizó la resistencia internacional a favor de la independencia de Puerto Rico, enviando representantes a diversas naciones a gestionar solidaridad con la causa de nuestra independencia. Logró que en Naciones Unidas se permitiera una representante del Partido Nacionalista de Puerto Rico, Thelma Mielke[7], para hacer valer nuestra personalidad internacional y derrotar la idea de que la lucha por descolonizarnos y nuestro futuro político es un asunto interno de Puerto Rico y Estados Unidos[8]. Organizó la lucha armada de modo defensivo, es decir para hacer valer el principio que defendió, de que la vida de un puertorriqueño valía más que la de muchos yanquis[9].
Don Pedro expuso la teoría jurídica de la nulidad del Tratado de París de 1898 y censuró enérgicamente la utilización de armas nucleares contra naciones, actuando así como un verdadero precursor de la paz y del uso del derecho internacional. No es difícil comprender porque Estados Unidos lo reconoció como su primer gran enemigo y conspiró para meterlo preso en un juicio fraudulento; luego de resultar que no pudieron encontrarlo culpable en un primer juicio donde predominaban los miembros de un jurado puertorriqueño. En un segundo juicio[10] lo encontraron culpable del delito imposible[11], que viene a ser la conspiración sediciosa[12].Su impugnación del Tratado de Paris, mediante el cual España cede a Puerto Rico a Estados Unidos es lo que permite internacionalizar el caso de Puerto Rico y sacarlo del esquema de derecho doméstico dicha nación. Según su interpretación, mediante la Carta Autonómica habíamos alcanzado el derecho a negociar y tener tratados con otros países y eso, según Albizu, nos concedía personalidad internacional, por lo cual no podíamos ser cedidos a otro país sin nuestro consentimiento.
Se puede intentar el genocidio de un país mediante el uso de la fuerza física y se puede intentar mediante la imposición jurídica de esquemas de gobierno que hagan desaparecer la cultura y la personalidad nacional de un pueblo. En el caso de Puerto Rico se ha intentado históricamente y se intenta, en la actualidad, por todos los medios, la desaparición de nuestra cultura y de nuestra nación. Por todos los medios ha sido necesario combatirlo, como ejemplifica la historia de todos nuestros prisioneros políticos en diversas épocas históricas[13].En términos físicos valen algunos ejemplos: En Puerto Rico se experimentó matando puertorriqueños con células cancerosas para iniciar lo que luego sería la guerra química entre naciones[14]. Se experimentó con el agente Naranja en las tierras del Yunque. Se experimentó con pastillas anticonceptivas en el agua, sin que nuestras mujeres lo supieran. Se bombardeó con fines militares, para detener la Revuelta Nacionalista en Jayuya y Utuado. Se bombardeó con fines de entrenar para el ataque a otras naciones en Vieques y Culebra, dejando aun sus mares y sus tierras contaminadas con bombas inactivas y residuos de uranio radiactivo. Se pretendió explotar minas de oro y cobre en el corazón de la montaña boricua en tierras de alta productividad agrícola. Casa Pueblo[15] y su gente fueron ejemplo de lo que una lucha comunitaria bien organizada puede hacer para defender las tierras, la vida silvestre y la salud de la población.
La historia de la creación de carpetas,[16] con datos de la vida personal y política de militantes independentistas y de las luchas sociales, ambientales, de la mujer y obreras, entre muchas, como instrumento de represión y vigilancia política, merece capítulo aparte. El carpeteo por razones ideológicas es la mejor evidencia de un plan sistemático para destruir y hacer desaparecer al independentismo puertorriqueño y el derecho de nuestro pueblo a ser libres[17].En 1950, Don Pedro Albizu Campos, para combatir lo que eventualmente se llamó: La Farsa del Estado Libre Asociado[18], organizó la Revuelta Nacionalista que se inició en Jayuya y se extendió por varios pueblos de Puerto Rico. Albizu sabía que no contaba con las armas ni la organización para derrocar al gobierno de Estados Unidos en Puerto Rico, que era un gobierno con una Guardia Nacional armada y bien entrenada. Sin embargo, consideró su deber y el de los nacionalistas, demostrar al mundo que no era cierto que Puerto Rico iba a adquirir un nuevo arreglo constitucional que nos sacaba de la clausula territorial en que estábamos y estamos y que el Estado Libre Asociado era un régimen autonómico descolonizador. Para ello era importante hacer valer nuestro derecho a la independencia por los medios que fuera, siendo que el derecho internacional reconoce el derecho la lucha armada en países sometidos a regímenes coloniales como el nuestro[19].
