Caracas – Los lazos entre Venezuela y Puerto Rico pueden trazarse tan atrás como el 1816 cuando el libertador Simón Bolívar visitó la isla municipio de Vieques en una de sus expediciones libertarias. Siglos después, en 1999, Hugo Chávez retiró a la Marina de Guerra venezolana de las prácticas de tiro que realizaba en esa misma isla, la Isla Nena, junto a EEUU a manera de ejercicios militares.
Entre medio, está la legendaria amistad entre el gobernador puertorriqueño Luis Muñoz Marín y el presidente venezolano Rómulo Betancourt durante la primera mitad del siglo pasado.
Pero, el vínculo más duradero y notable se ha dado en el terreno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Independientemente de la ideología del gobierno venezolano de turno, el vecino continental del sur ha sido un aliado fiel de Puerto Rico ante la ONU, a veces, incluso corriendo el riesgo de ponerse peligrosamente en contra al gigante del norte, de cuyo Congreso depende el Estado Libre Asociado (ELA).
Fermín Toro Jiménez, profesor en la Universidad Bolivariana en Caracas, y quien fuera embajador de Venezuela ante la ONU en la pasada década, manifestó al Centro de Periodismo Investigativo (CPI), su “adhesión solidaria” con la causa puertorriqueña y su “posición claramente por la autodeterminación en el sentido directo de la independencia” de Puerto Rico.
Retirado ya de la diplomacia, Toro Jiménez sigue teniendo a Puerto Rico como su “causa fundamental” e insiste en que “no hay que olvidarlo de los procesos de integración latinoamericanos como UNASUR, ALBA y la CELAC”, aunque teniendo en cuenta que esos organismos son integrados por estados soberanos, habría que estudiar cómo se podría incluir al ELA como “asociado” también a estas organizaciones supranacionales. A Toro Jiménez no le cabe duda de que supondría “una flecha hacia el futuro”.
El exdiplomático aseguró que en Latinoamérica existe el reconocimiento de “Puerto Rico como parte integrante de nuestra América” y se considera que “sigue postergado en ese estatus que no es satisfactorio para los latinoamericanos”.
Toro Jiménez elevó ante la ONU en diferentes ocasiones el compromiso de Venezuela con “la autodeterminación de Puerto Rico como nación latinoamericana”.
El diputado venezolano al Parlamento Latinoamericano Calixto Ortega Ríos, dijo recientemente a este reportero en el Centro de Estudios Avanzados y del Caribe, en San Juan, Puerto Rico, que “para Venezuela y Latinoamérica sería muy importante y tendría una gran bienvenida si de alguna manera Puerto Rico pudiera incorporarse a cualquiera de estos mecanismos de integración que se están desarrollando en varios ámbitos. Puerto Rico es Latinoamérica y Caribe… los habitantes de Puerto Rico se asumen como latinoamericanos”, aunque precisó que “como toda relación entre dos países, depende de la voluntad y disposición de cada uno y de la pertinencia legal para las partes”.
El historiador Marcos Fuenmayor, investigador del archivo histórico del Palacio de Miraflores (sede del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela), y que trabajó en el Servicio Exterior venezolano en la ONU durante 4 años a mediados de la década de 2000, explicó al CPI que el país suramericano siempre ha sido solidario con los intereses de Puerto Rico, independientemente de que los gobiernos hayan sido socialdemócratas o democristianos; de derechas o de izquierdas; dictatoriales o revolucionario, aunque el último de estos ejecutivos ha sido el más decidido en apoyar la independencia.
Fuenmayor repasó las contradicciones históricas de la creación de la ONU, que por un lado nació en 1945 tras la II Guerra Mundial por el interés aliado, principalmente de EEUU y la URSS, de desmantelar los imperios coloniales tradicionales; mientras por otro lado se impulsó el neocolonialismo económico, y que “por vía de excepción, (los EEUU) tenían su propia colonia” en Puerto Rico.
El diplomático historiador recordó que a causa de esta contradicción, avalada por “cientos de observadores” que viajaron a Puerto Rico a estudiar la situación del país caribeño, se le concedió una “silla” (que físicamente existió, con un letrero que indica que es la silla de Puerto Rico en la ONU, y que podría estar olvidada en algún almacén de Nueva York) al Partido Nacionalista puertorriqueño, pero que se retiró en 1950 tras el alzamiento de los nacionalistas liderados por su dirigente Pedro Albizu Campos.
Con respecto al caso de Puerto Rico, “Venezuela desde el principio tuvo una actitud anticolonialista porque tenía su propio caso en (la vecina) Guyana Británica”.
