Utuado. Un helicóptero sobrevolaba cerca de sus casas al punto de hacerlas temblar, paracaidistas saltaban desde la nave, al tiempo que se oía el retumbar de armas de fuego y explosivos.
Y mientras tanto, vecinos del barrio Roncador buscaban una explicación para ese escenario de guerra en esta apartada y tranquila comunidad utuadeña.
La explicación, sin embargo, les pareció a los residentes más increíble que las escenas de guerra o de película de acción de Hollywood, tipo Rambo, que veían. Resultó que tenían como vecinos a un grupo de hombres que usaban la zona boscosa y el río Tanamá para entrenarse en tácticas militares sin que la comunidad estuviese enterada.
La empresa Triangle Experience Group, Inc. (TEG), que tiene páginas también con el nombre de Triangle Tactics, dedicada a entrenar personal militar y civil para "efectuar misiones eficientes y efectivas", realizaba su entrenamiento en Utuado entre el sector Alturas, en el barrio Ángeles, y en el barrio Roncador, dos comunidades apartadas pero unidas por el río Tanamá.
La página electrónica de TEG informa que tiene lugares de entrenamiento en Albuquerque, Nuevo México, y en Utuado, donde ofrecen entrenamiento militar y de sobrevivencia en zonas selváticas. Las fotos que la compañía desplegó en su página de Facebook mostraban escenarios del río Tanamá y de las zonas boscosas de Roncador y Ángeles. La página fue cerrada el domingo.
"Empezamos a escuchar disparos y detonaciones y pensamos que se trataba de cacería, pero también comenzamos a escuchar explosiones. Nuestras casas temblaban", dijo una joven agricultora y artesana conocida como "Pluma".
El 5 de agosto pasado, asegura, varios vecinos vieron un helicóptero tipo militar que sobrevolaba a una altura muy baja sobre sus residencias. Un vecino grabó un vídeo de ese momento.
Roger Dill, quien se dedica a la siembra orgánica y a operar una pequeña empresa de ecoturismo, dijo que abordó a estos sujetos que "entrenaban" muy cerca de su finca.
"Yo fui y hablé con ellos, junto a un vecino mío, y les dijimos que tenían que parar", relató Dill. "Le dije que no tienen derecho a perturbar mi paz ni la de los vecinos", agregó.
Los residentes sostienen que el grupo, al que describieron como norteamericanos y un sólo puertorriqueño, traspasa las fincas privadas sin autorización de los dueños.
Denunciaron que esas prácticas atentan contra la seguridad de los vecinos. También se quejaron porque, cuando acudieron al cuartel de Ángeles, la Policía se negó a tomarles la querella.
El teniente Efraín Santiago explicó que no tomaron la querella porque entendieron que la actividad del grupo no era delictiva, pero que se les orientó para que se querellaran ante la Junta de Calidad Ambiental o acudieran al tribunal.
Santiago admitió que, aunque visitaron el lugar y conocieron a varios de sus miembros, no inquirieron sobre los permisos, patentes o autorizaciones para su operación.
El oficial de la Policía señaló que el presidente de TEG, Robert Clare, visitó el cuartel y le informó que no utilizaban municiones vivas y que la experiencia era más bien simulada o virtual. Pero, Julisa Corporán, quien no es residente del área, dijo que han recuperado evidencia de fuego vivo.
Los residentes han buscado asesoría legal para hacer frente a esta situación. Sin embargo, después que comenzó a tomar fuerza la historia de su presencia, el grupo de TEG empacó sus cosas y se marchó. Ayer, cuando Primera Hora fue por el barrio Ángeles, donde estaba su cuartel principal y donde los oficiales de la Policía los visitaron, no había rastros del grupo. Vecinos inmediatos a la casa donde supuestamente se reunía el grupo aseguraron que no han oído ruidos de detonaciones ni explosiones. Tampoco dijeron haber visto personas ajenas a la comunidad, aún cuando el teniente Santiago confirmó que el grupo de TEG se mantenía en esa casa de madera.
"Nosotros sentimos que tras todo esto hay algo más allá de lo que ellos (la empresa) dicen", dijo Pluma. "Nos dicen que se mudaron a otra finca y le pedimos a la gente que los vea que informen de inmediato", agregó. |