Hace 10 años Vieques fue incluido en la lista del Superfondo de la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), un paso que prometía ser de avance tras el cese del bombardeo militar. Sin embargo, un patrón se repite: mientras que se suponía que se realizasen estudios conducentes a trabajos de limpieza y descontaminación eficaces, la Marina se ha basado en estudios que carecen de validez científica (como los de la agencia ATSDR) para retrasar sus trabajos y obviar sus responsabilidades en Vieques.
Dada estas inconsistencias durante la última década, un grupo de científicos organizó en abril un foro ambiental en la UPR sobre la Isla Nena y nos hemos constituido en la Comisión Científica Independiente sobre Vieques.
La comisión se propone estudiar los planes, trabajos e informes sobre la limpieza que la Marina realiza (o deja de realizar) en Vieques y ofrecer una opinión independiente científica sobre la validez de los mismos. Un ejemplo del tipo de estudio que merece ser analizado es el más reciente informe de la Marina entregado al Congreso en febrero y revelado recientemente por El Nuevo Día.
Una de las conclusiones principales del informe es que la Marina esperará hasta cinco años más antes de comenzar a remover bombas del lecho marino. El lecho marino de Vieques sufre contaminado con bombas y chatarra, en oxidación continua. La razón que citan para esperar hasta cinco años es que aún no existen las tecnologías capaces de llevar a cabo ese proceso de forma segura.
No obstante, resulta que esa tecnología sí existe. De hecho, hasta existen conferencias mundiales sobre tecnologías de detección y remoción de bombas del lecho marino, llamadas “International Dialogue on Underwater Munitions”. En esas conferencias se ha enfatizado que dejar bombas en el mar, corroyéndose y liberando sustancias químicas, como propone la Marina para Vieques, es sumamente peligroso. Inclusive, la versión de 2012 de dicha conferencia se llevó a cabo en San Juan.
Durante los pasados años se han detonado bombas vivas a cielo abierto en Vieques, práctica que científicos hemos denunciado porque, similar a los bombardeos de antes, dispersan contaminantes hacia las zonas residenciales en la Isla Nena.
La Marina declara que no existen otras tecnologías que permitan la remoción de bombas de manera más segura. Sin embargo, sí existen cámaras de detonación controlada que limitan la liberación de gases peligrosos al ambiente (incluso al detonar armas químicas) que se han usado en otros lugares de manera segura para remover bombas sin afectar la salud de los vecinos.
¿Por qué la Marina ha decidido no usar esos métodos más efectivos en la remoción de bombas en Vieques es algo que les deben explicar al Congreso y al pueblo de Puerto Rico?
El informe provisto es incompleto y deficiente en varios renglones. Pero a modo de ejemplo, cuando la Marina buscaba justificar quedarse en Vieques, en 1999, preparó un informe, llamado “The National Security Need for Vieques” donde indicó que entre 1983 y 1998 se sobrepasó la cifra de 370,000 municiones militares lanzadas sobre Vieques; ahora indica que solo fueron 40,000 municiones lanzadas de aire a tierra; una diferencia tan enorme la deben explicar al Congreso y al pueblo de Puerto Rico. La lectura del informe, hecho por este servidor y discutido con otros colegas científicos de la comisión, revela que la Marina ha ofrecido información incompleta al Congreso de los EE. UU. para justificar, nuevamente, inacción hacia el desastre ambiental y salubrista del cual es responsable en Vieques.
¿Por qué la EPA, la Junta de Calidad Ambiental y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, conociendo este informe durante los pasados meses, no hicieron un análisis similar al nuestro para proteger al pueblo de Puerto Rico y al medio ambiente es algo que le deben explicar al Congreso y al pueblo de Puerto Rico?
El autor es científico y profesor de Química en la Universidad de Puerto Rico.
(Tomado de El Nuevo Día) |