La represión que se originó contra todo el movimiento independentista fue tan brutal que José Trías Monge, uno de sus artífices, admitió ante la Comisión de Derechos Civiles del ELA, que en la década del cincuenta se firmaron más de mil órdenes de arresto en blanco para ser diligenciadas en los cuarteles de la policía de Puerto Rico. De este modo fueron a la cárcel, hasta personas que habían sido independentistas y ya no lo eran. Se firmó la Ley de la Mordaza y se limitó considerablemente el derecho de expresión y de asociación en el país, especialmente a todo aquel que creyera y propagara la independencia de Puerto Rico. Por violación a esa ley fueron a la cárcel varios independentistas notables, entre ellos el excelso poeta Francisco Matos Paoli, quien enloqueció en la cárcel a causa del régimen de aislamiento a que fue sometido[20].
La década del cincuenta produjo una gran ola migratoria de independentistas puertorriqueños que se ubicaron en diversos estados de la unión norteamericana, en búsqueda de empleo y estudio, huyendo a la gran represión que contra ellos se desató. La consecuencia fue el debilitamiento electoral del Partido Independentista Puertorriqueño, que de ser segundo partido llegó a no quedar inscrito en la elección de 1960. Paradójicamente esa migración de la diáspora produjo el surgimiento de células revolucionarias al interior de Estados Unidos, como fue el grupo de los Macheteros y el de la FALN. El gobierno de Luis Muñoz Marín reconoció[21] que hubo una política deliberada para hacer que migraran cientos de miles de puertorriqueños a dicho país, a fin de suavizar las demandas económicas por empleos viviendas y educación, para montar sobre ello la estrategia económica de Puerto Rico bajo el nuevo ELA[22].
Esa diáspora puertorriqueña ya constituye más de la mitad de nuestra población y en diferentes épocas y sectores, sufrió los rigores y los dolores de adaptarse a una cultura distinta y en ocasiones racista, hecho que se traducía en bajos salarios y condiciones paupérrimas de sobrevivencia, para los grupos poblacionales menos preparados. No es de extrañar que cada grupo e individuos asumieran diferentes actitudes y conducta. Un sector se asimilaba culturalmente para facilitar que los aceptaran en su entorno demográfico y sociológico. Otro sector se aculturaba[23] y otro se radicalizaba y veía su expatriación como consecuencia de la política colonial y la subordinación política de Puerto Rico, por lo cual asumía el compromiso de luchar desde las entrañas del monstruo, como decía Martí y como ocurrió en otras épocas.
El pueblo de Puerto Rico ha sido creativo en su lucha por mantener la identidad cultural y su permanencia como nación en el concierto de las naciones así identificadas en el mundo. Una de las áreas de mayor resistencia ha sido la defensa del idioma español, por la cual recibió el premio príncipe de Asturias, en el año 1991, bajo la gobernación de Rafael Hernández Colón. El presidente del jurado era Camilo José Cela (premio Nobel de literatura), quien expresó en una ocasión que en Puerto Rico era uno de los lugares en que mejor se hablaba español[24]. Eso, aun cuando en los inicios de la colonización norteamericana, se trató de manera oficial e impuesta, de cambiar el español por el inglés[25].
Samuel Silva Gotay lo describe en su libro Protestantismo y política en Puerto Rico; publica el mapa de Puerto Rico (p. 113) ante el cual se arrodillaron representantes de las principales Iglesias protestantes a pocos meses de la invasión del 98 para dividirse la isla y no pelearse entre sí. La experiencia de lo ocurrido con la iglesia Bautista en la Guerra Civil los hizo unirse para evitar una división similar. El plan era americanizar "descatolizando” (p.327).
