Como se ha venido documentando en los pasados días con la formación del llamado nuevo gobierno en Ucrania, si alguien tenía dudas sobre quiénes estaban detrás de las manifestaciones desarrolladas en Kiev, la capital ucraniana, lo único que tienen que constatar es cuáles son los grupos que han asumido el control policiaco y gubernamental [...]
en dicha capital ante el vacío de poder creado por los recientes sucesos y cuáles son las fuerzas políticas que desde Occidente han corrido en auxilio económico y financiero de los golpistas. En el caso de las organizaciones políticas, se trata de grupos paramilitares derechistas, como es ¨Causa Común¨, y las organizaciones neonazi ucranianas del llamado ¨Sector de Derechas¨, del cual participan organizaciones como ¨Una-Unzo¨, ¨La Sech¨ y ¨Tridente¨. Todas ellas, en conjunto, se conocen como las Fuerzas de Autodefensa del Maidán.
Hemos señalado anteriormente en otro escrito anterior que Ucrania es un país ubicado en la frontera más oriental de Europa dentro de la región conocida como Eurasia. Con un tamaño similar al de España y Portugal unidas, Ucrania cuenta con una extensión territorial de 603,628 kilómetros cuadrados; es decir, más de 55 veces el tamaño de Puerto Rico, con una población de 44.8 millones de habitantes. En el pasado llegó a contar con el segundo ejército más grande de Europa después de la Federación Rusa. Datos examinados más recientemente, sin embargo, indican que tal capacidad ha venido a menos, habiéndose reducido el número de sus efectivos, el envejecimiento de su arsenal militar, la falta de un adiestramiento de sus fuerzas armadas, la reducción en su capacidad de respuesta, y ciertamente, la falta de homogeneidad en sus cuadros y mandos directivos sobre qué hacer en esta coyuntura de crisis constitucional e institucional en el país.
Habiendo sido una de las repúblicas de la extinta Unión Soviética, desde su Declaración de su Independencia el 24 de agosto de 1991, Ucrania se ha debatido tal como ocurrió antes de la Revolución Rusa, entre los intereses de una parte de su población de origen eslavo, que se concentra en la porción occidental de su territorio y que se considera a sí misma europea; frente a otra porción similar de su población ubicada en la porción oriental del territorio que sigue considerándose vinculada con la hoy Federación Rusa por razón de su origen. Geográficamente hablando, el Río Dniéper que atraviesa el país de norte a sur, puede servirnos de referente a la hora de hacer esta distribución territorial.
Previo a la Primera Guerra Mundial, parte del territorio que hoy ocupa Ucrania perteneció al Imperio Austro-Húngaro, mientras que otra parte era ocupado por el Imperio Ruso. Así se comportó la población ucraniana dentro del marco de la Primera Guerra Mundial, una parte de ella peleando a favor de la alianza encabezada por Alemania y Austria; mientras otra parte de su población, peleó del lado del Imperio Ruso.
Con la caída de dicho Imperio y el eventual ascenso al poder por parte de los comunistas tras el triunfo de la Revolución Rusa, el movimiento nacionalista en Ucrania se organizó para enfrentar la absorción de su país por parte de lo que eventualmente seria la Unión Soviética. Para ello promovieron el reclamo de la independencia de Ucrania. Así, y en sentido contrario, en los territorios que formaron parte del Imperio Ruso, proliferaron partidos y organizaciones que promovieron la incorporación de Ucrania dentro del Estado socialista recién surgido. De la parte ucraniana que estuvo integrada con el Imperio Austro-Húngaro, surgió la República Nacional de Ucrania Occidental. Tras la Guerra Civil que siguió a la Revolución Rusa, donde los bolcheviques triunfaron, Ucrania paso definitivamente a formar parte de la Unión Soviética.
Las condiciones propicias que ofrecía Ucrania en la producción agrícola, posición que tuvo Ucrania desde la antigüedad, desde el período helénico, al considerarse su territorio como el granero de aquella sociedad griega, llevaron al gobierno bolchevique a disponer la colectivización del campo y la industrialización del país como mecanismo para acelerar la socialización de la economía de esta república. Se indica que quienes se enfrentaron la colectivización implantada en la década de 1920 al 1930, sufrieron las consecuencias de la represión y la deportación hacia otras regiones de la Unión Soviética. Mucho se ha debatido sobre las causas y consecuencias de la hambruna producida en Ucrania entre los años 1923 y 1933. Lo cierto es que la misma causó la muerte de cientos de miles de personas durante ese período.
