Con la esperanza renovada, amigos y amigas del prisionero político Oscar López Rivera celebraron esta mañana su cumpleaños y su vida, mientras exigieron nuevamente al presidente Barack Obama que indulte al hombre, que lleva más de tres décadas encarcelado.
Allí, en el cruce de la calle Añasco y la calle Domingo Cabrera en Río Piedras, a pocos pasos del lugar donde se erige un mural que aboga por su liberación, recordaron la injusticia que comete el gobierno de los Estados Unidos al mantenerlo en prisión.
También pidieron redoblar esfuerzos para lograr que pronto regrese a su tierra en momentos en que el asunto ha acaparado titulares en la prensa nacional e internacional por las peticiones a favor de su excarcelación que han realizado el presidente uruguayo José Mujica y el presidente venezolano Nicolás Maduro, así como el jurista español Baltasar Garzón, entre otros.
“Es un hombre que desde una cárcel nos ha enseñado a vivir en libertad”, afirmó la psicóloga y feminista Mercedes Rodríguez en un mensaje al inicio de la jornada.
La niña Cecilia López Robles y el licenciado Fermín Arraiza Navas también reclamaron la liberación de López Rivera, quien cumplió hoy 72 años.
“El encarcelamiento de Oscar y el de todos aquellos que luchan porque se respeten los derechos humanos y la dignidad de nuestro pueblo siempre ha sido injusto, desde el primer día. No es ahora, después de 33 años. Y haber mantenido esa constancia es digno de admiración”, afirmó Arraiza Navas.
“Oscar no es meramente un prisionero político. Es un prisionero de guerra. Estados Unidos se jacta y se llena el pecho gritando a los cuatro vientos que liberen a sus prisiones de guerra, pero Estados Unidos tiene prisioneros de guerra”, agregó en otro momento.
En un mensaje que concluyó con un poema del poeta cubano Nicolás Guillén, recordó la mirada “especial” de López Rivera, su espíritu indómito y su convicción de que los puertorriqueños tienen que superar el “fragmentarismo” para lograr la independencia de la Isla.
La única hija de López Rivera, Clarisa, leyó una carta que su papá le envió en estos días, donde reiteró que encuentra fuerzas y esperanzas en las muestras de apoyo y de solidaridad que recibe.
En la misiva, expresó que el pueblo debe mantenerse en pie de lucha para apropiarse de su futuro y comentó que pese a los maltratos que recibe en la cárcel “no han logrado mi espiriticidio” o aniquilar su espíritu combativo.
En un aparte con la prensa, Clarisa se mostró esperanzada en que este podría ser el último año que su padre, quien nació con los primeros albores del Día de Reyes, pase en prisión.
“La esperanza es bien alta. Cada día son más voces que se unen a nivel mundial. El caso de Oscar López no es un caso invisible... Puede ser el año de la liberación de mi papá verdad, pero el futuro es impredecible. Seguimos trabajando”, afirmó.
“Trabajamos todos los días para que este sea el último año que mi papá esté preso”, agregó, mientras miraba su celular continuamente para ver si recibía una llamada de su padre.
Convicto por sedición, debido a sus vínculos con las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, López Rivera, extingue una pena de 70 años de cárcel. Tiene pendiente ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos una solicitud de clemencia.
Nunca fue acusado ni hallado culpable de causar daño o muerte a persona alguna. Con el paso de los años, diversos grupos y personalidades han pedido su excarcelación por entender que la sentencia y las condiciones de su cautiverio han sido injustas.
En el 1999, el presidente Bill Clinton ofreció un indulto condicionado a López Rivera, pero no aceptó la oferta hecha a una docena de prisioneros políticos por no haber incluido a Carlos Alberto Torres y Haydee Beltrán, quienes ya están fuera de la cárcel.
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