Por años, este país ha estado sumergido en un hoyo gigante en términos económicos. Es de conocimiento general la estrategia utilizada por el Partido Popular Democrático en  la década del 50, con la llamada Operación Manos a la Obra.

Esta operación que nos dejó una herida sin sutura; dio las mejores tierras en las mejores ubicaciones a empresas norteamericanas, dio incentivos contributivos, invirtió en infraestructura, cedió el pago de agua y luz por algunos empleos de poca duración.

En la década del 1970, ese mismo partido, volvió a implementar la misma operación, esta vez exponiéndonos a mayores riesgos, ya que incentivó a compañías petroquímicas a entrar al juego económico del país. Éstas nos dejaron en el litoral sur la cantidad más grande de chatarra vistas en el país, siendo una de las inversiones menos prósperas y de menor duración para nuestra economía.

Hoy, el PPD, vuelve a la carga con su nuevo/viejo proyecto de crear empleos. ¡Sí!, incentivo del gobierno para que las empresas privadas generen capital y una vez dejen de ser productivas nos quedemos nuevamente pagando la deuda generada, por la ganancia de las empresas. Esta vez, los legisladores del PPD, disfrazan su proyecto con un nuevo nombre y con un sombrero nacionalista. Los incentivos serán “la inversión de capital puertorriqueño y así crear empleos rápidamente” así lo dice el senador Ángel Rosa.

El senador, no esperó mucho, y haciendo justicia de lo que él prometió en campaña ha radicado tres proyectos de ley, los cuales buscan “la creación de empleos”. Echémosle un vistazo:

El primer proyecto presentado por Rosa está dirigido a que el gobierno inyecte capital directamente a empresas puertorriqueñas “exitosas”. La misma será mediante el mecanismo de acciones preferidas. En palabras más simples, lo que busca Rosa es que el gobierno subvencione los aumentos de producción  de las empresas para que éstas produzcan más y generen nuevos empleos. Sí, crearan nuevos empleos, pero su producción será mayor y a su vez su ganancia también. Para esto Rosa propuso la creación de un fondo de $500 millones del Banco Gubernamental de Fomento (BGF), para invertirse en empresas puertorriqueñas “sólidas” que estén listas para expandir sus operaciones inmediatamente.

La pregunta es: ¿Si estas empresas están sólidas, por qué necesitan la intervención del Estado para su expansión? El problema detrás de ésta inversión será que de la empresa no dar abasto con su intención de crecimiento, el Gobierno de Puerto Rico asumirá las consecuencias pagando deudas sin ningún tipo de ganancias al erario. Según el senador las acciones preferidas serán las responsables de allegar los fondos nuevamente al Banco Gubernamental de Fomento (BGF), y preguntamos: ¿Si no hay las ganancias esperadas, quién pagará los platos rotos? Estas medidas son como hacer “swing con los ojos cerrados”. No existe posibilidad alguna de asegurar el pago de esta inversión.

El segundo proyecto propuesto por Rosa busca crear la Ley de Compañías de Inversión de 2013. Según el senador Rosa, "esta ley facilitará que el capital ahorrado de los puertorriqueños pueda invertirse en empresas puertorriqueñas, mediante la creación de compañías de inversión con reglas ágiles, confiables y transparentes." Rosa, propuso reducir a 7% la tasa contributiva para aquellas compañías de inversión que obtengan al menos un 75 por ciento de su ingreso en actividades que generen empleo en Puerto Rico. Nuevamente, el BGF invertirá para que los empresarios puedan generar capital. Es la misma manzana, pintada de azul.

Si miramos, las propuestas del senador Rosa y las comparamos con lo propuesto por el PPD en las décadas de 1950 y 1970, no encontraremos diferencia alguna. Sin duda, la inversión del capital debe venir del Estado, pero que sea el Estado quien controle la ganancia. El Estado es capaz de generar condiciones económicas, las cuales aseguren un crecimiento económico no a costa de sangrar las arcas del pueblo y pudiendo entrar capital al mismo.

¿Por qué en vez de invertir en empresas privadas, no se invierte en empresa nacionales? La ganancia sería nuestra, sería capital nativo (cumpliendo con el nacionalismo de mentiras de la propuesta PPD) y daría paso a que empresas internacionales vieran la isla como un lugar de inversión.

Sin duda y una vez más vemos una propuesta neoliberal que solo busca retornar los favores que se hicieron en campaña a empresas que solo buscan agrandar sus bolsillos.