WASHINGTON – A días de cumplir 404 meses de cárcel y tras intensificarse la presión para que sea liberado, el prisionero político puertorriqueño Oscar López Rivera está convencido de que el presidente Barack Obama decidirá su caso antes de dejar la Casa Blanca, pero no quiere que se siembren “esperanzas falsas”.
Acaba de pasar, por su trigésimo tercer año, otra Navidad en prisión, días durante los cuales se avivaron los llamamientos a favor de su excarcelación desde la esfera internacional, generando expectativas muy altas entre los que. como dice su abogada Jan Susler pueden “cruzar los dedos, pero no los brazos”, para lograr su regreso a casa.
Por su cumpleaños 72 coincidir con el día de los Tres Reyes Magos, y aunque a la prisión de Terre Haute (Indiana) no entraron los aires de Navidad, López Rivera se convirtió el 6 de enero en el chef del día y le cocinó a prisioneros boricuas y dos colombianos un almuerzo con lo mejor-, dentro de la calidad de la comida en la institución-, que pudieron comprar en la comisaría: mariscos, arroz y frijoles mexicanos. Como postre, un bizcochito.
Los recuerdos de las celebraciones de su cumpleaños fuera de la prisión los tiene borrosos. “Desde que entré en la lucha no lo celebro”, dijo.
López Rivera cumplirá en mayo 34 años en cárceles estadounidenses tras ser arrestado y convicto por “sedición”, debido a sus vínculos con las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). Conoce los más recientes reclamos de los presidentes de Uruguay, José “Pepe” Mujica, y Venezuela, Nicolás Maduro, a favor de su excarcelación.
También le fueron a buscar al cuarto en que dibuja para advertirle que por televisión los presidentes de Estados Unidos y Cuba anunciaban la histórica decisión de restablecer relaciones diplomáticas. Las negociaciones sobre Cuba, que incluyeron un intercambio de espías y la liberación de prisioneros políticos en La Habana, estuvieron salpicadas por gestiones, como las del presidente Mujica, para que se diera finalmente la excarcelación del prisionero político que más tiempo ha estado en cárceles estadounidenses.
“No creo que vaya a ocurrir una decisión en un futuro muy, muy cercano”, dijo López Rivera, en una entrevista el jueves, por teléfono, pues por cuarta ocasión en 19 meses las autoridades de Terre Haute - alegando razones de seguridad-, rehusaron permitir el acceso de El Nuevo Día a la prisión.
¿Cómo está su salud?
—El sistema de inmunidad mío está bastante bueno todavía.
Su imagen está por todos lados en San Juan. Hubo una campaña intensa por Internet el día de su cumpleaños, que llegó a más de 550,000 cuentas de redes sociales. En Río Piedras hubo una actividad para celebrarle su cumpleaños.
—¿500,000? ¡Uau! Sabía de la celebración en Río Piedras, pero que la meta era alcanzar los 100,000 tuits.
Después de abogar por su excarcelación en mayo en la Casa Blanca, el presidente Mujica publicó una carta abierta dirigida al presidente Obama en la que reiteró su reclamo para que se le libere.
—Leí la carta. Ese señor es uno de mis héroes. Su visión de mundo debe ser estudiada cuidadosamente.
El presidente Maduro, mientras, acaba de proponer canjearlo por otro preso político, el líder opositor venezolano Leopoldo López.
—Creo que el presidente Maduro respondió a lo dicho por el vicepresidente Joseph Biden de que a Leopoldo López lo estaban torturando. Nicolás Maduro, como Hugo Chávez, fueron elegidos democráticamente. Si las personas que le dieron el golpe a Chávez hubieran estado en Estados Unidos, con toda probabilidad no solo estarían presos, sino quizás habrían sido torturados. En Puerto Rico no nos han dado la oportunidad de descolonizarnos.
¿Ve la propuesta de Maduro como una posibilidad real?
—No creo que EE.UU. vaya a dar a ese paso. Para EE.UU., Leopoldo López representa más estando preso en Venezuela que en Estados Unidos.
¿Aceptaría que le condicionen regresar a Puerto Rico?
—No lo he considerado. Imagino que Maduro lo que quiso fue decir, ustedes tienen uno, y yo tengo otro, vamos a intercambiarlos. Pero, estoy seguro de que Estados Unidos no va a responder. Soy puertorriqueño y estoy luchando por mi patria.
Independientemente de que no tenga posibilidades la propuesta de Maduro, generó uno de los momentos de mayor divulgación de su caso a nivel internacional.
—Para mí fue interesante que Univisión nos dio cobertura, que nunca lo hace. Sé que lo hicieron porque se trataba del caso de Leopoldo López.
¿Oye del proceso de clemencia?
