"El conflicto ha creado, además, el espacio para el enfrentamiento indirecto de fuerzas exógenas a Siria, como son los casos de la Federación Rusa, Estados Unidos, Francia, Reino Unido de la Gran Bretaña, Líbano, la República Islámica de Irán, Israel, Arabia Saudita, Yemen, Jordania, Turquía y la hoy fraccionada Libia, ello a costa una vez más del propio pueblo sirio".
El uso del territorio de la República Islámica de Irán por parte de la Federación Rusa para auxiliar la defensa de la independencia siria y la derrota de ISIS
¨Uno puede saber cómo conquistar sin tener la posibilidad de hacerlo. Si no se puede vencer, se debe defender: Si se puede vencer, se debe atacar. Defender cuando la fuerza es insuficiente; atacar cuando la fuerza es abundante.¨
Sun-Tzu, ¨El arte de la guerra¨
Desde hace más de seis años, la República Árabe Siria ha sido objeto de uno de los procesos de desestabilización interna de un país más crudos en nuestra historia reciente. Un país que llegó al Siglo XXI contando con una población aproximada de 19 millones de habitantes, con un gobierno republicano sujeto a elecciones cada siete años y que históricamente había rechazado el modelo teocrático de gobierno, permitiendo la coexistencia en su territorios nacional de ciudadanos que profesan la fe islámica de sus diferentes vertientes, en conjunto con la fe cristiana, judía y otras prácticas religiosas, ha pasado a ser un territorio de combates y conflictos internos armados, promovidos por Estados Unidos, la Unión Europea, Israel y algunos estados políticos de la región, entre los que se encuentran Jordania y Arabia Saudita, Estados políticos vasallos de los intereses imperialistas occidentales en la región.
El conflicto sirio ha provocado la muerte de cientos de miles de personas, el desplazamiento de más de la mitad de su población y el éxodo de más de 4 millones de ciudadanos, que huyendo de la guerra, son hoy refugiados en países vecinos y otros países de Europa. Como parte del proyecto imperial dirigido a establecer un ¨nuevo orden¨ en la región, criaturas engendradas por países como Estados Unidos e Israel y que llevan nombres de Al Qaeda, el Frente Al Nusra, Nuevo Ejército Sirio, Estado Islámico de Iraq y Levante (ISIS por sus siglas en inglés), y más reciente, de las ruinas del Frente Al Nusra, el ¨Frente de la Conquista de Levante¨, todas ellas se han conjurado para echar abajo el gobierno constitucional de Bashar al- Asaad, fomentando la creación de un califato dentro de los límites territoriales entre en norte de Iraq y Siria. A lo anterior debe sumarse la gran pérdida que representa para la Humanidad la destrucción de invaluables tesoros arquitectónicos y arqueológicos por parte de ISIS, o dañados o perdidos como resultado de las operaciones militares libradas por las partes en el contexto de esta guerra interna.
El conflicto ha creado, además, el espacio para el enfrentamiento indirecto de fuerzas exógenas a Siria, como son los casos de la Federación Rusa, Estados Unidos, Francia, Reino Unido de la Gran Bretaña, Líbano, la República Islámica de Irán, Israel, Arabia Saudita, Yemen, Jordania, Turquía y la hoy fraccionada Libia, ello a costa una vez más del propio pueblo sirio.
Durante el mes de septiembre de 2015 se produjo un incremento de la presencia militar de la Federación Rusa en el conflicto desarrollado en la República Árabe Siria. A diferencia de la intervención de Estados Unidos, la OTAN y sus aliados, la intervención rusa obedece a una solicitud de un gobierno legítimamente constituido, ello en correspondencia al derecho internacional vigente. De hecho, ante señalamientos hechos por Occidente, la respuesta de la Federación Rusa, a través de funcionarios del más alto nivel en su Cancillería, fue expresar su intención de formar un frente, junto con otros países, lo más amplio posible basado en el actual ordenamiento internacional para así, en conjunto, enfrentar al Estado Islámico de Iraq y Levante (ISIS, o EIIL por sus siglas en español).
