La noticia de la reanudación de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU ha conmovido no solo al pueblo cubano, sino a todos en la comunidad internacional que hemos mantenido el firme apoyo al pueblo y su revolución.
Finalmente desaparecerá uno de los obstáculos principales que impedían el crecimiento y desarrollo de la nación cubana. Algunas de las limitaciones más significativas que imponen la falta de relaciones diplomáticas y el bloqueo son trabas al intercambio comercial, al acceso a la banca, tanto en EEUU como en los países que se unieron al bloqueo, e impedimentos para obtener financiamiento para la compra de productos esenciales. Algunas de las limitaciones que le impusieron son tan absurdas como el que la Sección de Intereses de Cuba en Washington no pudiera abrir una cuenta de banco para realizar las transacciones financieras de sus oficinas, o como las medidas ridículas impuestas al cuerpo diplomático cubano en la ONU en Nueva York, que le prohíbe salir más allá de un radio de 25 millas de la sede internacional.
Los puertorriqueños debemos sentirnos orgullosos porque contra todo y contra todos, desde las entrañas del monstruo imperialista, el movimiento independentista nunca bajó la cabeza ni se inhibió en su apoyo al pueblo y a la Revolución Cubana. Esto, a pesar de que la extrema derecha cubana se juntó con la puertorriqueña anexionista para perpetrar actos de terrorismo contra nuestro movimiento y contra los compañeros revolucionarios cubanos radicados aquí. Para mencionar algunos de los más extremos, recordemos los asesinatos de Carlos Muñiz Varela y Santiago Mari Pesquera; la desaparición de Orlando Canales, cuyo paradero se desconoce al día de hoy; los ataques con bombas contra el periódico Claridad y al acto del Partido Socialista Puertorriqueño (PSP), del 11 de enero en Mayagüez, que cobró dos vidas; la quema de la farmacia de la familia Nazario; el tiroteo contra la casa de Juan Mari Brás y los planes para asesinarlo apoyados por las fuerzas represivas de EEUU. Estos ataques no lograron quebrar o destruir la voluntad de apoyo y solidaridad nuestra con el pueblo cubano y su revolución. Debemos hacer un reconocimiento a todo el movimiento y al valioso trabajo educativo que realiza desde hace décadas el Comité de Solidaridad con Cuba, presidido por la querida compañera Milagros Rivera.
Los que hablan de una apertura en Cuba tienen un discurso equivocado. Cuba nunca ha estado cerrada. Su vigoroso cuerpo diplomático se ganó el respeto y aprecio de la mayoría de la comunidad internacional, que le confirió el protagonismo propio de países ricos y extensos.
Las más adversas condiciones económicas nunca pusieron trabas a la política de solidaridad internacional del gobierno de Cuba, ni entorpecieron que el pueblo cubano compartiera sus valores con los más necesitados. La presencia de sus médicos, maestros y técnicos en comunidades pobres del mundo en desarrollo, y las becas que otorgaron a miles de jóvenes para formar generaciones de médicos, veterinarios, ingenieros agrícolas, maestros y otros profesionales que regresaron a sus patrias a rendir servicios, le ganó el agradecimiento y cariño de todo el mundo.
Todavía son grandes los retos que ha de enfrentar Cuba con este cambio en sus relaciones internacionales. Sabemos que el yanqui nunca enseña todas sus cartas. Sabemos que son poderosas las fuerzas que tratarán de volver a imponer su política neocolonialista en Cuba, que conspirarán con sectores cuya única aspiración es acomodarse para el saqueo. Pero el pueblo cubano tiene poderosas armas que nadie les puede quitar, que son su educación e inteligencia política y su deseo de mantener los logros que solo una revolución socialista le pudo dar: seguridad, educación y salud.
En esta hora trascendental, vaya nuestro abrazo solidario al hermano pueblo cubano, a Fidel, a Raúl, a los Cinco Héroes y a los hombres y mujeres de buena voluntad que han luchado incansablemente en todo el mundo, para que un momento como éste pueda ser realidad.
¡Feliz Año 2015 en victoria y dignidad! Dirección Nacional del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano de Puerto Rico (MINH)
Fuente: El Hostosiano |