En nuestro país se celebra El Grito de Lares, conmemorando el nacimiento de la nación puertorriqueña bajo España, con la adopción de los Diez Mandamientos que proclamó Betances a los revolucionarios. Varias escuelas envían sus estudiantes a que visiten la plaza de Lares y recuerden la ruta y el sacrificio que significó la gesta de Lares pare preservar la nación que hoy somos. De ese modo se combate la concepción errónea que Puerto Rico no tiene historia de rebeldía y resistencia, ni épicas que recordar. De hecho, los combatientes de Jayuya, Utuado, Peñuelas y demás pueblos en que se combatió en la Revuelta Nacionalista del cincuenta, afirmaban que lo que hacían era refundar la república de Puerto Rico que se había creado en el pueblo de Lares.
Nuestros compositores han sido reconocidos en toda Latinoamérica como iconos de la música que se escribe en español[26]. Las canciones recogen gran parte de nuestra identidad como pueblo y varias de ellas aluden a cantos de rebeldía y de homenaje a nuestros patriotas. Algunas de ellas son las siguientes: Preciosa, de Rafael Hernández; Recuerdos de Borinquén, de Luis R. Miranda; Verde luz de Antonio Cabán Vale; Soñando con Puerto Rico de Bobby Capó; Ahora seremos felices de Rubén Domínguez; Yo habito una tierra Luz, de Tony Croato (nuestro por adopción cultural); Quién no se siente patriota, de José Rafael López; Soy boricua, de Bobby Valentín; Boricua en la Luna, de Juan Antonio Corretjer; Los patriotas de Daniel Santos; El bambú de Davilita y tantas otras que escapan al recuerdo emocionado del que escribe. Con lo dicho queda de manifiesto el hecho patente de que la cultura ha sido arma de resistencia, en un pueblo asediado al que se le niega deliberadamente, en su sistema de educación y en algunas instancias hasta a nivel universitario, el conocimiento y aprecio por su historia patria.
Nadie se equivoque, no es solo con poesías, libros y canciones, que hemos defendido el derecho inalienable a nuestra autodeterminación e independencia[27]. También se han realizado actos heroicos en diferentes épocas, bajo diversas circunstancias, algunas en franca desventaja frente al poder interventor que nos ha tocado enfrentar, que es Estados Unidos, el imperio más poderoso del mundo en términos militares[28]. En 1950, Oscar Collazo y Griselio Torresola, nacionalistas puertorriqueños, atacaron la casa Blair y al presidente Truman, para demostrar que la Revuelta Nacionalista no era parte de una conspiración comunista internacional, como decía Muñoz Marín y para confrontar la farsa del Estado Libre Asociado.
En 1954, otro comando nacionalista, encabezado por una mujer heroica, Lolita Lebrón atacó al Congreso de Estados Unidos, reclamando el derecho de Puerto Rico a ser libre y refutando lo que Estados Unidos le representó al mundo en la ONU, cuando logró en1953[29], que se le relevara de rendir informes sobre Puerto Rico bajo la premisa de que habíamos alcanzado un grado de autonomía que lo justificaba.
En la década del setenta se realizaron actos de desobediencia civil, en Culebra y luego en Vieques, para lograr que la marina de guerra de Estados Unidos abandonara ambas islas pertenecientes al archipiélago puertorriqueño. La desobediencia civil provocó el encarcelamiento de varios dirigentes del Partido Independentista Puertorriqueño, entre ellos, su presidente, Rubén Berrios Martínez y varios otros hombres y mujeres de diversas agrupaciones patrióticas que arriesgaron su vida en el campo de tiro de ambas poblaciones. En el setenta la marina se fue de Culebra y la lucha por sacarla de Vieques duró hasta el año 2000, en que de nuevo la desobediencia civil, esta vez más amplia diversificada y creativa, logro un consenso nacional y mundial, que los obligó o a abandonar Vieques[30].
