Hoy día este prisionero político lleva mucho más tiempo encarcelado que cualquiera otro en el mundo entero. Mucho más que el que estuvo encarcelado el siempre admirable y recordado Nelson Mandela.
Paralelo a La Cumbre de las Américas, se reunió en la Universidad de Panamá, La Cumbre de los Pueblos. Este organismo sesionó con el propósito de analizar y presentar soluciones a los graves problemas que confrontan los pueblos de Nuestra América. A esta Cumbre asistieron más de 3,500 delegados de América latina. Allí estuvieron representado sindicatos obreros, movimientos sociales, grupos indígenas, partidos políticos, líderes comunitarios, académicos, algunos presidentes y jefes de Estado y de otros grupos sociales muy diversos.
Luego de varios días de deliberaciones y analizar los problemas principales y los conflictos que afectan a los pueblos de América, el plenario de la reunión aprobó una serie de resoluciones a modo de encauzar la lucha en los pueblos de América.
Los delegados de Puerto Rico, integrados por la copresidenta del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, Lic. Wilma Reverón, varios representantes de sindicatos puertorriqueños y el Invitado Especial, Dr. Carlos Pérez Morales, presentaron dos mociones las cuales fueron aprobadas. La primera resolución recaba la solidaridad con esta nación en su lucha por lograr la independencia y plena soberanía de Estados Unidos. La segunda resolución estaba dirigida a solicitar la liberación incondicional del prisionero político independentista Oscar López Rivera. La socióloga Briseida Barrantes de Panamá, tomó la iniciativa de crear allí un Comité Pro Liberación de Oscar. El mismo deberá ser representativo de la sociedad panameña.
López Rivera fue acusado en Estados Unidos por el delito de sedición y fue condenado a cumplir 55 años de prisión. Luego le sumaron 15 años adicionales producto de una fabricación de un caso de intento de fuga. En la cárcel, Oscar ha sido torturado, maltratado y vejado, pero su voluntad y compromiso con la independencia de Puerto Rico permanece inalterada.
En el año 1999, el Presidente de Estados Unidos William Clinton, ofreció indulto a varios prisioneros políticos puertorriqueños, entre ellos a Oscar. Este rechazó el indulto porque el ofrecimiento no incluía a todos los prisioneros políticos puertorriqueños. Aludió que fue el propio ejército de Estados Unidos, durante su participación en la Guerra de Vietnam, quien “le enseñó que al compañero de lucha ni se le abandona, ni se deja solo.”
Como prisionero político convicto por “sedición”, Oscar fue preso “por tratar de derrocar el gobierno de Estados Unidos por la fuerza.” ¡Un solo hombre en esta titánica tarea! ¡Meterse con la nación que tiene las mejores y bien equipadas Fuerzas Militares del Mundo! Este acto no se lo pudo permitir el imperio. La verdad es que a Oscar, el gobierno de Estados Unidos, no le pudo probar ni un acto de violencia. Meramente su confesión de creer firmemente en la independencia de Puerto Rico, y si para lograr esto tiene que ofrendar su vida, así se hará. Su compromiso con la libertad política de Puerto Rico, al igual que la de otros prisioneros políticos puertorriqueños es inquebrantable.
En su comunidad en Chicago, donde vivió por largos años, Oscar se distinguió por ser un líder comunitario. Junto a sus vecinos boricuas e “hispanos” luchó fuertemente para conseguir mejores oportunidades educativas para la comunidad. Defendió los mejores intereses comunitarios.
En Puerto Rico se han formado numerosos grupos que luchan por la liberación incondicional de Oscar. El liderato político de todos los partidos, comenzando por el gobernador, la legislatura, los alcaldes, el liderato religioso, incluyendo la Conferencia Episcopal de Puerto Rico (Iglesia Católica), los sindicatos de trabajadores y todo el pueblo, se han solidarizado con la causa de la liberación de este heroico luchador por la independencia.
Durante la campaña presidencial el presidente Barack Obama, visitó Puerto Rico. Se le solicitó que de ganar la presidencia de Estados Unidos, indultara incondicionalmente a Oscar López Rivera. Allí prometió que le daría seria atención a este asunto. Tal como olvidó su promesa de cerrar la base militar de Guantánamo en Cuba, así también se olvidó de Oscar.
Hoy día este prisionero político lleva mucho más tiempo encarcelado que cualquiera otro en el mundo entero. Mucho más que el que estuvo encarcelado el siempre admirable y recordado Nelson Mandela. Aunque algunos gobernantes latinoamericanos, el Comité de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas, y otros organismos internacionales han recabado la libertad incondicional de Oscar, Estados Unidos lo mantiene encarcelado.
Como siempre la República de Panamá es solidaria con las causas justas. Puerto Rico entero se lo agradece. ¡Viva Panamá!, ¡Viva Oscar López Rivera!
Dr. Carlos Pérez Morales Docente Jubilado Universidad de Puerto Rico |