Tras la invasión alemana a Polonia en 1939, dos regiones ucranianas que habían sido anexadas a Polonia luego del desmembramiento del Imperio Austro-Húngaro tras la Primera Guerra Mundial, se reintegraron a Ucrania. Sin embargo, en junio de 1941, Ucrania correría la misma suerte que Polonia al ser invadida por Alemania. En su suelo se libraron importantes batallas a un costo muy alto en vidas humanas e infraestructura, que fueron cruciales en el triunfo soviético contra el nazismo
Es interesante el hecho de que, si bien Ucrania figuraba como parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, al momento de fundarse las Naciones Unidas, se reconoció su condición de Estado Fundador y como tal su derecho a ocupar un escaño separado de la URSS ante este organismo internacional.
Dentro de la configuración política actual de Ucrania, figura la República Autónoma de Crimea. Esta conforma una península ubicada en la porción sur de Ucrania, en el litoral norte del Mar Negro. Históricamente ha constituido un enclave de alto valor estratégico. Allí, en Sebastopol, se encuentra hoy como antes significó para el Imperio Ruso, la principal instalación naval de la Federación Rusa la cual sirve de base a su Flota del Mar Negro. Se indica que en los días de guerra civil siguientes a la Insurrección Bolchevique, Crimea fue un importante bastión del llamado Ejército Blanco, denominado así en contraposición al Ejército Rojo. El triunfo bolchevique en esta guerra, produjo la creación de la República Autónoma Socialista de Crimea en 1921.
Luego de la guerra, la mayor parte de la población originaria de la región, conocida como tártaros, fue deportada hacia Asia Central bajo la premisa de haber colaborado con los invasores nazis durante la Segunda Guerra Mundial. En el año 1954 el Presídium Supremo de la Unión Soviética acordó, mediante decreto, que la República Autónoma de Crimea pasara a formar parte de Ucrania como una república autónoma, condición ésta que mantuvo Crimea luego de la disolución de la Unión Soviética hasta el presente. Crimea cuenta con una población de aproximadamente 2 millones de habitantes, de los cuales el 58.32% son rusos, el 24.32% son ucranianos y solo un 12.10% son tártaros.
Desde la caída de la Unión Soviética a comienzos de la década de 1990, Rusia intentó mantener unidas las antiguas repúblicas que conformaban el anterior estado soviético dentro de un modelo de integración alterna, que vino a llamarse la Comunidad de Estados Independientes. Así las cosas, estableció con algunas de ellas acuerdos y tratados, que aunque no necesariamente supusieran una unión política, sí conllevaban algún tipo de unidad económica, aduanera y militar. El modelo inicial desarrollado, del cual participaron Belarus y Kazakstán, ha ido dando pasos a lo que sería eventualmente la Unión Económica Euroasiática, prevista para el año que viene, donde Ucrania vendría jugar un importante papel. Lo anterior es así, toda vez que el gobierno constitucional en Ucrania se encontraba mucho más cerca de adhesión a este agrupamiento económico que lo que deseaban los intereses de la Unión Europea y Estados Unidos. Para éstos últimos siempre estuvo presente el interés porque Ucrania se mantuviera dentro de su órbita económica. Así se facilitaría frenar la expansión de un mercado hegemonizado por la Federación Rusa, y en consecuencia, la vinculación de Ucrania con los intereses geopolíticos rusos.
Los recientes sucesos ocurridos en Ucrania hay que examinarlos a la luz de lo ocurrido durante la pasada década en Georgia, otra ex república de la Unión Soviética, también colindante con el Mar Negro. Al igual que en Ucrania, allí se declaró la independencia en 1991. Aquellas regiones de población predominantemente rusas, buscaron en aquel momento un acercamiento con la Federación Rusa. Tales fueron los casos de Osetia del Sur y Abjasia, las cuales eran regiones autónomas bajo la antigua URSS, y más adelante, de Georgia. En 1992 se produjo en este país un Golpe de Estado de derecha. En 2000 el presidente depuesto en 1992 asumió nuevamente las riendas del país para ser depuesto una vez más en 2003. Los intentos de los nuevos gobernantes por frenar la secesión de Osetia del Sur y Abjasia, movimiento respaldado por la Federación Rusa, llevó a en 2008 a un conflicto armado donde Georgia invadió con sus tropas estas regiones autónomas. Como hoy en Ucrania, en aquel momento Georgia fue respaldada por Estados Unidos y la Unión Europea, que favorecían su ingreso a la Unión Europea y la OTAN.
