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Las elecciones de segunda vuelta en Ecuador del 13 de abril de 2025: la derecha mantiene el poder PDF Imprimir Correo
Escrito por Alejandro Torres Rivera   
Lunes, 21 de Abril de 2025 13:33

 

16 de abril de 2025

 

El 19 de febrero de 2017 se efectuó la segunda vuelta en las elecciones para la presidencia y vicepresidencia de la república de Ecuador. Estas elecciones se llevaron a cabo debido a que ninguno de los candidatos a la presidencia y vicepresidencia en una primera vuelta obtuvo más del porciento de votos requeridos por la Constitución para ser certificados ganadores en una primera consulta electoral. De acuerdo con la Constitución ecuatoriana, para que un candidato a la presidencia y vicepresidencia resulte electo en una primera vuelta electoral, se requiere que obtenga la mayoría absoluta de los votos válidos, es decir, el cincuenta por ciento más uno de los votos; o que el candidato o candidata obtenga el 40% de los votos válidos emitidos, pero con una ventaja de al menos un 10% en votos sobre la candidatura que llegue en la segunda posición. De no obtenerse tal resultado, se deberá llevar cabo una segunda elección entre las dos candidaturas a la presidencia y vicepresidencia que obtuvieran el mayor número de votos.

 

En la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador, efectuadas el 9 de febrero de 2025, además de escoger quién ocupará la presidencia y vicepresidencia; se escogen 137 diputados a la Asamblea Nacional, organismo legislativo unicameral de Ecuador; y la representación parlamentaria ante el Parlamento Andino.

Ecuador cuenta con una población de 18,058,218 habitantes; de los cuales 13,732,194 estaban registrados para votar; y de los cuales 11,264,194 participaron en las elecciones, para un 82.03%.

 

En las elecciones de 2017 se enfrentaron en una segunda vuelta  las dos agrupaciones políticas principales: “Alianza País”, por el entonces candidato oficialista Lenin Moreno, quien había fungido como vicepresidente bajo el gobierno de Rafael Correa; y el neoliberal Guillermo Lasso, de la “Alianza por el Cambio”, quien concurría como candidato por segunda vez. En esta segunda vuelta electoral Moreno alcanzó el 51.6% de los votos, mientras Lasso, obtuvo el 48.84%. A pesar de estos números finales, lo cierto es que Lasso obtuvo un avance en el número de votos, desde la primera vuelta de un 28.09% al 48.84%, con un incremento de más de un 20% de los votos. Moreno por su parte obtuvo un incremento de poco menos de 11% entre la primera vuelta y la segunda. Es natural que así fuera toda vez que toda la derecha en Ecuador, la cual se encontraba más dividida en la primera vuelta que la izquierda, consolidó su voto de derecha en Lasso en la segunda vuelta.

 

A Moreno le acompañó como candidato a la vicepresidencia Jorge Glass, quien también había ocupado la posición de vicepresidente durante otro de los mandatos de Rafael Correa.

 

El resultado de la segunda vuelta dejó un país profundamente dividido. A pesar de ello, al evaluar el resultado de la contienda electoral, señalamos entonces que a pesar de tal desgaste en “Alianza País”, el peor de los escenarios hubiera sido perderlas, lo que hubiera significado el retroceso en las conquistas sociales alcanzadas producto de la Revolución Ciudadana impulsada por el presidente Rafael Correa. Entendíamos entonces que el triunfo de Lasso hubiera significado el regreso a las recetas neoliberales globales vigentes al momento del triunfo de Rafael Correa. Sin embargo, nos equivocamos en el pronóstico. No pudimos prever en aquel momento que, con el triunfo de Lenin Moreno, el neoliberalismo también se iba a imponer durante el nuevo gobierno.

 

En efecto, Moreno demostró durante su presidencia que había sido un topo neoliberal dentro del gobierno de Rafael Correa, dejando ver durante su mandato su verdadera naturaleza. Descubriendo su verdadero rostro, apenas juramentado en su cargo, dirigió su ataque contra su propio compañero de papeleta, Jorge Glass. Primero lo despojó de sus atribuciones constitucionales en su cargo mediante el Decreto Presidencial Núm. 100; y luego, procesándolo como un criminal corrupto.

 

Apenas pocos meses desde haber jurado como presidente, el 1 de octubre, Moreno hizo público la imposición a los ecuatorianos de un paquete de medidas de choque neoliberales requeridas por el Fondo Monetario Internacional.

 

La propuesta neoliberal constituyó la antítesis de las posiciones que en el pasado Moreno había sostenido cuando fue funcionario del gobierno de Rafael Correa, así como del programa de gobierno con el cual en 2017 concurrió a las urnas.

