Urge hacer algo diferente en Puerto Rico

11 de julio 2023

El principio de que si seguimos haciendo lo mismo tendremos los mismos resultados ha sido probado a la saciedad en nuestro país por demasiadas décadas. Esto nos ha llevado a un evidente colapso social, político y económico. Si queremos cambiar este desastre que a diario vivimos tenemos que hacer algo urgente que sea bien diferente para que tengamos resultados bien diferentes. Comencemos por asumir responsabilidad a nivel individual de ese cambio y no esperar que otros hagan por nosotros lo que a nosotros nos toca.

Tenemos que educarnos para cobrar consciencia de la magnitud del problema que enfrentamos y hacerlo con información fidedigna proveniente de personas y organizaciones serias. Es nuestro deber, por ejemplo, conocer los detalles de la crisis en los servicios de salud, controlada por un oligopolio que nos ha dejado el país con muy pocos profesionales de la salud; mostrar nuestra indignación por la forma en que se juega políticamente con nuestro sistema educativo, que con un presupuesto multibillonario no produce los resultados que el país urgentemente requiere; entender que nuestra economía cada día es más dependiente de fondos federales y de las decisiones arbitrarias de la Junta de Control Fiscal mientras la brecha de desigualdad entre ricos y pobres se sigue expandiendo; estar alerta al daño ambiental que está en total descontrol e impunidad; denunciar la inseguridad pública con balaceras por doquier a plena luz del día pues el fracaso de la lucha contra las drogas no quiere ser aceptado; ser intolerables a la corrupción política, que nos cuesta sobre quinientos millones de dólares al año, casi equivalente al presupuesto de nuestra Universidad, y denunciar el desperdicio de millones en contratos a inversionistas políticos o a cabilderos por la estadidad que nada hacen; la lista es interminable. Según los resultados de las pasadas elecciones todavía hay 835,000 electores que siguen haciendo lo mismo, votando por los mismos dos partidos que durante las pasadas cinco décadas nos han llevado a este desastre. Hay que llegar a esos electores y, con educación, romper la barrera al conocimiento que surge del fanatismo.Además, nos tenemos que envolver en la búsqueda de soluciones a estos problemas ya identificados. Hay organizaciones, como el Centro de Periodismo Investigativo, Espacios Abiertos, Centro para la Nueva Economía, Somos Más, Vamos, entre muchas otras, que se dedican a la investigación seria y que constantemente producen propuestas e informes que los políticos y algunos medios ignoran. Convirtámonos en educadores y aliados de toda organización que promueva el pensamiento crítico. Pero, reconozcamos que sin poder político no hay posibilidad de producir el cambio que necesitamos.

Por lo tanto, hay que insertarse en el diálogo urgente y necesario para la creación de una alianza de sectores políticos, comunitarios, cívicos, religiosos, culturales, sindicales y de la más amplia diversidad que, como ya se probó con la salida de la Marina de los Estados Unidos en Vieques y la expulsión de la administración de Ricardo Rosselló en el verano de 2019, produzca el cambio que necesitamos. No será fácil. La mera posibilidad de que se cuaje esa alianza ha puesto nerviosos a políticos tradicionales que están aterrorizados de perder sus privilegios y han retomado los desprestigiados discursos de miedo, de los tiempos de la Guerra Fría, que insultan la inteligencia del elector.

Una de las ventajas del irse acercando vertiginosamente a las tres pesetas de edad es que uno posee más ayeres que mañanas. Y en esos ayeres ha visto, padecido y aprendido bastante. La gente está harta de los desmanes del bipartidismo y, no importa las barreras que se nos pongan, un cambio político significativo sucederá en las elecciones del 2024. Pero, hay unas invitadas que no pueden faltar en la mesa de diálogo hacia esa alianza tan necesaria: generosidad, valentía, desprendimiento, tolerancia y buena voluntad, y no permitir que en esa mesa se siente el maldito Ego. El tren del futuro se ha detenido en nuestra parada en esta coyuntura histórica. ¿Estamos listos para subirnos e iniciar el viaje? El momento es ahora, mañana podría ser tarde.