Nuestros gobernantes en particular, y la sociedad en general, suelen repetir con mucha frecuencia, pero sobre todo, con poca voluntad de hacerlo realidad, que la niñez y la juventud de Puerto Rico son el futuro del País y los líderes del mañana.
Si de verdad quisieran que así fuera, hace rato que hubieran trabajado para cambiar el estado actual que viven, sufren y padecen los niños y jóvenes puertorriqueños a la altura de lo que va del siglo 21.
Pero ésa no es la realidad, a juzgar por la información que el Instituto del Desarrollo de la Juventud (IDJ) hizo pública recientemente cuando dio a conocer que renovó su portal digital y centralizó las estadísticas públicas más recientes de la niñez y la juventud en Puerto Rico del periodo 2008-2013. En ese mismo portal (juventudpr.org) se puede acceder el primer Índice de Bienestar de la Niñez y Juventud que se crea en Puerto Rico. El Índice es una herramienta de comparación que utiliza 27 indicadores en los temas de salud, familia, educación, seguridad y economía para comparar a Puerto Rico con los cincuenta estados y la capital de Estados Unidos. Este año, el Índice califica a Puerto Rico con una “D” en el bienestar de la niñez y la juventud, calificación que se mantiene del 2013.
El Instituto del Desarrollo de la Juventud (IDJ) de Puerto Rico, “es una institución sin fines de lucro que busca garantizar el desarrollo óptimo de los niños, niñas y jóvenes de 0 a 21 años en todas sus dimensiones, con la meta de que se conviertan en mujeres y hombres que alcancen su máximo potencial y colectivamente generen una sociedad de prosperidad económica y armonía social”, según describen en su portal juventudpr.org.
En el 2013 en Puerto Rico, de una población total de 3,615,086, según la Oficina del Censo de Estados Unidos, 921,040 personas, una cuarta parte de la población, componen el sector de 0 a 19 años de edad.
Desde la dimensión de la Economía, el Informe del IDJ arroja que 57% de los niños, niñas y jóvenes están viviendo bajo niveles de pobreza, según establecido por la Oficina de Manejo y Presupuesto de Estados Unidos. Un 20 por ciento de los niños, niñas y jóvenes tienen al menos un padre fuera del campo laboral o está desempleado.
En cuanto a Familia, más de la mitad (51 %) de la población menor de 18 años está viviendo en familias monoparentales. De los abuelos y abuelas que conviven con sus nietos, el 47% está a cargo de sus necesidades económicas. De los hogares con personas de 0 a 19 años, 41% de ellos reciben ayuda del Programa de Asistencia Nutricional.
Sobre Educación, entre el 2011 al 2012, la cantidad de estudiantes por maestro se ha reducido a 14. Un 8% de los niños y jóvenes no están matriculados en la escuela. El 44% entre 3 a 4 años no están matriculados en escuela alguna y 7.5% entre los 3 y 17 años de edad tampoco. Así mismo, el 20% de las personas de más de 25 años de edad alcanzaron menos de noveno grado de educación.
En Salud y Estilos de Vida, el Informe de Bienestar refleja que la tasa de mortalidad infantil es 8 por cada 1000. De acuerdo al informe, la tasa de nacimientos en jóvenes de 15 a19 años es de 52 por cada 1000. El 29% de los jóvenes han sido diagnosticados por su doctor con asma. El 15% de los estudiantes entre noveno y duodécimo grado está en sobrepeso. 59% de los jóvenes no participan en la clase de educación física, pero 40% de ellos ve televisión 3 horas o más al día.
Y si lo anterior de por sí no fuera abrumador, en lo que concierne a Seguridad y Riesgos, el Índice arrojó que 14% de los estudiantes de noveno a duodécimo grado han considerado suicidarse en los últimos doce meses (2013). La tasa de mortalidad por todas las causas en esas mismas edades es 72 por cada 1000 (2011), ocupando la posición 5 de todas las jurisdicciones comparadas. Once por ciento (11%) de ese grupo ha sido víctima de acoso (“bullying”) en su plantel escolar en los últimos doce meses. Y 25% de los jóvenes consumen alcohol antes de los 13 años.
De manera que el drama que viven nuestros niños y jóvenes deja mucho que decir del Puerto Rico que nuestros gobernantes piensan, y muchos ciudadanos también, que es un país del primer mundo, desarrollado, moderno, democrático, pero que 521 años de coloniaje, de los cuales 116 han sido bajo el dominio de Estados Unidos, le han dejado una lacerante huella de rezago y desatención vergonzosa hacia los niños y jóvenes, que decimos que serán los ciudadanos que mañana se encargarán de las riendas del País, pero que en el presente hacemos todo lo posible por evitar que así sea.
Afortunadamente, ese Índice también consigna que 82% de la juventud tiene una visión positiva sobre su futuro y 69% no se rinde cuando las cosas se ponen difíciles. El gobierno y los líderes del País deberían tomar nota de ese optimismo y determinación encomiable y dedicarles a esos jóvenes las mismas energías, voluntad, recursos y entrega que las que les dan a los bonistas. |