No hay palabras para expresar el honor que representa para mí dirigirme a ustedes en este Homenaje a Juan Mari Brás que rendimos en el día de hoy desde la diáspora.
Juan Mari Brás nos tocó a todos los patriotas luchadores y luchadoras por la independencia de Puerto Rico que participamos desde la década de los años 60, algunos desde los 70. Era una lucha álgida, intensa, una militancia dura. Era un clima internacional de efervescencia de luchas antiimperialistas de independencia y liberación nacional, de guerras por la soberanía. De un campo socialista fuerte. !De revoluciones como La Revolución Cubana!
Desde los quince años Juan Mari Brás se integró a la lucha influido por la generación del Partido Nacionalista y el dirigente máximo del nacionalismo y otro gran luchador y mártir de nuestra lucha nacional, Pedro Albízu Campos. En su desarrollo reunió todas las cualidades que debe tener un dirigente o que deben existir dentro de una dirección colectiva, un dirigente que dirigió con su ejemplo y su gran visión estratégica. De gran disciplina, compromiso, dedicación, trabajador como pocos, y el extraordinario sentido del sacrificio que requieren las grandes luchas de los pueblos.
Fue un estudioso de una mente jurídica y política extraordinaria al igual que su oratoria. Y su gran capacidad analítica lo hizo un estratega de primera.
Además, solidario, amigo, incluso humilde, porque no debemos confundir la vehemencia y firmeza con arrogancia o falta de humildad. No se jactaba de su gran inteligencia, memoria, oratoria, ni de sus demás grandes cualidades que lo hacían objeto de admiración, respecto inspiración y esperanza. A pesar de su arrojo era en algo tímido. Por sus grandes atributos y logros como abogado y jurista muchos pensaban que era un hombre rico – nada más lejos de la realidad.
Lo conocí cuando yo era apenas una adolescente consciente solo de mi puertorriqueñidad cuando me criaba aquí en esta ciudad. Luego lo conocí cuando milité en el Movimiento Pro Independencia. El era Secretario General y el MPI estaba en transición hacia el Partido Socialista Puertorriqueño.
Juan Mari Brás fue fundador del Movimiento Pro Independencia junto a pequeño grupo de patriotas, recorrió las ciudades, pueblos, campos y montes de Puerto Rico día tras día, noche tras noche, con la idea de fundar un gran Movimiento que reagrupara nuestras fuerzas, incorporando nacionalistas, populares desafectos o expulsados, comunistas y jóvenes de la gloriosa Federación de Universitarios Pro Independencia fundada varios años antes y cuyos miembros ya graduados o expulsados de Universidad de Puerto Rico buscaban canalizar su esfuerzo y sentimiento revolucionario, un movimiento que se fuera por encima de la brutal represión de la década de los años cuando se pretendió eliminar no solo el nacionalismo puertorriqueño, no solo a los independentistas sino la puertorriqueñidad misma. Con el lema ¡Despierta Boricua, defiende lo tuyo! se desarrolló lo que llamamos en el momento y seguimos llamando la Nueva Lucha por la independencia de Puerto Rico.
Mari Bras fue el visionario de aquel gran movimiento, fundado en 1959 y llamado Movimiento Pro Independencia de Puerto Rico que tiró nuevamente a las calles un pueblo puertorriqueño con una memoria aún viva de Pedro Albizu Campos, de las hazañas heroicas del nacionalismo puertorriqueño, y luego dirigió el proceso de su transformación en el gran Partido Socialista Puertorriqueño.
En ese contexto en Puerto Rico se desarrolló multiplicidad de instituciones, grupos culturales y de teatro, grupos de intelectuales, grupos estudiantiles, organismos sindicales y de lucha obrera, se desarrolló toda una cultura de lucha que trascendió las organizaciones, y cobró dinámica propia de afirmación de lucha, de afirmación nacional, de afirmación de lo nuestro que repercute hasta el día de hoy.
En Estados Unidos, era un momento de grandes polarizaciones, una efervescencia que abarcaba un movimiento contra la Guerra en Vietnam, de los estudiantes, por los derechos civiles de los afro- americanos y otros de las llamadas minorías incluyendo los puertorriqueños, un movimiento de mujeres, de los trabajadores, de los pobres y muchos otros sectores de este país.
