«La fecha más gloriosa que celebran todos los pueblos del mundo es el día de su independencia nacional, pero cuando hay que lucharla es siempre una minoría la que está dispuesta a sacrificarse para lograrla. Así ha sido en todas las colonias del mundo y Puerto Rico no es una excepción.»

Uno de ustedes me preguntó cómo es posible que  —aparentemente— un 50 por ciento de los boricuas apoyen  la estadidad para Puerto Rico.  Pues a ese respetable compañero le digo que dada nuestra situación, desde 1898 es casi milagroso que todavía hayamos puertorriqueños que creemos en nosotros mismos y en nuestro derecho a la independencia. En todos los países del mundo siempre ha sido un puñado de patriotas los que no se rinden y  dedican su vida a luchar por la independencia patria.

Ahora que se acerca el 4 de julio, quiero decirles que solo fue una minoría la que luchó por la libertad de las trece colonias. Si hubiesen hecho un plebiscito, todavía estarían bajo el mando del rey Jorge de Inglaterra.  Según expresó uno de los primeros presidentes de los Estados Unidos —John Adams o Samuel Adams— cuando la población de las trece colonias sospechaba que los revolucionarios luchaban no solo contra la imposición de mayores impuestos al té, sino que luchaban por la independencia, los evadían como si tuvieran lepra. Miles de colonos se fueron para Inglaterra y Canadá huyendo de la independencia.

La fecha más gloriosa que celebran todos los pueblos del mundo es el día de su independencia nacional, pero cuando hay que lucharla es siempre una minoría la que está dispuesta a sacrificarse para lograrla. Así ha sido en todas las colonias del mundo y Puerto Rico no es una excepción.

Estoy orgulloso de que en mi pueblo siempre haya existido esa gloriosa minoría y de que se haya expresado y se exprese mediante toda clase de lucha.

Gracias, compañero, por la pregunta.

Cancel Miranda es un independentista puertorriqueño, sentenciado en 1954 a una cadena perpetua en los Estados Unidos por atacar, acompañado por Lolita Lebrón, Andrés Figueroa e Irvin Flores Rodriguez, el Congreso de EEUU para llamar la atención internacional sobre el caso colonial de Puerto Rico. Bajo presión internacional, el Presidente Jimmy Carter les concedió la amnistía en 1979, después de 25 años en prisión.