La situación libia ha acaparado el 99% de las noticias de la prensa internacional, sobre todo de las grandes agencias noticiosas transnacionales, sin embargo esto no significa que haya una información contundente sobre lo que allí ocurre, sino más bien una gigantesca desinformación.
Se habla de una confusa situación, ya que el líder libio Muhammar Ghaddafi ha controlado toda la prensa y que lo poco que se sabe es a través de las redes sociales. Se habla de bombardeos y de miles de muertos pero, no hay fotos ni videos, ni evidencia. Entonces surgen las preguntas: ¿Qué pasa con los potentes satélites norteamericanos que son capaces de detectar hasta los menores detalles de las personas y ahora, nada? ¿En un país con un alto Producto Interno Bruto (PIB), donde abunda la tecnología europea no hay posibilidades de mandar videos por You Tube de las horribles masacres? ¿Quiénes son los líderes de los “manifestantes pacíficos” y cuáles son sus demandas?
Tomando en cuenta que Libia tiene unas Fuerzas Armadas compuestas por un ejército de 50.000 hombres, una fuerza aérea de 18.000 efectivos y una fuerza naval compuesta por 8.000 integrantes, ¿Cómo pueden manifestantes pacíficos tomarse gran parte de las regiones petroleras del este de Libia, sin armas, defendidas por un ejército dispuesto a masacrar y fuertemente armado?
Desde luego Libia no es Egipto y Ghaddafi siempre fue un odiado enemigo de EUA, recordemos que Bush lo declaró parte del “eje del mal”, tampoco es un país pobre, tiene un alto PIB, 90.251 millones de US dólares, y es una república popular que nacionalizó todas las petroleras transnacionales. Con una población de 6.294.000 habitantes tiene la menor densidad de población del mundo con 3,6 hab./km². y una relación comercial que abarca la UE con un 79%, sólo el comercio con Italia es un 40,4%, y 6,8% con EUA.
Un poco de historia
Libia después de la 2° Guerra Mundial se convierte en una monarquía a cargo del rey Idris I. En 1969, mientras veraneaba en la Costa Azul fue derrocado por un grupo de oficiales jóvenes que lideraba Ghaddafi en un golpe incruento. Se encontró con un país empobrecido, con más de un noventa por ciento de analfabetismo y una gran mortalidad infantil. Los dueños del petróleo eran empresas extranjeras.
Ghaddafi expropió las petroleras volviendo el petróleo a manos del pueblo libio, combatió el analfabetismo, fundó universidades, hospitales, construyó caminos y carreteras y comenzó un plan ambicioso para verificar zonas desérticas.
En lo político, formuló lo que llamó la tercera vía universal, formando comités populares y dando forma a la Jamahiriya, una especie de poder popular.
Las mejoras sociales fueron notables llegando el PIB por habitante a 14.533 US dólares; el crecimiento anual del año 2010 fue de 6,7/%. Las expectativas de vida son de 74 años y la mortalidad infantil es de 18 por 1000. El analfabetismo es de 5,5 en hombres con un gasto en educación de 2,7% del PIB mayor que el gasto el gasto en defensa que es de 1,1% del PIB.
Su deuda externa es de 5.521 millones de US dólares y sus importaciones son de 11.500 millones de dólares, con exportaciones por 63.050 millones de dólares. Sus principales proveedores son la UE con 48,7%, (Italia 22,7%) y Asia con 31,1%.
Desde luego un gobierno así no podía ser bien visto por el Imperio. En 1983, barcos norteamericanos dispararon desde el golfo de Sirte sobre el Palacio de Gobierno, dando muerte a una de las hijas de Ghaddafi, en uno de los numerosos intentos de asesinato, pero el líder libio no estaba allí y sobrevivió al ataque.
Este lamentable hecho produjo un cambio en la conducción política del líder libio, el que se tradujo en un ablandamiento en su forma de combatir a su principal enemigo. Cometió errores, derivó hacia un nepotismo acentuado y se volvió autoritario. Quizás este hecho con el tiempo resultaría esencial para la situación que hoy vive la revolución libia.