La década del setenta y ochenta, décadas de revoluciones y de contrainsurgencia auspiciada por Estados Unidos
Para entender los métodos de lucha que se tuvieron que utilizar para enfrentar dictaduras de derecha que negaban toda oportunidad de cambio por la vía electoral, es necesario examinar varios eventos. Se produjo el golpe de estado en Chile que disuadió a los que pretendían hacer el socialismo por la vía democrática. Se fortaleció y financió por Estados Unidos, bajo Reagan, la escuela de las Américas, entrenando militares en técnicas de contrainsurgencia. Se financió la contraguerilla en Costa Rica, para derrocar al gobierno de Nicaragua y la revolución Sandinista. Se financió y entrenó fuerzas militares para sostener dictaduras en El Salvador, Guatemala y Argentina, entre otros países de Centro y Sur América. Bajo esas condiciones era difícil o imposible hacer cambios por la vía electoral o por medios pacíficos como la desobediencia civil.
Eran los tiempos de la llamada guerra fría, (décadas del setenta y ochenta), en los cuales se desarrolla un periodo de intensa militancia de las fuerzas revolucionarias de Puerto Rico (en los partidos oficiales de izquierda y en organismos de izquierda de carácter clandestino) que fueron parte de una lucha activa y vibrante por mantener el reclamo de Puerto Rico a su independencia y descolonización. Fue una época en que además, el gobierno de los Estados Unidos y Puerto Rico, arreció e intensificó la persecución mediante diferentes mecanismos represivos, incluyendo el asesinato, con el objetivo de neutralizar los movimientos sociales y anticolonialistas y evitar la participación popular en las mismas.
Veamos algunos ejemplos: los asesinatos de dos jóvenes independentistas en el cerro Maravilla en Villalba, Puerto Rico[31], la muerte, encubierta aún por autoridades federales, de Carlos Muñiz Varela por su lucha por el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos; de igual modo, el asesinato de Santiago Mari Pesquera, hijo del patriota puertorriqueño Juan Mari Brás, quien era candidato a la gobernación de Puerto Rico por el Partido Socialista de ese momento. Ocurrió también, el asesinato en una prisión en Estados Unidos de Ángel Rodríguez Cristóbal, arrestado y sentenciado en la lucha por la salida de la marina de guerra de Estados Unidos, en Vieques.
Un frente de organizaciones clandestinas, constituido por El Ejército Popular Boricua, (Los Macheteros), en unión a otras organizaciones clandestinas del momento, reivindicaron sus muertes, mediante acciones como la quema de aviones militares y el ataque a un camión militar en Sabana Seca, Toa Baja, Puerto Rico. Se efectuó además otro tipo de acciones como la apropiación de diez millones de dólares de un camión de la Wells Fargo, para utilizar el dinero en apoyo a la independencia de Puerto Rico hecho que se hizo formar parte del expediente de los que hicieron alegación pre acordada en el tribunal federal que los juzgó.
En el año 1978, Pablo Marcano García y Nydia Cuevas Rivera, secuestraron el Consulado Chileno para exigir la excarcelación de los presos nacionalistas que cumplían cárcel por los actos de la década del cincuenta que hemos reseñado en este escrito. También han sido ejemplo de resistencia y lucha las diferentes huelgas universitarias en defensa de la educación pública, contra la militarización y en apoyo a los derechos de diversos sindicatos y corporaciones públicas. Estas luchas estudiantiles se han caracterizado por su creatividad, su dirigencia colectiva y el uso de medios de comunicación creados por los estudiantes, desde el interior de la Universidad de Puerto Rico[32], para difundir el mensaje de la huelga estudiantil que despertó e involucró al pueblo en su apoyo[33].