Históricamente hablando, la relación militar de la Federación Rusa con el gobierno sirio precede la formación de esta última entidad política. Se remonta a los años de existencia de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) cuando Siria, a pesar de no formar parte del tratado militar del Pacto de Varsovia y por el contrario formar parte del Movimiento de Países No Alineados, se consideraba aliado de la URSS en la región. En el actual contexto de la situación interna en Siria, si bien la Federación Rusa ha favorecido históricamente una salida negociada al conflicto, oponiéndose desde el Consejo de Seguridad de la ONU a una intervención militar contra el gobierno constitucional que encabeza el presidente Bashar al-Assad; de otro lado ha planteado, ante propuestas hechas en esa dirección por Occidente, que la ruta a seguir debe ser el resultado de un diálogo entre el gobierno y los grupos de oposición donde no se condicione de antemano la salida del presidente sirio del poder. De hecho, la Federación Rusa considera a Bashar al-Assad como el ¨jefe de Estado legítimo¨ de Siria. El resultado de todo diálogo, ha insistido Rusia, ha de ser entre las partes en el conflicto y sin condiciones previas promovidas desde afuera o desde adentro del país.
Desde hace años, la Federación Rusa cuenta con una instalación naval ubicada en la ciudad de Tartus, en el Mar Mediterráneo. Allí se opera un ¨centro de mantenimiento técnico¨. El poco calado del puerto impide a buques de guerra rusos fondear en la costa, lo que lleva a que los mismos permanezcan en las afueras de la ciudad, aunque lo suficientemente próximos al puerto. De hecho, por lo general son varios los buques de guerra y de carga rusos fondeados frente a Tartus.
Esta presencia militar de Rusia en Siria se ha ampliado en el marco del conflicto interno que vive el país como resultado de la construcción de otra instalación militar en Latakia, también cercana al Mar Mediterráneo y uno de los principales bastiones bajo el control del gobierno sirio en su territorio. Allí Rusia instaló una torre de control aéreo y amplió facilidades de vivienda prefabricadas en un aeródromo, las cuales serían capaces de acoger y albergar cientos efectivos militares como parte del involucramiento de la Federación Rusa en Siria. La Federación Rusa solicitó también de países vecinos a Siria y de la región permiso para sobrevolar con aviones de carga sus espacios aéreos como parte del puente establecido para allegar armamentos a Siria por la vía aérea.
En Siria han sido emplazados también aviones de combate y personal de combate rusos que incluyen la presencia de vehículos blindados de transportación de tropas fabricados en Rusia tipo BTR-8-2ª y otros medios más sofisticados de sistemas defensivos capaces de derribar cualquier avión o misil aéreo lanzado contra el país. Rusia también viene participando activamente en el entrenamiento de las fuerzas armadas sirias, incluso dotándoles con nuevos equipos de combate para el personal que opera en el aire y en tierra.
Indicaba para entonces la portavoz rusa de Asuntos Exteriores, María Zajárova, que la ayuda militar rusa al gobierno sirio se daba ¨de acuerdo con contratos bilaterales basados en el Derecho Internacional¨, los cuales no solo proveen para la venta de equipos y pertrechos militares, sino también, para su mantenimiento y adiestramiento en cuanto a su operación y manejo. A tales efectos, el Vice Ministro de Relaciones Exteriores ruso, Mijail Bogdánov, señaló que los socios de Rusia en materia de contratos sobre armamentos, ¨necesitan ayuda, sugerencias e instrucción.¨ Tal ofrecimiento lo llevan a cabo especialistas rusos.
Entre finales de septiembre del pasado año y el 14 de marzo de 2016, la Federación Rusa inició un sistemático involucramiento de personal de combate ruso en Siria, que conllevó el desplazamiento en tierra de tropas de combate, incluyendo unidades especializadas, como también el apoyo de aviación estratégica proveniente de la propia Rusia para efectuar operaciones de bombardeo sobre posiciones yijadistas controladas por el ISIS y otros grupos hostiles al gobierno sirio, como también la instalación de sistemas defensivos aéreos para proteger el espacio aéreo sirio de incursiones aéreas desde Israel, Turquía e incluso desde el mar por parte de medios navales pertenecientes a la OTAN. En poco tiempo, la concentración de fuego sobre las posiciones insurgentes en Siria y una mejor capacidad de combate, entrenamiento y apoyo logístico de Rusia sobre la fuerzas armadas leales al gobierno sirio, permitieron un golpe de timón al conflicto, retomando el gobierno de Bashar al-Asaad la iniciativa en la guerra, liberando amplias porciones del territorio en control de ISIS.