 

De acuerdo con Rafael Correa, a dos años de ocupar la presidencia, Moreno “desfinanció al Estado adrede y sumió a 500 mil personas en la pobreza.” Señaló que durante los 10 años que duró su gobierno, en Ecuador se dio una inversión de $100 mil millones, limitándose el crecimiento de la deuda pública en $14 mil millones. Moreno, sin embargo, en los primeros dos años de su gobierno, incrementó la deuda pública ecuatoriana en $15 mil millones. A lo anterior debe sumarse, entre otras, la adopción por parte del gobierno de Moreno de un conjunto de medidas neoliberales que en el año 2019 incluyeron la eliminación de subsidios a los alimentos; incrementos en los precios de la gasolina y el diésel; la reducción en un 50% de los días de vacaciones de los empleados públicos; modificaciones de los derechos de los nuevos trabajadores en contratos de empleo ocasionales, reduciendo el 20% del valor de los salarios; y el despido de empleados públicos.

 

En las elecciones efectuadas el 7 de febrero de 2021, donde participaron alrededor de 16 partidos políticos, una vez más, ninguno de sus candidatos a la presidencia y vicepresidencia alcanzaron el porciento requerido por la Constitución para ser electos en una primera vuelta. En la segunda vuelta se enfrentaron Guillermo Lasso candidato de la alianza entre la organización CREO y el Partido Social Cristiano obteniendo el 52.36% de los votos, frente a André Arauz candidato de la alianza UNES que obtuvo el 47.64%.

 

La propuesta neoliberal continuada por Lasso en su presidencia continuó la de su predecesor Lenin Moreno. Bajo el gobierno de Moreno en 2019 los sectores populares desarrollaron importantes jornadas de lucha contra las medidas neoliberales de su gobierno. Indica Magdalena León Trujillo en su ensayo, Ecuador: un país herido que vuelve a estallar, publicado el 24 de junio de 2022 por alai.info,  que el plan neoliberal que implantó Lasso es aquel que Moreno adoptó bajo su presidencia luego de abandonar el programa que le llevó al poder, sustituyéndolo por el de su contrario. Al hacerlo, Moreno abrió “paso a la retoma del poder por la derecha con el consiguiente giro neoliberal y anti-estado.”

 

Indica la autora del ensayo lo siguiente:

 

“La saga neoliberal reincide en acciones que en el pasado llevaron a una crisis extrema (en el cambio de siglo), marcada por la quiebra del sistema bancario, la dolarización y la migración masiva de la población. Retornan actores y agendas de entonces, como una suerte de muertos vivientes. Si el propio Lasso es un banquero ‘venido a más’ en ese contexto de fraudes especulativos, en su equipo de gobierno ha rescatado figuras de la época desfasadas en muchos sentidos de las realidades y urgencias actuales del país. La distancia entre las necesidades del país y las orientaciones del gobierno es palpable y percibida por la gente, pues los hechos no pueden ser más elocuentes.”

 

En el año 2023, en medio de un escándalo político por corrupción el presidente Guillermo Lasso disolvió el parlamento ecuatoriano. En elecciones en las cuales comparecieron entre los dos más votados Daniel Noboa por el Partido Acción Demócrata y Luisa González por Revolución Ciudadana, prevaleció el primero por un ajustado margen de 51.8% a 48.1%,.

 

En la primera vuelta de las elecciones  de febrero de 2025, Noboa obtuvo el 44.3% de los votos frente a González, que logró capturar el 43.8%; es decir, obtuvo el primer lugar por unos 16 mil votos de diferencia. En tercer lugar llegó Leónidas Iza del Movimiento Pactakutik con 5.25% de los votos. Esta agrupación indígena, que ha sido fuerte crítica del correísmo, indicó que no daría su apoyo electoral a Noboa en la segunda vuelta.

 

En la segunda vuelta efectuada el pasado 13 de abril, sin embargo, Noboa obtuvo una ventaja mayor a la primera vuelta con el 56%  de los votos frente al 44% de González. La candidata de Revolución Ciudadana no ha reconocido el triunfo de Noboa alegando la comisión del “mayor fraude de la historia”, solicitando un recuento de los votos y que se abran las urnas.

