«Los independentistas puertorriqueños, esta vez por boca de Héctor Pesquera, del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, plantearon la necesidad de no soslayar la lucha contra rezagos del colonialismo en América y pidieron que se exija la libertad, por razones humanitarias, de su compatriota Oscar López Rivera, preso en cárceles de Estados Unidos desde hace 32 años.»
El Foro de São Paulo, que reúne a partidos de izquierda de América Latina y el Caribe, considera crucial para su futuro y para poder "contener a la derecha" en la región que el presidente provisional de Venezuela, Nicolás Maduro, sea ratificado en el cargo en las elecciones del 14 de este mes.
Maduro, nuevo líder del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), y Henrique Capriles, candidato de la variopinta coalición opositora Mesa de Unidad Democrática, se disputarán en las urnas el mandato presidencial de seis años para el cual en octubre había sido reelecto el ahora fallecido Hugo Chávez (1954-2013).
"Para nosotros, las elecciones aquí son fundamentales, porque una eventual derrota (del chavismo) en Venezuela significaría un retroceso en el proceso de integración", dijo a IPS el historiador Valter Pomar, secretario ejecutivo del Foro y dirigente del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), de Brasil.
"No es la economía brasileña o argentina la que se vería afectada si esa derrota pasara -que no va a pasar- sino toda la economía latinoamericana, afectando especialmente a los países más débiles o retrasados desde el punto de vista industrial", analizó.
Partidos integrantes del Foro, creado en 1990 en São Paulo por iniciativa del entonces opositor PT, gobiernan actualmente en Bolivia, Brasil, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
Varios de esos estados se reúnen en el pacto integracionista Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y son beneficiarios del programa venezolano de cooperación petrolera y financiera, conocido como Petrocaribe.
El Foro reivindica que la primera elección de Chávez como presidente de Venezuela, en diciembre de 1998, marcó el inicio del ascenso al gobierno de varios de sus partidos afiliados de la región y desde entonces no lo han perdido mediante elecciones allí donde lo conquistaron.
Esa contabilidad exceptúa al Partido Socialista de Chile, porque perdió el gobierno en 2010, a manos del derechista Sebastián Piñera, como un integrante más de la centroizquierdista Concertación de Partidos por la Democracia, formada en 1990, mucho antes del ciclo de triunfos señalado.
El Grupo de Trabajo del Foro, con 38 delegados de 27 partidos procedentes de 18 países, se reunió este lunes 1 en Caracas para homenajear a Chávez y dar un espaldarazo a Maduro.
"Es un excelente espaldarazo, que expresa a los movimientos populares de América Latina y el Caribe que Venezuela es estratégica y que la victoria de Nicolás (Maduro) es también la victoria de los pueblos", señaló a IPS el anfitrión Rodrigo Cabezas, dirigente del PSUV y diputado del Parlamento Latinoamericano.
Maduro, por su parte, sostuvo que "este es el momento de mayor expansión de las luchas de la nueva independencia de América Latina, frente a la hegemonía y dominación imperial estadounidense. El camino apenas empieza en esta nueva fase".
El gobernante y candidato, al acudir junto a delegados del Foro al mausoleo que guarda los restos de Chávez en Caracas, hizo "un especial reconocimiento a la Revolución Cubana, como antecedente de este proceso latinoamericano y caribeño". "Clavó la primera estaca, liberó el primer territorio y generó la dinámica de resistir, luchar y vencer", apuntó.
"Sí, estamos preocupados en el sentido de que la derecha está armando un operativo internacional, no solamente operativos nacionales, para golpearnos. Hay un proceso de contraofensiva de la derecha en la región, como se ha visto en Honduras y Paraguay, este último un caso de golpe parlamentario", dijo Pomar.
Así las cosas "vemos una situación de equilibrio. La derecha no consigue golpearnos en los principales países que gobernamos, pero tampoco nosotros conseguimos sacarlos por ejemplo de México. Este equilibrio relativo no va a durar para siempre", opinó Pomar.
Según el dirigente brasileño, "lo que puede favorecernos es acelerar los cambios en cada país y profundizar la integración, tema fundamental, porque para muchos países de la región no hay cómo avanzar en los procesos de cambio aisladamente. Por eso la elección presidencial en Venezuela para nosotros es esencial".
Lo es al punto de que el Foro dejó en segundo plano los comicios presidenciales de Paraguay, donde la izquierda participa sin mayores posibilidades frente a los candidatos favoritos, de los tradicionales partidos Colorado y Liberal.
La reunión del Grupo de Trabajo del Foro también pasó revista brevemente a otros temas de la actualidad internacional, en particular por las amenazas a la paz global derivadas de los conflictos en la península de Corea, en Siria y el desarrollo nuclear de Irán.
Aunque el grupo acordó alertar sobre la provocación estadounidense en la península coreana, en la reunión hubo voces que reclamaron la conducta de Corea del Norte por "facilitar la provocación" atribuida a Washington.
En el debate sobre Corea se ventiló la tesis de que ese conflicto aviva el protagonismo estadounidense en la región Asia- Pacífico en detrimento de China y sus socios en el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India y Sudáfrica), de potencias emergentes.
En el terreno regional se consideró que la situación más urgente es la negociación de paz que tiene como escenario La Habana entre las insurgentes izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el gobierno de ese país, del derechista Juan Manuel Santos, considerado el primer beneficiario político del proceso.
Como en casi cada cita del Foro, los independentistas puertorriqueños, esta vez por boca de Héctor Pesquera, del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, plantearon la necesidad de no soslayar la lucha contra rezagos del colonialismo en América y pidieron que se exija la libertad, por razones humanitarias, de su compatriota Oscar López Rivera, preso en cárceles de Estados Unidos desde hace 32 años.
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