Las garras del imperio y la genuflexión de la ONU
La situación producida en Libia merece un análisis distinto a lo ocurrido en Egipto. Desde luego sirve para ver en toda su desvergüenza el accionar del imperio. Habla de genocidio y de aplicar sanciones a un régimen que dispara sobre civiles desarmados, sin embargo, cuando Israel bombardeó a la población civil palestina, (recordemos que Palestina no tiene ejército por no ser Estado), en la operación Plomo Fundido, no llamaron a la ONU, ni a aplicar sanciones y recientemente vetaron una condena a Israel por la muerte de población civil.
Los EUA hablan de DD.HH. sin acordarse de Guantánamo ni de las cárceles secretas de la CIA, habla de sentimientos humanitarios llevando ya 10 años de intervención en Afganistán y la destrucción de Irak. Sus intereses son muy claros: Libia tiene uno de los mejores crudos del mundo y la política del imperio es apoderarse de su petróleo. No es casual que la revuelta esté centrada en Bengazi donde están las mayores petroleras libias.
Pero eso no es todo. Ya en el gobierno del inefable G.W. Bush, Condoleeza Rice había planteado la idea de un nuevo Medio Oriente, al parecer la situación parece ser una realidad. Es posible que el mayor obstáculo para ello sea Libia. Es factible que si no es viable botar a Ghaddafi, se trate de desmembrar el país quedándose con las regiones orientales de Libia, fronterizas con Egipto. Las posibilidades son muchas, desde ahogar comercialmente al país hasta una intervención militar, que ya está orquestando la prensa. Lo que si queda claro que Libia está siendo aislada y acorralada por el imperio y sus aliados léase UE y OTAN, y por el más fiel servidor imperial el señor Ban Ki-Moon oriundo de Corea del Sur, quien se ha convertido en el más genuflexo de los secretarios generales de la ONU.
Las grandes interrogantes
Hay razones para pensar que algo grande está en desarrollo en los países del Oriente medio. Para el imperio, el Magreb y los países árabes productores de petróleo son estratégicamente importantes. No se puede pasar por alto que la 5° flota se estaciona frente a Barhein, hoy día también reprimido por sus reyezuelos sumisos al imperio y de lo que nada ha comentado el señor Obama.
Es extraño que de repente y simultáneamente un buen número de países se estén sublevando y cambiando a sus gobernantes, todo esto sin que las centrales de inteligencia hayan tenido noticias de ello, ni siquiera el Mosad. La idea de democracia es una construcción occidental ligada estrechamente al desarrollo del capitalismo y por lo tanto bastante ajena a la filosofía islámica. ¿Cuál es el propósito de estos levantamientos? ¿Recuperar la cultura islámica tan aplastada por las conquistas occidentales o al revés, introducir en todo su esplendor el capitalismo neoliberal y globalizar a una parte del mundo que todavía no había sido integrada? ¿Por qué Ghaddafi culpa a Al Qaeda y siendo así, por qué el imperio prefiere una revuelta de un grupo considerado por ellos terrorista a un gobierno con el que mantiene relaciones comerciales? Si ahora reconocen que hay milicias armadas entre los rebeldes, ¿quién las provee de armamento?
Estamos muy encima de los acontecimientos para poder encontrar claridad en los sucesos del Medio Oriente. Las interrogantes son muchas y estamos bombardeados por mentiras y desinformaciones. La prensa está jugando su rol de vocero imperial. Se está satanizando a Ghaddafi y creando una situación terrorífica igual como se hizo con Saddam Husein y las armas de destrucción masiva que nunca se encontraron. La situación se parece cada día más a la creada por Bush en Irak. Se está hablando de una intervención “militar humanitaria” (?).
Es posible que Libia sea la tercera invasión del imperio en el siglo XXI; las campañas de la prensa internacional así lo indican.
Sin embargo, siempre hay quien vea las cosas desde otro punto de vista. Me gustaría señalar que las noticias directas desde Libia y los comentarios sin presiones de los analistas políticos de Tele Sur han sido un alivio entre tanta desinformación.
Luisa Bustamante es Licenciada en Sociología, Universidad ARCIS. Diplomada en Estudios Griegos y Bizantinos de la Universidad de Chile. |