 

De acuerdo con Noboa, un empresario de 37 años proveniente de una familia de empresarios cuyo padre, Álvaro Noboa, es considerado la persona más acaudalada del país, indicó que “Ecuador ha votado por un presidente joven que ha trabajado por mejorar  la vida de los ecuatorianos. Hoy es una jornada histórica, una victoria de más de diez puntos, más de un millón de votos, que no deja duda de quién es el ganador.” González por su parte ha indicado que el país se enfrenta al “mayor y más grotesco fraude que hemos presenciado los ecuatorianos.” El ex presidente Rafael Correa, aliado de González en sus aspiraciones a la presidencia  señaló en las redes sociales, que los resultados “son imposibles”.

 

De acuerdo con la página electrónica BBC Mundo de 13 de abril de 2025, los temas que mayor discusión presentaron en estas elecciones fueron el tema de la seguridad, el azote del crimen organizado, el narcotráfico, la crisis energética  y la crisis económica. Señala la edición que si bien los asesinatos diarios habían bajado de 22 diarios a 19 por día, la violencia “repuntó con fuerza a inicios de este año: enero y febrero acumularon 1,529 muertes violentas, una media de 26 por día.” El Plan Fénix diseñado por Noboa, “permitió la intervención de las Fuerzas Armadas en cárceles y calles, no logrando la transformación esperada. Indica la publicación las denuncias hechas de violaciones de derechos humanos en Ecuador.

 

Noboa cuenta con el apoyo de importantes sectores. De acuerdo con Andrés Chiriboga, analista político ecuatoriano,  entre tales sectores se encuentran “los altos mandos de la fuerza pública, el aparato judicial, y ha cultivado una relación muy cercana con Estados Unidos.”

 

Si bien en un momento de la campaña, Luisa González asumió un discurso más conservador “para seducir” a sectores más moderados que se oponen al correísmo, es decir, a Rafael Correa, la estrategia parece no haber funcionado. Tampoco fue capaz de atraer al movimiento indígena Pachakutik.

 

Desde la presidencia, Noboa ha procurado acercamientos con la administración Trump, particularmente en temas de seguridad. De acuerdo con la publicación Bloomberg Línea, Noboa fue de los pocos presidentes invitados a la jura de Donald Trump el 20 de enero de 2025. Allí el presidente de Estados Unidos declaró su intención de designar los carteles de drogas en Latinoamérica como organizaciones terroristas internacionales. Luego de ello, Noboa, como caja de resonancia, “declaró a 22 grupos delictivos como organizaciones terroristas”.

 

Noboa envió a la Asamblea Nacional de Ecuador una propuesta de reforma constitucional que permitiría instalar en el territorio nacional ecuatoriano bases militares de Estados Unidos. De hecho, en el pasado las hubo y fueron retiradas bajo la presidencia de Rafael Correa como parte de una reforma constitucional que prohibió el establecimiento de bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano. Tal fue el caso de la base de Manta.  En 2024 fue enviado un proyecto de ley a la rama legislativa para una reforma parcial de la Constitución que permitiría el establecimiento de bases militares extranjeras en suelo ecuatoriano. De prosperar la reforma constitucional, Ecuador se propondría construir una instalación naval en Manta.

 

Durante su mandato, y previo estas elecciones, Noboa llevó a Ecuador a Erik Prince, fundador de la empresa de mercenarios Blackwater para unirse a las operaciones policiacas en Guayaquil. El 3 de abril, se indica, se dio una reunión con los representantes del Bloque de Seguridad de la administración de Noboa con el congresista Mario Díaz-Baralt, presidente del Subcomité de Estado, Operaciones  Extranjeras y Programas Relacionados, desde donde se dirigen los fondos de Defensa de Estados Unidos hacia América Latina.  También, antes de las elecciones, el gobierno de Noboa discutió con Estados Unidos asuntos relacionados con “sistemas de inteligencia, en radares, en protección de fronteras y monitoreo de tráfico de drogas, de pesca ilegal y grupos irregulares cerca de la frontera dedicados a la minería ilegal.”

 

Al presente, su gobierno se encuentra construyendo dos prisiones de alta seguridad en el país.

 

Noboa también ha expresado su simpatía con las políticas económicas  arancelarias de Trump estableciendo el impuesto de 10% a las importaciones ecuatorianas. Indica que tales políticas harán más competitivo a su país. Señala, además, que el presidente de Estados Unidos será invitado a su próxima juramentación.

 

Finalmente el 29 de marzo, Noboa se reunió con Donald Trump en su residencia de Mar-a-Lago en Florida, donde discutieron temas como el de los inmigrantes ecuatorianos en Estados Unidos y su “política antidictadura” contra la República Bolivariana de Venezuela.

 

Como puede verse, se trata de un “nuevo” e importante socio de Donald Trump en su nefasta política, que aún no sabemos a ciencia cierta hacia dónde nos llevará.

 

 

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