31 de marzo de 2012. - La presencia de la revolución bolivariana en Puerto Rico se acrecienta con eventos de divulgación cultural y política sobre este proceso que se celebran periódicamente en esta isla.

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Una vez más, el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, prestigiosa institución académica del Viejo San Juan, ha sido escenario de un acto de apoyo a Venezuela. Este Centro ha seguido su tradicional política de dar espacio a la pluralidad de ideas y al debate académico sobre la región y es bajo este criterio que se invitó al joven responsable de las relaciones internacionales de la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela y diputado al Parlamento Latinoamericano (Parlatino) Xoan Noya, a dictar una conferencia sobre la Política Interna y Exterior de la Revolución Bolivariana.

Durante su visita a Puerto Rico, el joven diputado participó en el Festival de Claridad, órgano del independentismo puertorriqueño y pudo entrevistarse con algunas figuras emblemáticas de su resistencia, como el ex-preso político Rafael Cancel Miranda, además de otros representantes de las fuerzas progresistas de esta nación. De mano del historiador José Ignacio Jiménez, el invitado venezolano realizó una detenida e intensa visita a varios rincones del Viejo San Juan, enclave colonial hermanado con los de la Habana y Cartagena de Indias y vivo ejemplo de la labor restauradora y conservacionista iniciada hace más de cincuenta años por el ya fallecido historiador y antropólogo, Don Ricardo Alegría. Al profundizar sobre el legado arquitectónico de sus callejones y fortificaciones, Jiménez le resaltó la irrenunciable vocación latinoamericana de Puerto Rico, territorio seccionado, por razones de guerra y de conquista, de su natural entorno cultural por la invasión norteamericana de 1898. Por la frescura y espontaneidad de su encuentro con los participantes de un taller de concientización con los habitantes del Caño de Martín Peña, un barrio obrero de la metrópoli puertorriqueña, también merece destacarse la participación de Noya en el mismo.

Ya son más de diez eventos de solidaridad con Venezuela de esta naturaleza, que José Ignacio Jiménez ha organizado en San Juan, mediante la exhibición de documentales y la presentación de conferencias sobre la realidad venezolana, todas encaminadas a enfrentar la campaña mediática desatada por los sectores anexionistas que dominan la prensa, radio y televisión de esta isla hermana.

Con la llegada a San Juan, del Cónsul General de Venezuela, Jesús Sevillano, se ha registrado un notable incremento de la presencia venezolana en la isla, especialmente en lo que a la cultura y los medios de comunicación se refiere. Su febril labor divulgativa va ganando espacio en la opinión pública puertorriqueña, que desde algún tiempo precisaba de una mayor atención de Venezuela. Dado los profundos lazos históricos y culturales entre Puerto Rico y la patria de Bolívar, son pocos los países de Nuestra América, en que una coordinada y proactiva presencia de Venezuela, daría mayores frutos. La reciente incursión de Telesur en este país, ha puesto de manifiesto este consenso, rubricado por una entusiasta acogida entre los más variados ámbitos políticos que esperan el aumento de esta presencia y se congratulan de que por fin surjan unas alternativas comunicacionales que den unas versiones distintas del acontecer latinoamericano y caribeño, del cual no puede estar ausente Puerto Rico.

Al comenzar el acto en el Centro, Sevillano agradeció el apoyo que los puertorriqueños siguen dando a la Revolución bolivariana y, una vez más, recalcó que Venezuela pedía el mismo respeto mutuo que da en sus relaciones con otros países y que en el caso de Puerto Rico, nada ni nadie podía obviar las poderosas razones históricas que avalaban los compromisos de su país con el destino de esta isla hermana. Cuando informó sobre la evolución favorable de la salud del Presidente, el público irrumpió con grandes aplausos y vivas a Chávez, evidenciando el afecto y la solidaridad de que goza el primer mandatario venezolano entre los sectores independentistas y soberanistas de Puerto Rico.