Fuenmayor explicó que en la Conferencia Interamericana de 1948, Betancourt (1908-1981), quien fue Presidente de Venezuela, interino entre 1945 y 1948, y electo entre 1959 y 1964, “abogó por la descolonización de Puerto Rico a pesar de que él era pro EEUU”, según defendió entonces el profesor de economía política de la Universidad Bolivariana en Caracas José Antonio Egido.
“Pero Betancourt a quien apoyaba era a (el gobernador) Luis Muñoz Marín. Primero apoyó la independencia, aunque por demagogia la siguió apoyando cuando Muñoz Marín ya estaba con el Estado Libre Asociado, y luego de 1952 respaldó el ELA”, dijo Fuenmayor, quien especificó que el presidente venezolano mantuvo “una alianza de acero”, aunque en algún momento de sincronizada, con Muñoz Marín.
Tras la Guerra Hispanoamericana, en 1898, Puerto Rico pasó como botín de guerra a manos de EEUU. Durante la primera mitad del Siglo XX los gobernadores de Puerto Rico eran estadounidenses nombrados por aquel País. En 1952, mediante una ley del Congreso de EEUU, se aprobó el Estado Libre Asociado, actual estatus político, que dio cierto nivel de gobierno propio a los puertorriqueños, aunque para muchos puertorriqueños y para parte de la comunidad internacional es un régimen colonial.
En 1953, “se sacó” a Puerto Rico de la lista de países por descolonizar. La votación en la ONU no fue unánime, sino “cerrada con muchas ausencias y abstenciones”.
En 1961 se crea el Comité de Descolonización de Naciones Unidas con el fin de acabar definitivamente con las colonias, dadas las trabas que en la Asamblea General estaban encontrando los casos de Congo, Indochina y Argelia, entre otros. Ese comité “hereda” la lista de la que “ya había salido Puerto Rico”, sostuvo Fuenmayor.
Sectores independentistas puertorriqueños trataron de que se viese el caso de Puerto Rico en la ONU, pero no fue hasta 1973 cuando el Comité de Descolonización “comienza a atender el caso de nuevo”.
“EEUU siempre se opuso a que Puerto Rico regresara a la lista porque eso significaba que tenía que rendir informes anuales justificando su postura con respecto al ELA”, puntualizó el historiador.
Venezuela siempre ha tratado de convencer al Comité de Descolonización de la ONU de que “en las naciones latinoamericanas se considera que en EEUU no se ha asimilado culturalmente a Puerto Rico… Incluso gobiernos de derechas han sido sensibles con la situación de Puerto Rico y si han tenido que votar, no han sido beligerantes como contra Cuba, y se han abstenido”.
Venezuela “siempre apoyó el eufemismo de la integración de Puerto Rico en la comunidad latinoamericana. Siempre respaldó las resoluciones que apoyaban la autodeterminación de Puerto Rico… sin llegar a apoyar directamente la independencia” hasta que en 2006 sucedió algo extraordinario en la delegación diplomática venezolana, algo que ni la URSS en sus tiempos de máxima confrontación con EEUU se había atrevido a hacer.
El 12 de junio de 2006, la delegación diplomática venezolana ante la ONU, en la cual participaba Fuenmayor y que lideraba la embajadora Imeria Núñez de Odremán, sin esperar la aprobación explícita y burocrática de la Cancillería de la República Bolivariana, solicitó formalmente ante el Comité Especial de la ONU Encargado de Examinar la Situación con Respecto a la Aplicación de la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales “la independencia total de Puerto Rico”.
“La República Bolivariana de Venezuela se manifiesta, de manera firme y categórica, a favor de la independencia total de Puerto Rico en el entendido de que toda decisión vinculante para la solución del estatus político de la isla debe tomarla originalmente el pueblo de Puerto Rico”, subrayó la embajadora.
La delegación tomó la decisión después de que Chávez se expresara en los mismos términos en su programa de televisión “Aló Presidente”.
El historiador José Ignacio Jiménez, nacido en Nueva York de madre puertorriqueña y padre español y residente entre Caracas y en San Juan; toda su vida vinculado a la diplomacia de las Naciones Unidas y con estrecha relación con las delegaciones oficiales de España, Venezuela y Puerto Rico, entre otras, se ha ganado a pulso constante y solidario el ser considerado un certero oráculo para el que quiera conocer las relaciones internacionales en la región.
Jiménez presumió además, de que en cuanto Chávez llegó al poder en 1999, retiró a la Marina de Guerra de los ejercicios bélicos en Vieques, Puerto Rico.
Debido al proceso de transición y los cambios y nombramientos de alto nivel que se experimentan en el gobierno venezolano tras la muerte el pasado 5 de marzo del presidente Chávez, así como por la proximidad de las elecciones presidenciales del venidero 14 de abril, el CPI no pudo confirmar la actual posición oficial de Venezuela con respecto al caso de Puerto Rico. |