La doctrina de seguridad de la Federación Rusa no podía permitir entonces en Georgia, ni permite ahora en Ucrania, desde el punto de vista de sus intereses geopolíticos en la región, tal tipo de intervención dentro de lo que considera su zona de influencia. Es por esto que ahora, dentro del drama del conflicto ucraniano, el presidente Putin ha sido enfático en que no permitirá, en Ucrania, donde existen divisiones étnicas, nacionales y religiosas, la balcanización del territorio.
El presidente Vladimir Putin, sin embargo, ha indicado también que no permitirá la ocupación de la península de Crimea donde está sede de la Flota Naval del Mar Negro, Ucrania ni por parte de potencias extranjeras. Independientemente del desenlace de los sucesos en Ucrania, indica Putin, Crimea seguirá siendo parte de la Federación Rusa. El ejemplo de Crimea comienza a ser seguido también en otras regiones de alta concentración de población de origen ruso en la parte oriental de Ucrania.
No debemos perder de vista que dentro de la formulación de la política exterior rusa, particularmente a raíz de los conflictos en el Cáucaso, Medio Oriente y Asia Central, en materia de política exterior, la Federación Rusa ha delimitado cinco puntos: (a) Rusia reconocer la primacía de los principios fundamentales del derecho internacional que determinan las relaciones con los pueblos; (b) Contrario a lo que ha venido ocurriendo desde la disolución de la Unión Soviética, el Presidente de la Federación Rusa ha afirmado que, en adelante, el mundo debe ser uno multipolar: (c) Rusia no pretende aislarse y va a fomentar, en lo posible, relaciones amistosas con Europa, Occidente y otras naciones; (d) Rusia va a defender ¨la vida y dignidad de sus ciudadanos¨ dondequiera que estos estén: (e) Rusia, al igual que otros países, tiene ciertos derechos a zonas de intereses privilegiados.
El gobierno de Estados Unidos ha invocado un Tratado suscrito por la Federación Rusa, Ucrania y Estados Unidos a raíz de su independencia en 1994, donde estos países se comprometieron a garantizar la integridad territorial de Ucrania a cambio de que este país hubiera accedido al desmantelamiento del complejo nuclear militar en su territorio establecido en la época de la Unión Soviética. Quizás por eso, luego de sus declaraciones iniciales, Putin haya sido más cauto en sus expresiones sobre el futuro de Ucrania y la situación en Crimea. Evidentemente, un referéndum en Crimea favorable a la secesión le permitiría a Putin, sin aparentar una intervención directa con el futuro de esta república autónoma, respaldar su salida de Ucrania y procurar un acercamiento más directo de esta república autónoma con la Federación Rusa. También la presencia de esa alta proporción de la población de origen ruso en la parte oriental de Ucrania podría propiciar en el futuro una vía legal para su separación de la región oriental pro rusa, de la porción occidental pro europea de Ucrania. Ha sido precisamente en la porción occidental de Ucrania donde se desarrollaron la mayor parte de los sucesos contra el gobierno de Yakunovich, elegido en 2010.
Por lo pronto, la Federación Rusa ha dispuesto un operativo militar cautelar donde el Presidente Putin ha ordenado la movilización de 160 mil tropas en caso de ser necesaria su utilización, que incluye al II Ejército del Distrito Centro y mandos de las diferentes ramas de la Fuerza Aérea, incluyendo lo que se conoce como ¨aviación estratégica¨. En respuesta a las presiones que comienza a recibir la Federación Rusa por su posición en el drama de Ucrania y Crimea, Putin ha ordenado un amplio ejercicio militar en toda la región central de Rusia donde participan importantes componentes militares, lo que le permite mantener en alerta de combate a decenas de miles de efectivos, a la vez que ha llevado a cabo pruebas de nuevos y modernos misiles de largo alcance. Mientras esto ocurre, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia llama la atención en torno a su preocupación sobre el curso seguido por fuerzas que cataloga como ¨extremistas¨ en Ucrania hacia algunas ¨confesiones religiosas¨, esto en clara referencia a la Iglesia Ortodoxa Rusa, donde indica que sacerdotes de esta denominación han recibido ¨amenazas contra su integridad física y sobre la destrucción de los templos bajo su responsabilidad¨.