—No creo que vaya a ocurrir una decisión en un futuro muy, muy cercano. Cuando haya una decisión, creo que se usará el mismo patrón que siguieron (Jimmy) Carter y (Bill) Clinton, que tomaron en cuenta intereses políticos. (Llamó la atención a que Carter liberó a cuatro nacionalistas en 1979 y Clinton le otorgó clemencia a una docena de miembros de Los Macheteros y la FALN, incluido él, que la rechazó por no incluir a todos sus compañeros, en 1999. En ambos casos la decisión se tomó en un año entre medio de elecciones legislativas y presidenciales, como lo es el 2015).
Habiendo recibido una oferta en 1999 que le hubiese excarcelado hace más de cinco años, que su caso siga sin decidirse en el Departamento de Justicia es difícil de entender, pues uno pensaría que tienen toda la información a mano.
—Nadie puede decir en el Departamento de Justicia de que hay evidencia para castigarme como me están castigando. Estoy dispuesto a que el FBI enseñe todo lo que tiene y se me juzgue públicamente. Siete meses antes de ser sentenciado, el mismo juez le dijo a una compañera que no la sentenciaba a muerte porque la ley se lo impedía. Si hubiese sido imparcial, nunca hubiera asumido mi caso. Se lo dije en la corte a él, sin defenderme, solo para aclarar (el récord).
¿Piensa que el presidente Obama va a tomar una decisión favorable antes de dejar la Casa Blanca?
—Eventualmente tiene que tomar una decisión. Sé que hay gente que le ha planteado (directamente) el caso. Si él tuviese algo que decir en contra lo hubiese dicho. Si es un hombre justo y mira todo y el apoyo dentro y fuera de Puerto Rico, debería tomar una decisión positiva.
Desde el anuncio de Cuba y Estados Unidos hubo muchas expectativas sobre su posible excarcelación. Con las nuevas expresiones de Mujica incrementaron. ¿Qué le dice a la gente que espera con ansiedad su liberación?
—No debemos desesperarnos. Es importante nunca practicar el optimismo ilusorio ni sembrar esperanzas falsas. Si el presidente Obama va a tomar una decisión, va a protegerse y hacerlo de forma cuidadosa. Para él tampoco es prioridad la excarcelación de un puertorriqueño. Para ninguna administración (estadounidense) los asuntos relacionados con Puerto Rico han sido una prioridad. Somos un país colonizado, y el colonizado nunca es prioridad para el colonizador. Estuve involucrado en la campaña proliberación de los héroes nacionalistas y me desesperaba, pero supimos perseverar y no perdimos la idea de que eventualmente iban a ser liberados.
¿Qué le pareció en sí la decisión de ir hacia el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington?
—Debió de haber pasado hace muchos años. Es algo positivo para Latinoamérica. La política hacia Cuba ha sido un absurdo, como el tener aún en Estados Unidos a personas que llevaban a cabo actos terroristas en contra de Cuba.
¿Cómo se enteró?
—Estaba donde yo pinto, alguien me lo dijo. Lo vi en CNN. Para mí es algo personal. Tuve como compañero de celda, por cuatro años, a Fernando González (uno de los cinco de la red Avispa). Lo celebré como el día en que salió Fernando de la prisión, o salieron mis compañeros (en 1999) o nuestros héroes nacionalistas .
El gobernador Alejandro García Padilla le visitó en octubre pasado, junto al congresista Luis Gutiérrez. ¿Le sorprendió esa visita?
—Respeto y aprecio que haya tenido el valor y la grandeza de corazón de visitarme como gobernador de Puerto Rico. Espero que todo lo que haga sea para el beneficio de nuestro pueblo, aunque hay diferencias ideológicas y de visión sobre el futuro de nuestro pueblo. Sabía que iba a venir, porque Gutiérrez había empujado bastante el asunto, y había dado su palabra.
¿Hablaron de status?
—Tiene la agenda tradicional del Partido Popular Democrático. No creo que vaya a haber un cambio en su política, ni siquiera que entre en el tema de la soberanía.
¿Qué se imagina haciendo en San Sebastián cuando regrese?
—Soy pepiniano y quiero regresar a mis raíces. Quiero hacer cosas que beneficien al pueblo. Pienso que hay que desarrollar estrategias para el futuro. Debemos pensar en la creación de ‘think tanks’ (grupos de estudio), para establecer estrategias para Puerto Rico en un período de 20 o 30 años. Crear un frente unido, comenzando con los independentistas y mantener lazos más fuertes con la diáspora. Estamos perdiendo el recurso principal, que es el humano.
Su abogada Jan Susler decía el otro día que usted nunca ha pretendido ser un héroe o un mártir. Pero, que EE.UU. le ha convertido en un mártir.
—Nunca hice nada para ser un mártir. He tratado de cumplir con lo que considero es un deber ciudadano, trabajar para hacer de Puerto Rico ese jardín edénico que queremos que sea. |