Durante esa efervescencia social y política en Estados Unidos, el Movimiento Pro Independencia transita hacia el Partido Socialista Puertorriqueño y se impulsa la fundación de una seccional del PSP en Estados Unidos que tuvo innumerables organismos y frentes de lucha, incluyendo la izquierda norteamericana, a favor de los derechos democráticos y la lucha por la independencia de Puerto Rico.
Acá en Estados Unidos, y en Nueva York, como Secretario General del PSP Mari Brás nos tocó a todos.
Nos tocó porque la Seccional de Estados Unidos del partido que dirigía nos apoderó al igual que en Puerto Rico, nos apoderó para crecernos, para ser dirigentes, para aprender haciendo, aprender haciendo y producir un periódico, aprender haciendo y organizar, aprender haciendo y dar discursos, aprender haciendo y desarrollar la comunicación social, comunitaria y política, aprender haciendo y organizar, aprender haciendo y recabar dinero y recursos, aprender haciendo en muchas esferas. Nos apoderó también para ser seres humanos distintos, solidarios, firmes en nuestra lucha de independencia en el compañerismo y la solidaridad entre nosotros y en la solidaridad con otros pueblos.
Además en la coyuntura que le toco Mari Brás fue además visionario de la presentación del caso de Puerto Rico a nivel internacional, en Naciones Unidas, en el Movimiento de Países; de la necesidad de la solidaridad de los pueblos en lucha con Puerto Rico y la necesidad de la solidaridad recíproca, así aprendimos también de las luchas en Africa, Asia y el resto de América Latina y el Caribe. Mari Brás se hizo amigo de Fidel desde antes de la Revolución, y también fue amigo de Salvador Allende y tantos otros dirigentes de las grandes luchas.
Un papel especial en la política del MPI y luego del Partido Socialista Puertorriqueño, fue la relación con la Revolución Cubana y el pueblo cubano. Puerto Rico históricamente, y da soberbia, indigna, decirlo, Puerto Rico históricamente ha sido el basurero de la escoria reaccionaria que no entiende o no quiere entender y corren a otros lares cuando ascienden al poder gobiernos que ponen el interés humano por encima del llamado Mercado, del capital y de intereses foráneos con todo lo que ello implica. Entran a Puerto Rico porque bajo nuestra condición colonial no somos nosotros quienes decidimos quien inmigra a nuestro país. Y así, cuando triunfó la Revolución Cubana llegaron a Puerto Rico decenas de miles de exiliados cubanos que desarrollaron poder económico y político.
Hasta ahí llegaron, y eso no ha sido poca cosa. Pero si pensaban que harían en San Juan lo que hacían en Miami donde durante mucho tiempo lograron que nadie hablara ni mínima ni tímidamente la verdad de la Revolución, se llevaron la gran sorpresa porque en Puerto Rico el MPI y luego el Partido Socialista bajo la dirección de Mari Brás reciprocamos la solidaridad cubana con una política vertical de solidaridad con la Revolución, impulsando la divulgación de información, las actividades de solidaridad y más importante aún, asegurando que los puertorriqueños, comenzando con la militancia independentista y socialista, pero no limitándose a ello, viajaran a ver con sus propios ojos la Revolución y a conocer con sus corazones al pueblo cubano.
Y las agencias de viaje que establecimos para ese fin la Agencia Girasol y luego la agencia Viajes Antillas fueron objeto de ataques con bombas como lo fue también el local del Movimiento Pro Independencia. Luego también vinieron los viajes de cubanos criados en Puerto Rico lo que también tuvo su precio en el vil asesinato de Carlos Múñiz Varela.
No obstante, continuó y continúa la solidaridad y continuaron y continúan los viajes a Cuba también a eventos profesionales y culturales, también de todos los sectores ideológicos del país. Así se logró que no se hicieran en San Juan lo que en Miami. En Puerto Rico sí siempre se ha hablado de Cuba, de La Revolución y del gran dirigente Fidel Castro cuando en Miami era tabú. Por eso los ahora dignamente llamados exiliados cubanos, despreciaban a los independentistas y en particular a Mari Brás, hasta llegar a la conspiración con agencias represivas del imperio y la colonial que cegó la vida de su hijo, Santiago Mari Pesquera – Chagui – imponiéndole a Mari Brás y su familia el sacrificio supremo, quitándole también su hijo a Paquita Pesquera Cantellops, su hermano a Raulito y Rosi Mari, quitándole a Mariana, a Mari Mari y a Teresa, a quien hubiera sido otro hermano.
