Aunque no se ha tenido previsto que ocurra en esta época de Navidad, la intervención del saliente presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, y la apertura en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, marcan el más reciente empujón hacia la excarcelación del preso político puertorriqueño Oscar López Rivera.
Predecir en qué momento de la última etapa de la presidencia de Barack Obama puede ser liberado López Rivera sigue siendo muy difícil, coinciden, sin embargo, fuentes federales y puertorriqueñas.
La presión de Mujica y la nueva etapa de las relaciones entre Washington y La Habana, tomando en cuenta que el presidente cubano, Raúl Castro, lleva años abogando por la excarcelación de López Rivera “incrementa las fuerzas políticas que hacen que el presidente Obama tome conciencia de que es en el mejor interés de la imagen de Estados Unidos la liberación de Oscar”, indicó el portavoz del Comité pro Derechos Humanos de Puerto Rico, Eduardo Villanueva.
Los tres congresistas demócratas boricuas -Luis Gutiérrez, José Serrano y Nydia Velázquez-, indicaron recientemente a El Nuevo Día que el proceso de transición en el Departamento de Justicia de Estados Unidos les hacía descartar una decisión para la época de Navidad.
Cambio de jefatura
El presidente Obama -de vacaciones hasta el 4 de enero-, ha propuesto a Loretta Lynch, jefa de la fiscalía federal del condado de Brooklyn (Nueva York), como sustituta del secretario de Justicia, Eric Holder.
Lynch ya heredará controversias como la tensión racial en torno a la actuación de departamentos de Policía, y las acciones ejecutivas de Obama sobre inmigración.
La percepción de los tres congresistas puertorriqueños -claves en el proceso de excarcelación de una docena de miembros de Los Macheteros y de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) en 1999-, ha sido que la Casa Blanca iba a preferir esperar por la confirmación de Lynch, que tendrá que hacerse a partir de enero bajo una mayoría republicana en el Senado estadounidense.
La presión ha sido constante de amplios sectores gubernamentales, políticos, cívicos y religiosos de Puerto Rico y la diáspora.
Pero, también, aunque la Casa Blanca no quiera que el caso de López Rivera se enmarque dentro de sus relaciones con Latinoamérica, ha crecido a nivel internacional.
El papel de Uruguay
En mayo pasado, tras su reunión con Obama en la Casa Blanca, el presidente Mujica -al responder una pregunta de El Nuevo Día-, reconoció que abogó por permitir el regreso a casa de López Rivera.
Desde entonces, Mujica servía como mediador entre Washington y La Habana, un rol que terminó jugando con fuerza El Vaticano, en favor de un acercamiento en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, y la liberación de prisioneros de ambos países.
El presidente Castro pedía la liberación de los tres cubanos convictos de espionaje que quedaban en cárceles de Miami (Florida) y el presidente Obama clamaba por la excarcelación del contratista estadounidense Alan Gross, convicto por espionaje en La Habana (Cuba).
El 5 de diciembre, el presidente Mujica publicó una carta abierta en la que abogó nuevamente por la excarcelación de López Rivera y de los tres cubanos convictos de espionaje en Miami (Florida).
En aquel momento se concretaba el acuerdo por el cual el presidente Mujica aceptó recibir a seis prisioneros que Estados Unidos mantenía en la cárcel de la base naval de Guantánamo (Cuba), un gesto que le da más fuerza a la voz del exguerrillero uruguayo en la Casa Blanca.
Nada se sabía que en medio de todos esas conversaciones e intercambio de cartas entre los presidentes Mujica y Obama, además estaba un proceso secreto entre La Habana y Washington para restablecer relaciones diplomáticas, intercambiar finalmente un total de cinco prisioneros imputados de espionaje, Cuba liberar a medio centenar de presos adicionales y el presidente estadounidense anunciar que abogará ante el Congreso por el cese del embargo económico.
Compromiso de Obama
Ahora, según reveló el martes la analista política Marcia Rivera, quien reside en Uruguay, el gobierno de Mujica -que entrega el poder el 1ro. de marzo a Tabaré Vázquez-, dice extraoficialmente que ya tiene el compromiso del presidente Obama para liberar a López Rivera.
La abogada de López Rivera, Jan Susler, ha advertido que la excarcelación no es inminente e indicó que tiene previsto hacerle una visita legal el lunes.
Una fuente federal dijo a El Nuevo Día que en el gobierno del presidente Obama ha existido una clara posición a favor de indultar a López Rivera, pero cómo hacerlo y cuándo no está decidido.
El proceso sigue en manos del Departamento de Justicia, que funciona con lentitud en estos casos y debería hacerle una recomendación al presidente Obama, si este quisiera esperar por ella.
Las probabilidades están a favor de que se excarcele a López Rivera, indicó una fuente del gobierno federal. Pero hablar de un momento específico, agregó, “es aún muy difícil”.
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