Escrito por Mónica Saiz / Correo del Orinoco
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Domingo, 06 de Abril de 2014 03:41 |
El miedo ha sido uno los principales instrumentos de dominación en todas las épocas. Una persona con miedo reacciona, no piensa, no analiza, no reflexiona. El miedo bestializa.
El poder mundial penetra a nuestras sociedades con narcotráfico y violencia. Luego utiliza los medios de comunicación para amplificar los aspectos más escabrosos de los hechos delictivos, sembrando el pánico y acusando a los gobiernos democráticos y populares de ser incapaces garantizar la seguridad y la justicia.
El miedo, la ignorancia, los prejuicios sociales y raciales, son los ingredientes de una ideología reaccionaria, que influye en sectores de la clase media, transformando a quienes temían ser víctimas en victimarios.
En Argentina, se han venido registrando una decena de casos de linchamientos contra presuntos delincuentes, cometidos por grupos de vecinos en distintas ciudades del país. En Rosario, mataron a golpes a un joven, confundiéndolo con un ladrón. Estos hechos aberrantes encuentran apoyo y justificación en políticos, periodistas y en las redes sociales.
Aunque disminuidas, las guarimbas todavía funcionan con el apoyo de vecinos, autoridades de la derecha, medios de comunicación y dirigentes opositores. Hay quien dice que los guarimberos no son estudiantes sino delincuentes. La verdad es que en no pocos casos son estudiantes y delincuentes a la vez. Pero vale aclarar que cuando van presos es por los delitos cometidos y no por su condición de estudiantes. Así como deberán ir presos los vecinos que lincharon al joven en Rosario, no por su condición de vecinos sino por haber matado a una persona.
La situación de Venezuela es más grave, porque cuenta con una dirección política golpista y un componente paramilitar. Pero la base social que alimenta a la barbarie tiene idénticos orígenes y cuenta con los mismos promotores.
Parece necesario unirnos en políticas comunes, destinadas a sumar a las capas medias al proyecto patriótico y popular, rescatándolas de la manipulación retrógrada que las convierte en la base de sustentación del bloque oligárquico-imperialista. |