En su trayectoria Mari Brás logró agrupar dirigentes y militantes talentosos e igualmente sacrificados y comprometidos con las organizaciones y las campañas por la lucha de independencia de Puerto Rico y la justicia social para los trabajadores. Pero Mari Bras sentaba la pauta con su calidad de revolucionario, con su firmeza, con su seguridad. Todo ello a pesar de los rasgos de timidez y humildad en su personalidad negada por algunos por su vehemencia y oratoria. Y todo ello a pesar de sus imperfecciones que tuvo como cualquier ser humano las tiene y que sabemos la historia le perdonará.
Luego de cesar sus funciones en el Partido Socialista, por decisión propia luego de más de 25 años en las direcciones de organizaciones como el MPI y el PSP, y para dar paso a otra generación de dirigentes, Mari Brás siguió sembrando victorias para el pueblo puertorriqueño. Su renuncia a la ciudadanía de Estados Unidos es un clásico ejemplo de su visión estratégica. Además, redescubrió a Hostos para el pueblo puertorriqueño y la academia, promoviendo la publicación moderna de su obra además de ocupar la prestigiosa Cátedra Eugenio María de Hostos en la Universidad de Puerto Rico y publicar sus propios escritos de profundidad sobre uno de nuestros grandes próceres del Siglo XIX.
En el caso de la ciudadanía Mari Brós renuncia a su ciudadanía de Estados Unidos para probar que como puertorriqueño podía vivir sin la ciudadanía norteamericana, porque los puertorriqueños tenemos una ciudadanía propia que es la puertorriqueña, y se propone que luego de ya no ser ciudadano de Estados Unidos seguir ejerciendo la abogacía, ejerciendo la cátedra, dicho sea de paso en la Facultad de Derecho Eugenio María de Hostos cuya fundación propulsó, votando en las elecciones de Puerto Rico siempre y cuando a su criterio su voto adelantara la lucha de independencia de Puerto Rico.
Y fue cuando su voto fue retado en los tribunales sobre la base de ausencia de la ciudadanía de Estados Unidos, que ganó el caso en el Tribunal Supremo de Puerto Rico el cual afirmó la existencia de la ciudadanía puertorriqueña, ciudadanía que se extiende a los puertorriqueños en Estados Unidos.
La obra de Mari Brás, el MPI, el PSP y tantos otros organismos que fundó, fue la influencia de nuestra generación de luchadores. – una obra impresa hoy en todos los ámbitos de Puerto Rico: en el campo de lo jurídico, del periodismo, cultural, sindical, diplomático y muchos otros, como estará impresa su obra en la historia de nuestro pueblo.
A los puertorriqueños nos ha tocado una lucha muy dura como colonia clásica frente al imperio más poderoso que ha conocido la humanidad, pero en el universo, Puerto Rico es lo que tenemos, por eso uno de los muchos libros de la autoría de Mari Bras, se titula Patria y universo.
Como alguien militó en varias organizaciones dirigidas por él, como alguien que trabajo con él, y estuvo cerca de él en tantos ámbitos de lucha y amistad, que lo conoció en su amor a Vieques, a Puerto Rico y a la lucha, creo que puedo dirigirme directamente a él:
Querido Juan, muy querido,
Gracias por regalarnos a algunos de los presentes aquí hoy su último discurso porque fue durante su enfermedad, aquí en Nueva York, que lo pronunció en el Centro El Maestro en el Sur del Bronx, entre la diáspora que hoy lo homenajea.
¡Gracias a sus seres humanos como usted, a dirigentes como usted, nuestro pueblo no ha sido un pueblo huérfano, ni apátrida, sino un pueblo tan guerrillero como cualquiera otro, tan luchador como cualquiera otro y tan solidario y soñador como cualquiera otro. Gracias a dirigentes como Ud. y a su ejemplo nuestra lucha reverdece siempre!
¡Libertad para Oscar López Rivera!
¡Libertad para Norberto González Claudio!
¡Viva la memoria y la obra de Juan Mari Brás!
¡Viva Puerto Rico libre!
Palabras de Olga Sanabria Dávila en el Tributo a Juan Mari Brás dado el 15 de junio de 2013 en Nueva York.
Fuente: Fundación Juan Mari Brás |