El 11 de septiembre se cumplen 46 años de la violenta muerte del Presidente socialista Salvador Allende Gossens, quién resistiendo el golpe militar en el Palacio de la Moneda fuera atacado y bombardeado por aire y tierra con el objetivo de asesinarlo por órdenes de generales golpistas al mando de las Fuerzas Armadas.
Más allá de la controversia histórica y judicial sobre si fue asesinado tras recibir un tiro de los militares asaltantes de la Moneda o si luego de resistir y combatir con armas en mano fue el propio Presidente que puso fin a su vida para no ser capturado vivo por los golpistas. Lo que sí es claro, luego de 46 años del golpe y de su muerte violenta generada por la agresión militar, que su proceso Judicial fue cerrado en completa impunidad.
Una impunidad extendida a la mayoría de las víctimas que fueron asesinadas o detenidas y sus cuerpos desaparecidos, o que sufrieron torturas, prisión, exilio, relegaciones y múltiples vejaciones.
El terrorismo de Estado fue sistemáticamente ejercido en contra el pueblo chileno por agentes del Estado (de fuerzas armadas y civiles) durante 17 años de la brutal dictadura cívico militar que padeció Chile.
En la historia de las luchas por la independencia, la emancipación y la libre autodeterminación del pueblo chileno, el mes de septiembre es un mes muy significativo:
Un 11 de septiembre de 1541, el pueblo mapuche que resistía ante el invasor español, bajo la conducción del Cacique Michimalongo atacó y arrasó con parte importante de la ciudad de "Santiago del Nuevo Extreno", fundada por Pedro de Valdivia.
Un 11 de septiembre de 1973 se perpetró el cruento golpe militar fascista y el derrocamiento y asesinato del Doctor Salvador Allende, Presidente Constitucional de la República.
Tres años antes, un 4 de septiembre de 1970, se realiza la elección presidencial con el histórico triunfo de Salvador Allende liderando la Unidad Popular con un Programa de carácter socialista para una profunda transformación democrática. Para el 4 de septiembre del 2020, se han convocado importantes iniciativas nacionales e internacionales para conmemorar los 50 años de la victoria de Allende y de la Unidad que se propuso construir en democracia la vía chilena al socialismo.
Y en el ámbito de las relaciones internacionales de Chile fue en septiembre de 1971, que por decisión del Presidente Allende y de su Gobierno Chile se integró al Movimiento de Países No Alineados.
Para Allende, el MNOAL encarnaba los principios de la solidaridad con las luchas de liberación de los pueblos del mundo, contra el colonialismo y la dominación imperialista. Por la autodeterminación y la independencia y la integración entre los pueblos del sur. Al respecto señalaba:
“La política internacional del Gobierno de la Unidad Popular no es sino la proyección en el plano externo de la forma como se ha concebido y definido nuestro quehacer histórico: iniciar en nuestra Patria la construcción del socialismo como único camino eficaz para que las grandes masas, encabezadas por el proletariado, alcancen el pleno ejercicio del poder y el justo uso de la riqueza común”.
Pero también en un 4 de septiembre se cumplieron 30 años del brutal asesinato de Jecar Neghme Cristi (un promisorio líder y dirigente nacional del MIR y de la Izquierda Unida, de la generación de los ochenta forjada en la resistencia contra la dictadura. Su crimen, ordenado por Pinochet fue perpetrado por oficiales de ejército de la Central Nacional de Informaciones (CNI) Todos ellos, autores materiales e intelectuales del último crimen político que conmocionó al país en 1989, recibieron condenas menores e irrisorias y se encuentran en total impunidad circulado libremente.
La dictadura impuso por la fuerza una contra revolución capitalista basada en privatizaciones de las grandes empresas públicas y de sectores estratégicos. Implementó una política de shock y de ajuste estructural. Impuso una nueva Ley Laboral y Código del Trabajo a la medida de la élite patronal y empresarial, terminando con las conquistas obtenidas en largos decenios de lucha de los trabajadores, de sus sindicatos y de los movimientos sociales.
Se impuso la desregulación, la privatización y mercantilización de la salud, de la educación y de las pensiones. Una orientación similar se operó sobre nuestros bienes comunes, territorios y naturaleza. Se otorgaron prebendas, ventajas y facilidades al capital extranjero y en particular en favor del capital especulativo financiero junto con favorecer a las grandes Corporaciones trasnacionales.
El capitalismo extremo en versión neoliberal impuesto en dictadura no sufrió cambios importantes en la posdictadura y se mantiene en lo esencial hasta hoy.
La democracia de baja intensidad de los años post Pinochet fue administrada por los sucesivos gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia profundizado a punta de privatizaciones nuestros bienes y servicios, implantación del sistema de concesiones y la suscripción por parte de Chile de una profusa cantidad de Tratados de Libre Comercio (TLC's) profundizando la desregulación y liberalización económica y comercial.
Pinochet impuso una Constitución que favorece y consagra el poder del capital por sobre el trabajo, que garantiza la propiedad privada por sobre la propiedad pública y social basada en un Estado Subsidiario.
La actual Constitución que no hemos logrado cambiar en lo sustantivo en todos estos años, ya no lleva la firma del dictador pero sigue institucionalizando y reproduce capitalismo extremo impuesto por la dictadura.
En consecuencia, el malestar y la injusticia se siguen acumulando en Chile. Sigue latente el conflicto no resuelto por abrirle paso a una nueva Constitución mediante la elección una Asamblea Constituyente que permita generar una nueva correlación de fuerzas para impulsar la refundación institucional y el cambio del modelo de desarrollo.
Lo anterior, permite entender mejor por qué cada 11 de septiembre emerge con pasión y fuerza la figura del Presidente Salvador Allende y de la Unidad Popular y de las víctimas del golpe. Su activo recuerdo remueve la memoria histórica del pueblo trabajador y remece las conciencias.
En septiembre conmemoramos nuestras fiestas Patrias, evocamos la larga lucha del pueblo chileno por su independencia y autodeterminación construyendo una patria para todas y todos.
Finalmente, el 5 de septiembre pasado, se realizó una gran Protesta Nacional, la primera movilización masiva convocada por la recién constituida Unidad Social. Confluencia de Unidad Social, amplia, plural y unitaria del pueblo chileno, (heredera de la Asamblea de la Civilidad que combatió socialmente a la dictadura) Unidad Social ha sido constituida por un amplio espectro de organizaciones sociales y populares, entre las que se encuentran; la Central Unitaria de Trabajadores y la Coordinadora Nacional de Trabajadores NO Más AFP junto a organizaciones de estudiantes, campesinas y de pobladores. Colegio de Profesores y la Federación de Colegios profesionales y Plataformas de organizaciones como Chile Mejor Sin TLC y 8M.
En septiembre Unidad Social con la Protesta Nacional inició a nivel nacional la reactivación de la lucha y la movilización popular. Un proceso en alza para recuperar los derechos sociales de las y los chilenos que han sido conculcados y arrebatados por el nefasto modelo neoliberal imperante.
Por todo lo anterior, septiembre es un mes intenso en Chile. Septiembre es el mes de las luchas del pueblo de Chile. Septiembre se llama Salvador Allende.
* Esteban Silva, sociólogo y Allendista. Analista Internacional. Integrante de Chile Mejor sin TLC y de Unidad Social. |