Ante las amenazas de Estados Unidos y algunos países de la Unión Europea de adoptar medidas de corte económico contra Rusia, donde ciertamente Alemania no tiene el mismo discurso de los demás respecto a esta crisis, Rusia ha respondido con su disposición a congelar los activos de tales países en su territorio y afectar el suministro de petróleo y gas natural que llega a Ucrania desde su territorio. Las amenazas de las nuevas autoridades ucranianas de procesar legalmente a sus contrapartes de Crimea por promover la secesión no aparentan intimidar la autoridades de esta república autónoma. La República Popular China, por su parte, hasta el momento ha venido haciendo una lectura común con la Federación Rusa sobre los sucesos en Ucrania. De otro lado, la Unión Europea discute tirarle un salvavidas económico al nuevo gobierno ucraniano por 11 mil millones de euros, mientras la Organización para la Seguridad y Cooperación Europea se apresta a enviar ¨observadores militares no armados a Ucrania.¨ Se trata, en todo caso, de cómo cada parte hace movimientos dirigidos a marcar el territorio de influencia que cada cual reclama.
Mientras en Ucrania las nuevas autoridades surgidas de un Golpe de Estado se proponen llevar a cabo unas elecciones donde pretenden legitimar el derrocamiento de un gobierno constitucional; Estados Unidos señala su respaldo a éstas indicando que no ha habido tal Golpe de Estado en este país, toda vez que su parlamento ha seguido en funciones. Es la misma teoría utilizada por Estados Unidos cuando el Golpe de Estado respaldado por ellos contra Manuel Zelaya en Honduras. A la misma vez, sin embargo, en claro acto de hipocresía, Estados Unidos señala que un referéndum a ser convocado por el parlamento electo y en funciones de Crimea para ser celebrado en conjunto con las próximas elecciones presidenciales del 25 de mayo es inconstitucional porque viola la Constitución de Ucrania. Es el doble rasero con que nos acostumbra Estados Unidos cuando expresa su política exterior.
Cada día surgen nuevos elementos que vienen a complicar el panorama político en esta región. La pregunta sigue siendo, cuando ocurra una salida, ¿hacia dónde conducirá la misma?
Los sucesos en Ucrania: los nuevos desarrollos
Como se ha venido documentando en los pasados días con la formación del llamado nuevo gobierno en Ucrania, si alguien tenía dudas sobre quiénes estaban detrás de las manifestaciones desarrolladas en Kiev, la capital ucraniana, lo único que tienen que constatar es cuáles son los grupos que han asumido el control policiaco y gubernamental en dicha capital ante el vacío de poder creado por los recientes sucesos y cuáles son las fuerzas políticas que desde Occidente han corrido en auxilio económico y financiero de los golpistas. En el caso de las organizaciones políticas, se trata de grupos paramilitares derechistas, como es ¨Causa Común¨, y las organizaciones neonazi ucranianas del llamado ¨Sector de Derechas¨, del cual participan organizaciones como ¨Una-Unzo¨, ¨La Sech¨ y ¨Tridente¨. Todas ellas, en conjunto, se conocen como las Fuerzas de Autodefensa del Maidán.
Hemos señalado anteriormente en otro escrito anterior que Ucrania es un país ubicado en la frontera más oriental de Europa dentro de la región conocida como Eurasia. Con un tamaño similar al de España y Portugal unidas, Ucrania cuenta con una extensión territorial de 603,628 kilómetros cuadrados; es decir, más de 55 veces el tamaño de Puerto Rico, con una población de 44.8 millones de habitantes. En el pasado llegó a contar con el segundo ejército más grande de Europa después de la Federación Rusa. Datos examinados más recientemente, sin embargo, indican que tal capacidad ha venido a menos, habiéndose reducido el número de sus efectivos, el envejecimiento de su arsenal militar, la falta de un adiestramiento de sus fuerzas armadas, la reducción en su capacidad de respuesta, y ciertamente, la falta de homogeneidad en sus cuadros y mandos directivos sobre qué hacer en esta coyuntura de crisis constitucional e institucional en el país.
Habiendo sido una de las repúblicas de la extinta Unión Soviética, desde su Declaración de su Independencia el 24 de agosto de 1991, Ucrania se ha debatido tal como ocurrió antes de la Revolución Rusa, entre los intereses de una parte de su población de origen eslavo, que se concentra en la porción occidental de su territorio y que se considera a sí misma europea; frente a otra porción similar de su población ubicada en la porción oriental del territorio que sigue considerándose vinculada con la hoy Federación Rusa por razón de su origen. Geográficamente hablando, el Río Dniéper que atraviesa el país de norte a sur, puede servirnos de referente a la hora de hacer esta distribución territorial.
