Escrito por Vilma Soto Bermúdez / MINH
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Martes, 25 de Noviembre de 2014 22:36 |
El 10 de mayo de 2011 fue arrestado por el FBI en Puerto Rico, luego de casi 26 años viviendo en el clandestinaje, el compañero Norberto González Claudio. Fue sentenciado a cinco años de cárcel en la corte federal en Hartford, Connecticut, por su participación en la expropiación de 7 millones de dólares a la compañía Wells Fargo el 12 de septiembre de 1983, acción realizada por un grupo clandestino puertorriqueño.
La acusación principal en su contra fue de ser miembro del Ejército Popular Boricua / EPB-Macheteros; nunca pudieron probar su vinculación con el rescate de dinero a usarse para la independencia Patria.
Ante lo insostenible de la acusación, se logró un acuerdo con la fiscalía federal que fue aprobado por el juez federal Alfred V. Covello, del Tribunal de Distrito en Connecticut, para que fuera excarcelado el pasado 7 de septiembre.
Ese día 7, Norberto no salió. Después de sus familiares y abogados remover cielo y tierra, el Buró de Prisiones dio otra fecha para la liberación del compañero: el 15 de enero de 2015.
Mas el monstruo tiene largos tentáculos que oprimen a quienes le enfrentan. Una nueva ignominia se suma hoy a los ultrajes recibidos en la cárcel por Norberto: fue trasladado a un calabozo en otra prisión de mayor seguridad donde lleva encerrado más de un mes. Se desconocen las razones para su traslado. Los abogados defensores no han logrado respuestas.
Solo se sabe que sufre de frío y le niegan con qué arroparse; que cubrieron la pequeña ventana del calabozo y no ve ni la luz del día; que dicen sus carceleros, que le levantó la voz a un guardia… Y entonces recuerdo a nuestro otro héroe en prisión, Oscar López Rivera, cuando le echaron más años de presidio por un supuesto delito de fuga. Quieren retener a nuestros patriotas todo lo posible.
No crean que se las saben ‘todas’ los gringos. No podrán contra este Pueblo que junto a los países hermanos latinoamericanos y caribeños seguiremos dando la batalla por la liberación de los nuestros. Eso, ellos debieran ya saberlo, pero no aprenden.
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