A continuación, el coordinador de estos actos tomó la palabra y presentó a Xoan Noya, conferenciante invitado de la juventud del PSUV. Jiménez recalcó la solidaridad del mismo con Puerto Rico, cuando hace unos meses cursó una invitación a Caracas de tres jóvenes activistas puertorriqueños que representaban a una amplio abanico de organizaciones que luchan por la independencia de este país y llevaron el caso colonial de esta isla al Encuentro Latinoamericano por la Paz y la Soberanía. Noya, subrayó el historiador, siempre ha demostrado su solidaridad con las luchas de Puerto Rico contra el colonialismo y ha puesto todo su empeño para que ese país sea incorporado eventualmente a los foros políticos regionales como fue el caso de la recientemente constituida CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe) organismo que por derecho propio e historia, esta isla no puede estar ausente. En este sentido, concluyó Jiménez, la comunidad patriótica puertorriqueña ha visto con gran satisfacción como el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) manifestó hace poco su apoyo a la descolonización de Puerto Rico y como la próxima reunión del Foro de Sao Paulo, incluirá entre sus temas, la situación colonial de la isla.

La conferencia de Noya comenzó con unas palabras sobre el carácter indiscutible de la Nación puertorriqueña y del compromiso que las fuerzas revolucionarias del resto de Latinoamérica sentían con este pueblo. Habló de la necesidad de llevar este caso ante la opinión pública del Continente y en este sentido anunció su proyecto de incluir unos quioscos de Venezuela en el próximo Festival de Claridad. A continuación hizo un largo recuento de los eventos que condujeron a la Revolución bolivariana, deteniéndose en el papel desempeñado por las fuerzas de izquierda, la Teología de la Liberación y los sectores militares nacionalistas, en el mismo. La preocupación por la salud del Presidente Chávez, prosiguió Noya, ha ido más allá de lo político y consolida la trascendencia de su figura en la historia venezolana. El país apuesta a su recuperación, dijo, pero esto no es óbice para que no se siga con la agenda electoral prevista, apostando por una contundente victoria del pueblo el 7 de octubre.

Minuciosa y abundante fue la descripción de los avances sociales de la Revolución hecha por Noya. Ahondando en el tema de las Misiones para responder a la necesidades de la infancia, la vejez, la salud, y la educación, pasando por las de la cultura y el deporte, entre otras, el conferenciante habló del profundo impacto que empezaban a tener en la sociedad venezolana. La voluntad de elevar el nivel de vida de la población y dignificarla era piedra angular del proceso bolivariano y pieza esencial de la ideología revolucionaria que le dio vida, explicó Noya.

La impostergable voluntad de lograr un país libre de interferencias extranjeras y totalmente descolonizado, inspirado además en una doctrina de solidaridad con los otros países de región que han sufrido ese flagelo, opinó Noya, constituye el otro eje de la doctrina bolivariana. Esa decisión de caminar por senderos cada día más distintos a los que ha dictado el imperio, explica su actual política exterior, diseñada, continuó diciendo, para lograr una auténtica transformación de las relaciones desiguales entre los estados, basadas tradicionalmente en la explotación y en la dominación colonial. Con la creación de organismos como PETROCARIBE, el Banco del Sur, UNASUR y el ALBA, Venezuela afianza cada día más su determinación de fortalecer una mundo multipolar que le permita hallar nuevas alternativas de cooperación comercial, tecnológica e industrial con otros países, atrayendo para esto significativas inversiones de China, Rusia e Irán, entre otros, concluyó el Noya entre fuertes aplausos del público reunido en el Viejo San Juan para escucharlo.

Con actividades y actos como éstos, la Revolución bolivariana se abre paso en Puerto Rico y ya se preparan nuevas estrategias para que las poderosas razones que asisten a Venezuela en estos momentos de su historia sean conocidas por un país deseoso de acompañar a la patria de Bolívar en su empeño de lograr una sociedad más justa y solidaria, profundizando así los fraternos lazos entre los dos pueblos. La patria de Albizu, Betances y de Hostos, nación intervenida pero no asimilada, se merece, por nuestro lado, una mayor atención de la que se le ha prestado hasta ahora.

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