(San Juan, 23 de mayo de 2015) - El Movimiento Independentista Nacional Hostosiano de Puerto Rico (MINH) expresó hoy solidaridad con el pueblo salvadoreño con motivo de la beatificación de monseñor Oscar Arnulfo Romero.

“Monseñor Romero es el ejemplo más elocuente, comprometido y solidario del cristiano dispuesto a ofrendar incluso su vida por la paz y la justicia social”, destacó el MINH.

“Su ejemplo va más allá de las fronteras salvadoreñas y lo transfigura en símbolo de toda nuestra América”, indicó la organización en un breve comunicado de prensa.

“Más de tres décadas después del vil asesinato de Monseñor Romero, el pueblo salvadoreño se esfuerza por construir una sociedad de la que se erradique la desigualdad, la corrupción, la explotación y la violencia. La beatificación de Monseñor Romero representa, en más de un sentido, la beatificación de miles de salvadoreños y salvadoreñas masacrados durante décadas por los enemigos de ese pueblo hermano”, agregó el MINH.

Al presente, miles de personas se congregan en la capital de El Salvador para participar en la ceremonia de beatificación de Romero, descrito como un hombre tímido de origen humilde, que consagró su vida a la Iglesia Católica en uno de los periodos más turbulentos de la historia salvadoreña.

Romero, según The Associated Press, era una “figura del establishment”, amigo de la élite y las fuerzas armadas, que la realidad de un país pobre, corrupto y violento transformó y lo llevó a optar por defender a los pobres y marginados.

Esa opción en la polarizada sociedad salvadoreña de los 70 y 80 le significó a monseñor Oscar Arnulfo Romero una sentencia de muerte, pese a que había sido nombrado arzobispo de San Salvador con el visto bueno del gobierno militar y el poder económico.

"Era amigo de los ricos y de los militares, del sistema de gobierno de entonces", dijo su biógrafo monseñor Jesús Delgado. Tres años después del nombramiento, Romero fue asesinado cuando en misa consagraba el vino en el altar, momento clave para el rito católico, por un francotirador contratado por escuadrones de la muerte derechistas. El día previo, en su homilía dominical, había implorado a los militares: "En nombre de Dios y de este sufrido pueblo les ruego, les suplico, les ordeno, en nombre de Dios, cese la represión".

Su muerte el 24 de marzo de 1980 fue la coronación de una rápida transformación personal que lo fue alejando de las elites y acercando a los pobres en un país donde los sectores dominantes trataron de aferrarse al poder a cualquier costo y la Guerra Fría se prolongó hasta entrados los 90. Mientras que para la derecha salvadoreña Romero pasó a ser un "guerrillero con sotana", para El Vaticano, que hoy lo beatificará, fue un religioso consecuente con las enseñanzas de la iglesia, agregó un despacho The Associated Press.

(Foto: AFP)