Oscar López era un niño de catorce años cuando tuvo que emigrar con su familia en la década del 1950 a los Estados Unidos, Chicago, en una época en que los puertorriqueños eran discriminados por su origen étnico y por su color.
El hecho de que se abriera una válvula de escape para que el proceso de industrialización que comenzó el Partido Popular en la década del cuarenta fuera uno plausible, causó que oleadas de puertorriqueños pobres tuvieran que vivir en las más acérrimas condiciones de discriminación y pobreza. Muñoz Marín en las conversaciones que sostuvo con Edgardo Rodríguez Juliá, según se reseñan en Las Tribulaciones de Jonás, admitió que fue un error de su administración, haber propiciado un proceso migratorio mal planificado y en condiciones tan adversas para los puertorriqueños pobres que fueron objeto de dicho proceso. Allá en Chicago, Oscar destacó por su inteligencia, su liderato y su capacidad de organización que lo llevó a impulsar importantes proyectos encaminados a levantar y superar las condiciones de pobreza y de discrimen en que se desempeñaban los puertorriqueños.
Oscar impulsó importantes programas para reincorporar a los desertores escolares al proceso educativo, salvar jóvenes de las pandillas y del mundo de las drogas motivándolos a luchar por mejores viviendas, empleos y oportunidades educativas a nivel universitario. Luego de servir en Vietnam y ser premiado por su heroísmo en combate, Oscar profundizó su conciencia política y asoció los problemas del puertorriqueño en el exilio a las condiciones que imponía el coloniaje que privaba de poder político a los representantes de los puertorriqueños que sufrían las condiciones de discriminación y de prejuicio racial que hemos descrito.
Luego de participar en marchas contra la segregación racial, en reclamo de espacios para los obreros explotados y en actos de desobediencia civil pacifica, que incluyó el movimiento liderado por el apóstol mártir Luther King, Oscar comprendió la complejidad y el poder del enemigo que enfrentaban los puertorriqueños y los sectores mas explotados de la sociedad norteamericana. El aparato corporativo militar en Estados Unidos Tiene más poder que sus funcionarios electos, si no, como se explica las limitaciones que le imponen a Obama para implantar las políticas anti bélicas y pro migrantes, además del plan de salud para lo cual se le eligió con una mayoría electoral sustancial.
Sabiendo que en cualquier momento le podían fabricar un caso, como le hicieron a Don Pedro Albizu Campos en la década del treinta, Oscar decidió irse al clandestinaje y seguir su lucha anti colonial amparado en el derecho internacional, que declara que el coloniaje es un delito contra la humanidad que puede ser combatido por todos los medios disponibles. Lo que ocurrió con Don Pedro ha sido documentado en el libro de Luis Rafael Rivera : Cecil Snyder, Entre Muñoz Y Albizu, en el cual se reseña la cronología histórica y la etiología de cómo se le fabricaron los cargos de conspiración sediciosa a Don Pedro y cómo se conspiró para elegir un jurado amañado que lo condenara. Igual ocurre con Oscar, que sabía que las agencias de inteligencia yanqui no le permitirían salir en libertad bajo palabra por temor a que su ejemplo ilustrara y motivara a su pueblo a luchar pro activamente contra el coloniaje. Sin embargo, nada podrá borrar su ejemplo de que no existe fuerza militar que pueda doblegar su alma de guerrero indómito y su capacidad de resistencia y lucha, inspirada por el amor a su pueblo.
Para ilustrar vehementemente el compromiso y el consenso que nuestro pueblo ha alcanzado para exigir al Presidente Obama que se excarcele a Oscar, el Comité Pro derechos Humanos y 32 x Oscar, han planificado una marcha el día 23 de noviembre que partirá desde el tribunal federal, luego de un acto político histórico, hasta los predios del Hiram Bithorn, en los cuales se celebrará un evento artístico para recrear nuestra petición de excarcelacion a favor de óscar López. Instamos a nuestro pueblo a que organicen sus comunidades, inviten sus familiares, vecinos, compañeros de trabajo, gente de diversas ideologías, políticas y religiosas, para que se unan y en acto de amor solidario, demuestren su compromiso con los derechos humanos y comuniquen de manera masiva al Presidente Obama, que nuestro pueblo reclama que Oscar regrese a casa para estar con los suyos en esta navidad, como lo demanda y reclama su pueblo, por el cual él lo ha dado todo. |