El caso de Oscar López Rivera
Mención aparte en esta breve historia de resistencia contra el genocidio cultural y el coloniaje, merece el caso de Oscar López Rivera, puertorriqueño nacido en un pueblo del centro de la isla, San Sebastián del Pepino. A los 13 años, tuvo que emigrar a Estados Unidos con su familia, que como tantos otros, se fueron en búsqueda de mejores oportunidades de empleo y educación para sus hijos, obligados por la política de la válvula de escape. Oscar creció y se formó en las calles de Chicago. Conoció de cerca el racismo y el discrimen que caracteriza varios estamentos de la sociedad norteamericana y que obliga a los que lo padecen, a grandes sacrificios para sobrevivir y conseguir su espacio de convivencia. Oscar, siendo joven fue reclutado a la guerra de Vietnam, en la cual tuvo una participación destacada que le valió la medalla de bronce por su valor en combate. Al regreso a Chicago entró en contacto con nacionalistas puertorriqueños que sumado a las experiencias en Vietnam, le hicieron consciente de la situación colonial y de insubordinación política que vivía su pueblo, su nación, que es Puerto Rico.
Esas experiencias y el estudio de nuestra historia, le llevaron a involucrarse en luchas comunales y a convertirse en un organizador exitoso. Consiguió mejores viviendas y empleos razonables para sus compatriotas, espacios de estudio en la universidad de Chicago para las minorías, estimuló el estudio de nuestra historia, de nuestros próceres y concientizó a cientos de compatriotas sobre la lucha por la descolonización de Puerto Rico. Es decir, se fue convirtiendo en un problema político y un peligro para las autoridades que mantienen el coloniaje en Puerto Rico, al organizar desde los centros de poder la resistencia nacional.
El proceso en que se vio inmerso obliga a Oscar a irse al clandestinaje y luego de cuatro años es arrestado el 29 de mayo de 1981. Fue acusado y convicto de Conspiración Sediciosa (conspirar para derrocar el gobierno de Estados Unidos en Puerto Rico)[34]. En los primeros años de encarcelamiento, Oscar fue sometido a 12 años en solitaria, privado de sueño, de experiencias sensoriales y de visitas de contacto con su familia[35].
Luego de ser sentenciado a setenta años de cárcel (cincuenta y cinco más quince añadidos por una fuga fabricada), el Presidente Clinton le ofrece salir en el año 2009, con una sentencia cumplida de 29 años. Dos de sus compañeros, seguirían en prisión sin que se les ofreciera fecha de salida y esto lleva a Oscar a rechazar la oferta en solidaridad con ellos. Ambos fueron excarcelados posteriormente, pero no Oscar. En Puerto Rico se ha desatado una fuerte campaña que ha alcanzado un amplio consenso de la sociedad civil, las iglesias católicas y evangélicas, los sindicatos más importantes y los tres partidos políticos principales del país así como varias organizaciones de izquierda, de derechos humanos y civiles, de la mujer, ambientales, de solidaridad, estudiantil, magisterial, culturales (músicos, artistas de la plástica, poetas, escritores), profesionales (médicos, abogados, trabajadores sociales, sicólogos) y sociales entre otras, que han sido solidarias con el reclamo para que se excarcele a Oscar.
Además, se ha conseguido el apoyo de varios ex gobernadores de Puerto Rico y también de siete premios Nobel de la Paz. En Estados Unidos existen varios comités organizados en diversos estados en apoyo a su excarcelación. De igual modo, se ha conseguido más de diez Resoluciones unánimes del Comité de Descolonización de la ONU, reclamando al gobierno de Estados Unidos y a su Presidente, que excarcele a Oscar.
Aun con todo ese consenso que se ha conseguido en Puerto Rico, en territorio norteamericano y a nivel internacional[36], Oscar sigue en prisión en lo que muchos han llamado un ejercicio de tiranía del gobierno de Estados Unidos. La intención evidente es intimidar al pueblo en lucha por los ideales de Oscar. Es enviar un mensaje disuasivo sobre la amenaza de cárcel a quien intente derrocar al coloniaje por los medios que sea y parecería que es una venganza o retribución por obligar a la marina a abandonar Vieques y la base Roosevelt Roads en Ceiba. Nada de eso ha servido contra los movimientos patrióticos y las personas (hombres y mujeres) que tienen un compromiso sagrado de involucrar su vida en la lucha por la independencia de Puerto Rico.
