El incinerador propuesto para Arecibo, Puerto Rico, por Energy Answers quemaría residuos sólidos urbanos, gomas y residuos de automóviles triturados. Se quemarían 2,106 toneladas diariamente, durante 30 años. Inicialmente cobrarían $36 dólares por tonelada que tendrían que pagar los municipios – duplicando el pago promedio actual. El pago por toneladas seguiría aumentando durante los 30 años de vida del incinerador.
Como la materia no se crea ni se destruye, se producirían alrededor de 500 toneladas de cenizas tóxicas y se dispersarían sobre 1,600 toneladas de materiales contaminados al aire. De los contaminantes que saldrían por la chimenea, alrededor del 50% no se conoce su composición y el daño potencial.
Se ubicaría en el valle inundable del Río Grande de Arecibo. Modificarían las elevaciones de terrenos para modificar la condición de inundabilidad de dichos terrenos, moviendo el agua en otra dirección. No les importa la experiencia del huracán George en el que las aguas del Río Grande de Arecibo “arroparon” todos esos terrenos.
A 3 kilómetros al sur se empozan las aguas del Superacueducto del Área Norte. Estas son las que la AAA distribuye a centenares de miles de familia, comercios e industrias de los municipios entre Arecibo y Carolina. En los primeros 8 kilómetros en la dirección prevaleciente del viento está la mayor parte de las residencias, escuelas, comercios, universidades de Arecibo. A los 10 kilómetros está la zona ganadera de Hatillo, que sería contaminada forzando su eliminación.
Los especialistas saben que aunque se cumpla con los estándares sobre la cantidad de contaminantes que se emitirían por las chimeneas, no se elimina la contaminación y la amenaza a la salud de las personas. Mientras más efectivos son los mecanismos de control de contaminantes, más tóxicas se hacen las cenizas.
Los aumentos en las incidencias de condiciones de salud están asociados a las personas expuestas a los contaminantes de las plantas incineradoras. Los asmáticos en particular – alrededor del 16 % de la población de Arecibo – serán parte importante de la población afectada aunque se cumpla con los estándares de la EPA. Los problemas de salud se agravarían. Entre estos se pueden señalar: cáncer, problemas de desarrollo de niños como son malformaciones congénitas y problemas en la tiroides, problemas respiratorios, entre otros.
Para la década de 1990 Puerto Rico ya había decidido que el reciclaje era la herramienta principal para el manejo de los residuos sólidos, aceptándose como política pública. Se cobró conciencia de lo dañino que era el manejar los residuos enterrándolos en vertederos. Y se cobró conciencia que los incineradores tampoco eran la alternativa para su manejo.
Tenemos alternativas. El manejo de los residuos sólidos a través del concepto de Basura Cero – que representa el desvío de los residuos para que no terminen en un vertedero y puedan ser reducidos, reutilizados, reciclados y compostados – permite atender el problema que causan estos residuos cuando se depositan en los vertederos. Esto conllevaría general varias decenas de miles de empleos y aprovechar recursos que tienen un valor cercano a los $500 millones anuales. El ejemplo de municipios como Carolina, Guaynabo, Comerío y Dorado nos demuestra que obtener beneficios del reciclaje es viable.
Tenemos que asumir el compromiso de luchar contra esta amenaza. En Puerto Rico y Nuestra América tenemos que asumir el compromiso de luchar contra esta amenaza a nuestra salud y ambiente.
¡No a la incineración, Sí a la vida!
*Puerto Rico mirando al Sur, columna semanal del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano de Puerto Rico en el periódico del gobierno bolivariano de Venezuela, Correo del Orinoco. |