Previo a la Primera Guerra Mundial, parte del territorio que hoy ocupa Ucrania perteneció al Imperio Austro-Húngaro, mientras que otra parte era ocupado por el Imperio Ruso. Así se comportó la población ucraniana dentro del marco de la Primera Guerra Mundial, una parte de ella peleando a favor de la alianza encabezada por Alemania y Austria; mientras otra parte de su población, peleó del lado del Imperio Ruso.
Con la caída de dicho Imperio y el eventual ascenso al poder por parte de los comunistas tras el triunfo de la Revolución Rusa, el movimiento nacionalista en Ucrania se organizó para enfrentar la absorción de su país por parte de lo que eventualmente seria la Unión Soviética. Para ello promovieron el reclamo de la independencia de Ucrania. Así, y en sentido contrario, en los territorios que formaron parte del Imperio Ruso, proliferaron partidos y organizaciones que promovieron la incorporación de Ucrania dentro del Estado socialista recién surgido. De la parte ucraniana que estuvo integrada con el Imperio Austro-Húngaro, surgió la República Nacional de Ucrania Occidental. Tras la Guerra Civil que siguió a la Revolución Rusa, donde los bolcheviques triunfaron, Ucrania paso definitivamente a formar parte de la Unión Soviética.
Las condiciones propicias que ofrecía Ucrania en la producción agrícola, posición que tuvo Ucrania desde la antigüedad, desde el período helénico, al considerarse su territorio como el granero de aquella sociedad griega, llevaron al gobierno bolchevique a disponer la colectivización del campo y la industrialización del país como mecanismo para acelerar la socialización de la economía de esta república. Se indica que quienes se enfrentaron la colectivización implantada en la década de 1920 al 1930, sufrieron las consecuencias de la represión y la deportación hacia otras regiones de la Unión Soviética. Mucho se ha debatido sobre las causas y consecuencias de la hambruna producida en Ucrania entre los años 1923 y 1933. Lo cierto es que la misma causó la muerte de cientos de miles de personas durante ese período.
Tras la invasión alemana a Polonia en 1939, dos regiones ucranianas que habían sido anexadas a Polonia luego del desmembramiento del Imperio Austro-Húngaro tras la Primera Guerra Mundial, se reintegraron a Ucrania. Sin embargo, en junio de 1941, Ucrania correría la misma suerte que Polonia al ser invadida por Alemania. En su suelo se libraron importantes batallas a un costo muy alto en vidas humanas e infraestructura, que fueron cruciales en el triunfo soviético contra el nazismo
Es interesante el hecho de que, si bien Ucrania figuraba como parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, al momento de fundarse las Naciones Unidas, se reconoció su condición de Estado Fundador y como tal su derecho a ocupar un escaño separado de la URSS ante este organismo internacional.
Dentro de la configuración política actual de Ucrania, figura la República Autónoma de Crimea. Esta conforma una península ubicada en la porción sur de Ucrania, en el litoral norte del Mar Negro. Históricamente ha constituido un enclave de alto valor estratégico. Allí, en Sebastopol, se encuentra hoy como antes significó para el Imperio Ruso, la principal instalación naval de la Federación Rusa la cual sirve de base a su Flota del Mar Negro. Se indica que en los días de guerra civil siguientes a la Insurrección Bolchevique, Crimea fue un importante bastión del llamado Ejército Blanco, denominado así en contraposición al Ejército Rojo. El triunfo bolchevique en esta guerra, produjo la creación de la República Autónoma Socialista de Crimea en 1921.
Luego de la guerra, la mayor parte de la población originaria de la región, conocida como tártaros, fue deportada hacia Asia Central bajo la premisa de haber colaborado con los invasores nazis durante la Segunda Guerra Mundial. En el año 1954 el Presídium Supremo de la Unión Soviética acordó, mediante decreto, que la República Autónoma de Crimea pasara a formar parte de Ucrania como una república autónoma, condición ésta que mantuvo Crimea luego de la disolución de la Unión Soviética hasta el presente. Crimea cuenta con una población de aproximadamente 2 millones de habitantes, de los cuales el 58.32% son rusos, el 24.32% son ucranianos y solo un 12.10% son tártaros.