Oscar está preso, mientras tanto, el pueblo lucha por su excarcelación en la calle, también afirma su presencia en la patria a través de la pintura, la poesía, la música, el canto, la escultura, el arte dramático. El coloniaje es un crimen contra la humanidad y una necesidad anacrónica de los países que pretenden mantener dominio sobre el destino de naciones, como la nuestra, que tienen un derecho inalienable a la autodeterminación e independencia. Oscar López se ha convertido en símbolo de inspiración para un pueblo que resiste y lucha contra los intentos de destruir su cultura y su identidad nacional. Nuestro pueblo no descansará hasta convencer al Presidente Obama de que excarcelar a Oscar López es un gesto de buena voluntad y de reconciliación con la nación puertorriqueña que ha sufrido los efectos letales del coloniaje.
El rol de las mujeres en la lucha revolucionaria
Hemos sido invitados a escribir y reflexionar sobre genocidio, desaparecidos y coloniaje, y lo hemos hecho a la luz del contexto histórico de la lucha del pueblo de Puerto Rico, en defensa de su derecho a la descolonización e independencia. Nosotros pensamos como Albizu, que a la patria como a la mujer, hay que amarla física y espiritualmente. De hecho, mujeres gloriosas han sido parte de la lucha por la libertad y la autodeterminación de los puertorriqueños. No se ha hecho justicia en la historiografía al rol de la mujer en la lucha. Pocos estudios se han publicado sobre el tema. En parte por la modestia de muchas de ellas que preferían recibir tareas y cumplirlas, con grandes ejemplos de valor y sacrificio, sin figurar públicamente como protagonistas[37].
Sabemos que Ruth Reynolds cuidó a Albizu luego de salir enfermo de Atlanta. Doris Torresola y Carmín Pérez combatieron con Albizu, batiéndose a tiros con la policía, cuando la residencia de Don Pedro fue atacada a raíz del ataque al Congreso de Estados Unidos en 1954. Isabelita Rosado[38] que fue miembro de la Junta Nacionalista y asumió responsabilidades sensitivas en el apartado militar del partido al igual que Rosa Collazo y otras, cumplió varios años de cárcel por su militancia nacionalista, que se extendió hasta sus ciento siete años de edad. Isabelita vivió, siempre preguntando y gestionando sobre qué más se podía hacer para mantener la lucha por la independencia de Puerto Rico. Blanca Canales encabezó la revuelta nacionalista en Jayuya cuando muchos hombres flaquearon en el momento definitorio en que había que arriesgar la vida por la patria[39].
Así que cuando parece que todo está perdido, cuando reina la desesperanza y el pesimismo, la patria resurge movida por el sentimiento ínsito de nacionalismo que alberga en el corazón de todo hombre y mujer puertorriqueño(a), que sabe que esta es su única patria. Por eso el que cree que el ansia de libertad ya no existe, porque lo miden por números electorales o por el desánimo del momento, tiene que recordar que los que luchan por la libertad, siempre pueden resurgir y decir como la cigarra en el compromiso con su pueblo:
“Tantas veces me mataron,
En Isabela Puerto Rico; Eduardo Villanueva Muñoz, CDHPR
[1] Ver el profundo y provocador estudio del juez federal, José A Cabranes, sobre este tema: Citizenship and the American Empire, New Haven Yale Univ press.1979. Además; Juan Mari Brás: Nacionalidad y Ciudadanía Rev. Barco de Papel, De hecho, Mari Brás y José (Fufi) Santori, organizaron diferentes estrategias, jurídicas y políticas, para auspiciar que grupos de puertorriqueños renunciaran a la ciudadanía americana. Ver: Ramírez De Ferrer vs Mari Brás 144 DPR 141(1997).
[2] Delma S Arrigoitia, José De Diego el Legislador, Ed. Del Instituto de Cultura(1991).
[3] Dirigentes del Partido Unión de Puerto Rico(Muñoz Rivera), el Partido republicano(Barbosa) y miembro del Partido Revolucionario de Cuba Y Puerto Rico en Nueva York( Henna).