En el apoyo al gobierno sirio se han sumado unidades de combate de voluntarios iraníes provenientes de la Guardia Republicana, así como de combatientes palestinos y libaneses de las milicias de Hezbolá, quienes han luchado hombro con hombro contra el Estado Islámico.
En los pasados días se ha dado un nuevo desarrollo en el conflicto interno sirio. Esta vez la aviación estratégica rusa, operando desde la base de la Fuerza Aérea iraní de Hamedan, utilizando bombarderos Tupolev 22-M3 de largo alcance y aviones Sukhoi-34, lanzaron demoledores ataques contra ISIS, destruyendo cinco depósitos importantes de armamento, municiones y combustible, así como importantes campamentos terroristas en diversas localidades y tres puntos de mando. Conforme a los acuerdos alcanzados en el memorándum de entendimiento sobre la seguridad de los vuelos en Siria, del cual participa la Federación Rusa junto con otros países de la OTAN, las autoridades rusas notificaron de antemano a Estados Unidos el uso del territorio iraní para sus operaciones aéreas contra los objetivos de ISIS en Siria.
La Republica Islámica de Irán ha sido a lo largo del conflicto uno de los principales Estados solidarios con el gobierno sirio. La reacción del gobierno estadounidense ha sido contraria a que la Federación Rusa, desde suelo iraní, haya dirigido estos ataques en Siria. De hecho, en conferencia de prensa llevada a cabo por el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, insinuó que el ataque efectuado no necesariamente había sido dirigido contra ISIS sino que mencionó a otros grupos insurgentes que luchan contra el gobierno de Assad. Indicó, además, desconocer si se trataba de una única operación llevada a cabo por Rusia, o si se esperaba acciones futuras.
A juicio de algunos analistas del desarrollo de los conflictos en el Medio Oriente, como es el caso de Kamal Amal, del Royal United Services Institute (RUSI), con epicentro en Londres, el dato de mayor importancia no es si se atacó o no a ISIS o a otros insurgentes en Siria; sino el mensaje que se envía tanto por Rusia como por Irán al resto de los países del Golfo ante un acercamiento militar entre estos dos países, lo que coloca, por ejemplo, la aviación estratégica rusa a 2 mil kilómetros de sus objetivos en Siria, permitiendo a sus aviones el transporte de una mayor cantidad de municiones y reducir drásticamente la duración de sus misiones en Siria.
En Alepo e Idlib, donde al presente se desarrolla una intensa batalla por su control y en la cual se indica que el ¨Frente de la Conquista de Levante¨, nombre dado al Frente Al Nusra antes de desligarse de Al Qaeda, grupos insurgentes han retomado el control de algunos puntos. El despegue de aviones rusos desde Irán acortaría el tiempo de vuelo en un 60% y permitiría una mayor intensidad en las operaciones de bombardeo por parte de Rusia. De hecho, el uso del territorio iraní triplica la capacidad rusa en sus operaciones aéreas sobre suelo sirio.
Un acercamiento militar de esta naturaleza entre la República Islámica de Irán y la Federación Rusa, junto con la nueva aproximación del gobierno de Turquía hacia Rusia, cambia además, en alguna medida, las zonas de influencia y la correlación de fuerzas geopolíticas de estos países frente a Estados Unidos y la OTAN. De hecho, según el Presidente de la Academia rusa de Problemas Geopolíticos, Konstantin Sivkov, el acuerdo entre Irán y Rusia es un claro mensaje a países como Arabia Saudita, Israel y Estados Unidos.
Por lo pronto, no se avizora aún el fin del conflicto en Siria, por lo que habrá que seguir de cerca cada uno de sus nuevos desarrollos y cómo cada interlocutor en el conflicto se posiciona en el mismo.
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