Desde la caída de la Unión Soviética a comienzos de la década de 1990, Rusia intentó mantener unidas las antiguas repúblicas que conformaban el anterior estado soviético dentro de un modelo de integración alterna, que vino a llamarse la Comunidad de Estados Independientes. Así las cosas, estableció con algunas de ellas acuerdos y tratados, que aunque no necesariamente supusieran una unión política, sí conllevaban algún tipo de unidad económica, aduanera y militar. El modelo inicial desarrollado, del cual participaron Belarus y Kazakstán, ha ido dando pasos a lo que sería eventualmente la Unión Económica Euroasiática, prevista para el año que viene, donde Ucrania vendría jugar un importante papel. Lo anterior es así, toda vez que el gobierno constitucional en Ucrania se encontraba mucho más cerca de adhesión a este agrupamiento económico que lo que deseaban los intereses de la Unión Europea y Estados Unidos. Para éstos últimos siempre estuvo presente el interés porque Ucrania se mantuviera dentro de su órbita económica. Así se facilitaría frenar la expansión de un mercado hegemonizado por la Federación Rusa, y en consecuencia, la vinculación de Ucrania con los intereses geopolíticos rusos.
Los recientes sucesos ocurridos en Ucrania hay que examinarlos a la luz de lo ocurrido durante la pasada década en Georgia, otra ex república de la Unión Soviética, también colindante con el Mar Negro. Al igual que en Ucrania, allí se declaró la independencia en 1991. Aquellas regiones de población predominantemente rusas, buscaron en aquel momento un acercamiento con la Federación Rusa. Tales fueron los casos de Osetia del Sur y Abjasia, las cuales eran regiones autónomas bajo la antigua URSS, y más adelante, de Georgia. En 1992 se produjo en este país un Golpe de Estado de derecha. En 2000 el presidente depuesto en 1992 asumió nuevamente las riendas del país para ser depuesto una vez más en 2003. Los intentos de los nuevos gobernantes por frenar la secesión de Osetia del Sur y Abjasia, movimiento respaldado por la Federación Rusa, llevó a en 2008 a un conflicto armado donde Georgia invadió con sus tropas estas regiones autónomas. Como hoy en Ucrania, en aquel momento Georgia fue respaldada por Estados Unidos y la Unión Europea, que favorecían su ingreso a la Unión Europea y la OTAN.
La doctrina de seguridad de la Federación Rusa no podía permitir entonces en Georgia, ni permite ahora en Ucrania, desde el punto de vista de sus intereses geopolíticos en la región, tal tipo de intervención dentro de lo que considera su zona de influencia. Es por esto que ahora, dentro del drama del conflicto ucraniano, el presidente Putin ha sido enfático en que no permitirá, en Ucrania, donde existen divisiones étnicas, nacionales y religiosas, la balcanización del territorio.
El presidente Vladimir Putin, sin embargo, ha indicado también que no permitirá la ocupación de la península de Crimea donde está sede de la Flota Naval del Mar Negro, Ucrania ni por parte de potencias extranjeras. Independientemente del desenlace de los sucesos en Ucrania, indica Putin, Crimea seguirá siendo parte de la Federación Rusa. El ejemplo de Crimea comienza a ser seguido también en otras regiones de alta concentración de población de origen ruso en la parte oriental de Ucrania.
No debemos perder de vista que dentro de la formulación de la política exterior rusa, particularmente a raíz de los conflictos en el Cáucaso, Medio Oriente y Asia Central, en materia de política exterior, la Federación Rusa ha delimitado cinco puntos: (a) Rusia reconocer la primacía de los principios fundamentales del derecho internacional que determinan las relaciones con los pueblos; (b) Contrario a lo que ha venido ocurriendo desde la disolución de la Unión Soviética, el Presidente de la Federación Rusa ha afirmado que, en adelante, el mundo debe ser uno multipolar: (c) Rusia no pretende aislarse y va a fomentar, en lo posible, relaciones amistosas con Europa, Occidente y otras naciones; (d) Rusia va a defender ¨la vida y dignidad de sus ciudadanos¨ dondequiera que estos estén: (e) Rusia, al igual que otros países, tiene ciertos derechos a zonas de intereses privilegiados.