[4] Albizu decía que parte de su personalidad revolucionaria y antiimperialista la formó en sus viajes por el sur de EE UU donde vio grandes muestras de racismo y de discrimen. No era antiamericano era anti gobierno de EE UU. Ver: Una buena biografía de Albizu en Marissa Rosado, Las Llamas de la Aurora.
[5] Juan A Corretjer: El Líder de la Desesperación, Semblanza Polémica, 1972.
[6] Ramón E Betances, médico, revolucionario, organizador del grito de Lares y líder de la independencia en el siglo XLX.
[7] Ver; Pedro Aponte Vázquez, Las memorias que don Pedro nunca escribió.
[8] EE UU basa su teoría en los llamados casos insulares, entre otros: Balzac vs People of Puerto Rico, 258 US 298(1922), Downes vs Bidwell, 182 US 244 (1901) y Harris vs Rosario, 446 US 651 (1980), que establecen que Puerto Rico pertenece a Pero no es parte de EE UU. También en Harris, supra y otros casos, se ha ratificado en las cortes federales que EE UU puede discriminar económicamente con Puerto Rico por ser un territorio no incorporado.
[9] Esa frase fue acuñada en respuesta a la masacre de Rio Piedras, cuando la policía, encabezada por Riggs, asesinó a varios estudiantes en la calle Brumbaught de Rio Piedras.
[10] Hubo un segundo juicio, porque en el sistema federal tiene que haber un veredicto de culpabilidad por unanimidad. Si no ocurre así, el estado tiene derecho a un segundo juicio. En ese segundo juicio, el jurado fue escogido en fortaleza por el gobernador Winship y el fiscal del caso, Cecil Snyder, incluyendo en el mismo a empleados del gobierno federal y a norteamericanos adeptos al régimen.
[11] Juan A Corretjer lo llamaba así en virtud de que según los casos insulares, Puerto Rico pertenece a EE UU pero no forma parte de ellos. No se puede conspirar para separar a una nación de otra de la cual no forma parte, es la lógica política y correcta de Corretjer.
[12] Para una valiosa reseña de ese proceso histórico y cómo encarcelan a Albizu de manera fraudulenta ver: Luis Rafael Rivera: Entre Muñoz y Schneider, Albizu…
[13] Ver: José Paraliticci, Cien años tras las rejas… Ver También Luis A Nieves Falcón :Un siglo de represión política
[14] Ver Pedro Aponte Vázquez : Yo Acuso, Tortura y Asesinato de Pedro Albizu Campos; El caso de Cornelius Roadhs
[15] Para una historia de la organización Casa Pueblo en Adjuntas ver su pág. electrónica: casapueblo.correo@gmail.
[16] Expedientes que levantaba la policía de Puerto Rico en los cuales se identificaba a los que eran independentistas, para que luego los patronos y agencias de gobierno, entre otros, discriminaran contra ellos.
[17] Alguna bibliografía valiosa sobre este tema son los siguientes libros y artículos: Las Carpetas Persecución Política Y Derechos Civiles en Puerto Rico; José J Colon Morera y ramón Soto Bosques. Las Carpetas y la Era de la Disculpa José Anasagasti 80 Grados, 6 de abril del 2012. Noriega Rodríguez vs. Gobernador, 130 DPR, 919 (1992).Nelson A Denis, War Against All Puerto Ricans, pág. 77 1ed. 2015
[18] Ver Vicente Géigel Polanco, La Farsa del Estado Libre Asociado. Géigel fue Procurador General del gobierno bajo la incumbencia de Luis Muñoz Marín.
[19] Resolución 2105 xx de la ONU (1965).
[20] Ver: Ivonne Acosta; La palabra Como Delito. Para una corta biografía de Matos Paoli y algo de su extensa obra, ver: Prometeo Digital, Antología poesía de siempre.
[21] Ver: Las Tribulaciones de Jonás, Edgardo Rodríguez Juliá.
[22] Sobre los efectos de la migración en los puertorriqueños ver: Duany, J., (1999). La población y la migración en Puerto Rico de cara al siglo XXI. Martínez, F. (Ed.). Futuro Económico de Puerto Rico: Antología de ensayos del futuro económico de Puerto Rico. Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico.
