Conocí a Pedro Grant allá para el 1969, en la Universidad mientras militaba en el Movimiento Pro Independencia y en la FUPI; y no pensé que estaba conociendo a uno de los compatriotas y amigos que más cariño le tendría en la vida.
Pedro era más que un camarada. Le amamos entrañablemente por su sencillez y su firmeza; por su verticalidad y su generosidad; por su profundo sentido de amistad, por su patriotismo y valentía. Por su sentido común y su humor saludable. Pedro fue una de las personas más libres que he conocido.
Tenía una versatilidad increíble. Se desempeñó como bibliotecario, oficinista, operador de mimeógrafos, dirigente sindical, agricultor, trabajador de muelles, cocinero, constructor, padre, abuelo, esposo. ¿A qué más? como diría Silvio Rodríguez.
Al dedicarle este instante de celebración de su vida, quiero destacar cuatro aportaciones (de tantas) muy importantes que hizo a la Nueva Lucha de Independencia, proceso que ocupó la mayor parte de su existencia. Distingo sus aportaciones a la unidad sindical y patriótica; contribuyendo a la formación sindical clasista de los trabajadores; a ubicar la lucha de los y las puertorriqueños/as en la agenda del Movimiento Obrero Internacional y como dirigente político independentista y socialista.
Pedro contribuyó a la fundación de decenas de sindicatos y organizaciones bona fide, frentes de solidaridad obrera y fue la espina dorsal del Movimiento Obrero Unido (MOU). Decía que el MOU era uno de los principales proyectos de unidad sindical clasista de la segunda mitad del Siglo XX. El más combativo después de la Confederación General de Trabajadores, con una ideología transparente de los intereses de la clase trabajadora y sus aportaciones a los procesos de liberación nacional. Con esa comprensión de la historia obrera, fue uno de los pilares de la Comisión Sindical del Partido Socialista Puertorriqueño. En unión a otros compañeros/as sindicalistas se dio a la tarea de fundar una escuela sindical, allá para el 1976: el Instituto de Educación Sindical, el ILES. Pedro Grant fue unos de los más firmes apoyos de esa institución, la más influyente en la formación de cientos de dirigentes sindicales nacionales y de base durante la década del setenta y los ochenta del siglo XX. Hace apenas semanas, tuvimos el placer de reunirnos con el compañero para rescatar esa experiencia del ILES y del MOU.
Pedro Grant era en aquel momento Secretario-Tesorero de la Unión General de Trabajadores, y gestionó que otros sindicatos como la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes (HEEND), la UTIER, la Federación de Maestros, la Unión Independiente de la Industria Petroquímica (de la CORCO) la Unión Independiente de Trabajadores de Aeropuertos (UITA) , la Unión Independiente de la ACAA, de la Autoridad de Carreteras, Edificios Públicos, Obras Públicas, y la Unión de la Cervecería India de Mayagüez apoyaran la escuela sindical. Pedro motivó y se sumó para organizar escuelas regionales del ILES en San Juan, Ponce, Mayagüez, Arecibo y Humacao, con los/as propios trabajadores/as como maestros/as. La gestión del ILES se conoció en muchos países de América Latina, especialmente en Cuba y México, gracias al interés de Pedro de fortalecer sus experiencias a nivel latinoamericano. Promovió que el tiempo y los recursos para la educación sindical fueran parte de la negociación colectiva de las uniones.
A Pedro Grant hay que reconocerle haber participado de la construcción de la unidad sindical a nivel continental y mundial en los tiempos de la Guerra Fría, al formar parte del esfuerzo del Congreso Permanente de Unidad Sindical de los Trabajadores de América Latina y el Caribe (CPUSTAL) y de la Federación Sindical Mundial (FSM). El CPUSTAL hizo de sus diversos espacios de trabajo e intercambio un foro permanente de solidaridad para la lucha de los trabajadores(as) puertorriqueños(as). La labor de Pedro a nivel internacional logró estrechar las relaciones con importantes centrales y federaciones, llevando la causa de Puerto Rico a los congresos obreros de diferentes partes del mundo, cuando se avecinaba la barbarie del neoliberalismo.
Finalmente, destacó su rol de dirigente político y su afiliación al socialismo. Como presidente del Partido Socialista Puertorriqueño contribuyó enormemente a su desarrollo, sirviendo siempre de mediador para su unidad interna. Fue pionero en la gestión de candidaturas electorales independientes, al fungir de candidato al Senado por el PSP llevando el jacho como símbolo de campaña. Contribuyó y fue parte de las gestiones internacionales de solidaridad con la Independencia de Puerto Rico, en las Naciones Unidas, las Cumbres del Movimiento de Países No Alineados, en el Foro de Sao Paulo y en las relaciones bilaterales con organizaciones y partidos fraternos, a lo cual se añade las gestiones políticas en Estados Unidos.
En una época donde se privilegia el liderato politico pequeño-burgués, -construido por los estándares de la imagen y la publicidad-, Pedro supo imponerse y mantener su legitimidad, su honestidad y su naturalidad por más de cinco décadas de lucha ininterrumpida. Una persona como Pedro Grant no necesita de puestos dirigentes para trabajar o decir lo que piensa, siempre lo hizo con naturalidad, picardía y generosidad. Pedro Grant, al igual que Mónico Nazario, Agustín de Jesús Montero, Ramón Calderín, nos reafirma la necesidad de reforzar la presencia de las clases trabajadoras en el liderato político del país. Honra eterna a Pedro Grant.
*La autora es miembro de la Dirección Nacional del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano y catedrática en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. |