El gobierno de Estados Unidos ha invocado un Tratado suscrito por la Federación Rusa, Ucrania y Estados Unidos a raíz de su independencia en 1994, donde estos países se comprometieron a garantizar la integridad territorial de Ucrania a cambio de que este país hubiera accedido al desmantelamiento del complejo nuclear militar en su territorio establecido en la época de la Unión Soviética. Quizás por eso, luego de sus declaraciones iniciales, Putin haya sido más cauto en sus expresiones sobre el futuro de Ucrania y la situación en Crimea. Evidentemente, un referéndum en Crimea favorable a la secesión le permitiría a Putin, sin aparentar una intervención directa con el futuro de esta república autónoma, respaldar su salida de Ucrania y procurar un acercamiento más directo de esta república autónoma con la Federación Rusa. También la presencia de esa alta proporción de la población de origen ruso en la parte oriental de Ucrania podría propiciar en el futuro una vía legal para su separación de la región oriental pro rusa, de la porción occidental pro europea de Ucrania. Ha sido precisamente en la porción occidental de Ucrania donde se desarrollaron la mayor parte de los sucesos contra el gobierno de Yakunovich, elegido en 2010.
Por lo pronto, la Federación Rusa ha dispuesto un operativo militar cautelar donde el Presidente Putin ha ordenado la movilización de 160 mil tropas en caso de ser necesaria su utilización, que incluye al II Ejército del Distrito Centro y mandos de las diferentes ramas de la Fuerza Aérea, incluyendo lo que se conoce como ¨aviación estratégica¨. En respuesta a las presiones que comienza a recibir la Federación Rusa por su posición en el drama de Ucrania y Crimea, Putin ha ordenado un amplio ejercicio militar en toda la región central de Rusia donde participan importantes componentes militares, lo que le permite mantener en alerta de combate a decenas de miles de efectivos, a la vez que ha llevado a cabo pruebas de nuevos y modernos misiles de largo alcance. Mientras esto ocurre, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia llama la atención en torno a su preocupación sobre el curso seguido por fuerzas que cataloga como ¨extremistas¨ en Ucrania hacia algunas ¨confesiones religiosas¨, esto en clara referencia a la Iglesia Ortodoxa Rusa, donde indica que sacerdotes de esta denominación han recibido ¨amenazas contra su integridad física y sobre la destrucción de los templos bajo su responsabilidad¨.
Ante las amenazas de Estados Unidos y algunos países de la Unión Europea de adoptar medidas de corte económico contra Rusia, donde ciertamente Alemania no tiene el mismo discurso de los demás respecto a esta crisis, Rusia ha respondido con su disposición a congelar los activos de tales países en su territorio y afectar el suministro de petróleo y gas natural que llega a Ucrania desde su territorio. Las amenazas de las nuevas autoridades ucranianas de procesar legalmente a sus contrapartes de Crimea por promover la secesión no aparentan intimidar la autoridades de esta república autónoma. La República Popular China, por su parte, hasta el momento ha venido haciendo una lectura común con la Federación Rusa sobre los sucesos en Ucrania. De otro lado, la Unión Europea discute tirarle un salvavidas económico al nuevo gobierno ucraniano por 11 mil millones de euros, mientras la Organización para la Seguridad y Cooperación Europea se apresta a enviar ¨observadores militares no armados a Ucrania.¨ Se trata, en todo caso, de cómo cada parte hace movimientos dirigidos a marcar el territorio de influencia que cada cual reclama.
Mientras en Ucrania las nuevas autoridades surgidas de un Golpe de Estado se proponen llevar a cabo unas elecciones donde pretenden legitimar el derrocamiento de un gobierno constitucional; Estados Unidos señala su respaldo a éstas indicando que no ha habido tal Golpe de Estado en este país, toda vez que su parlamento ha seguido en funciones. Es la misma teoría utilizada por Estados Unidos cuando el Golpe de Estado respaldado por ellos contra Manuel Zelaya en Guatemala. A la misma vez, sin embargo, en claro acto de hipocresía, Estados Unidos señala que un referéndum a ser convocado por el parlamento electo y en funciones de Crimea para ser celebrado en conjunto con las próximas elecciones presidenciales del 25 de mayo es inconstitucional porque viola la Constitución de Ucrania. Es el doble rasero con que nos acostumbra Estados Unidos cuando expresa su política exterior.
Cada día surgen nuevos elementos que vienen a complicar el panorama político en esta región. La pregunta sigue siendo, cuando ocurra una salida, ¿hacia dónde conducirá la misma?
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