[23] Aceptaba parte de la cultura de la región norteamericana en que vivía pero sin perder su sentido de identidad nacional. Eso era lo que algunos llaman el hombre y la mujer marginal, un ser entre dos culturas, con un sentido de pertenecía dual. Ver: Migraciones, Cambios Sociales E Híbridos Culturales, Emilio Martínez Profesor Titular De Sociología Universidad De Alicante, 1 de nov. del 2000
[24] Camilo José Cela dijo en una conferencia en el Ateneo de Puerto Rico (1979), que éramos el único país del mundo en que no existía un solo nativo que no supiera español.
[25] Aida Negrón de Montilla en su libro La americanización en Puerto Rico y el sistema de instrucción pública 1900-1930
[26] Carlos Monsiváis sociólogo mexicano decía, en su libro Amor Perdido, que Puerto Rico si bien era una colonia de Estados Unidos en lo musical era imperio de Latinoamérica.
[27] Resolución 1514 xv de Naciones Unidas conocida como la carta Magna de la descolonización.
[28] En otra época lo era también en términos económicos aunque ya no tanto, por el avance que ha experimentado China y otras naciones rivales que se constituyen en bloques económicos competitivos.
[29] Ver: Resolución 748 de la ONU relevando a EE UU de rendir informes al amparo del artículo 73- e, de la Carta de Naciones Unidas.
[30] Hay que destacar que aun no han devuelto todos los terrenos que pertenecen a los viequenses ni han cumplido la obligación contraída de limpiar y descontaminar la zona intervenida. Vieques (Puerto Rico) contra la marina de guerra de EE UU: lucha anticolonialista y lucha ambiental
Carlos R. Alicea
Ecología Política
No. 19 (2000), pp. 167-170
[31] Carlos Soto Arriví y Arnaldo Darío Rosado, asesinatos que no han sido aclarados en su totalidad porque el FBI se niega a descubrir información al respecto.
[32] Esta creatividad y liderato colectivo tuvo un auge particular en la huelga de la UPR, en el año 2010.
[33] Para una reseña de las varias protestas y huelgas universitarias, ver: José A Paraliticci, Protestas Disturbios y confrontaciones en la UPR relacionadas con la presencia militar en la institución y por razones ideológicas.
[34] Ver: Jan Susler, Revista Cruce, Conspiración Sediciosa en Puerto Rico: El Caso de Oscar López Rivera.
[35] Para una versión detallada por el propio Oscar, ver: Entre la Tortura y la Resistencia, libro editado por el Dr. Luis Nieves Falcón, auspiciado por el Comité Pro derechos Humanos de Puerto Rico.
[36] Además de la ONU se ha conseguido apoyo de la COPAL, la CELAC, el Foro de Sao Paulo, la Internacional Socialista y otros.
[37] Para un detalle amplio sobre el rol de la mujer en la lucha ver: Rita Zengotita: Reflexiones sobre la Mujer Puertorriqueña y su inserción en la lucha revolucionaria. También, el discurso de Rita Zengotita sobre Isabelita Rosado, el 25 de julio en Cerro Maravilla, Además, para un ensayo más actualizado de nuestras combatientes, ex prisioneras excarceladas en 199, examinar; Revista Cruce: Roxanna D. Domenech, Las Mujeres y la Conspiración Sediciosa.
[38] Para datos sobre su lucha y la de otras mujeres ver: Alejandro Torres Rivera: Tres Heroínas de la independencia tres mujeres de la libertad, en red Betances…,
[39] Para conocer más en detalle sobre este momento histórico, ver: La Constitución es la Revolución, Blanca canales, Congreso Nacional Hostosiano (1997).
[40] Fragmento de canción: Como la Cigarra, de María Elena Walsch.
|
Oficina Central, C 25 NE 339, San Juan, Puerto Rico 00920.
Teléfono (787) 774-8585, minhpuertorico@minhpuertorico.org
otropuertoricoesposible@gmail.com
No necesariamente lo publicado representa la posición del MINH.