Una lectura detenida del mismo, permitirá comprobar la falsedad y la mala voluntad de quienes han tergiversado y manipulado el contenido del mismo. Se acompaña video original. Desmontando mentiras.
Este discurso fue ofrecido por el compañero Julio A. Muriente Pérez, miembro de la Dirección Nacional del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, en el acto de apertura del XXV Encuentro del Foro de Sao Paulo, celebrado recientemente en Caracas.
Discurso de Julio A. Muriente en el XXV Foro de Sao Paulo
Queridos compañeros, compañero Diosdado, compañeros de la dirección de la Revolución Bolivariana, compañera Mónica, compañeros y compañeras:
¡Y venimos aquí a reiterar nuestro respaldo a la causa de la autodeterminación de la independencia de Puerto Rico!
Desde Puerto Rico les traemos un regalo a la querida Revolución Bolivariana de Venezuela y al Foro de Sao Paulo: Cientos de miles de puertorriqueños y puertorriqueñas en las calles levantando las banderas de la dignidad, levantando las banderas del respeto, levantando las banderas de la integridad patriótica y nacional, frente a la corrupción económica y moral de un gobierno desacreditado y marcado como gobierno perverso, como gobierno indeseable.
Anoche, cuando culminaba este 24 de julio en el que recordábamos el natalicio del Libertador, renunciaba el gobernador colonial anexionista Ricardo Rosselló, porque no pudo aguantar el empuje del Pueblo de Puerto Rico en las calles, porque nos lanzamos a las calles a defender la integridad de esta Patria Caribeña y Latinoamericana.
Y miren ustedes las vueltas que da la vida, les traemos este regalo de alegría precisamente un 25 de julio en que estamos conmemorando 121 años de la invasión militar yanqui a Puerto Rico en el marco de la guerra hispano-cubanoamericana y en que se cumplen 67 años de la farsa del Estado Libre Asociado que pretendió engañar al planeta con que en Puerto Rico se había resuelto el colonialismo. Pues 121 años después, y 67 años después, estamos en la calle, estamos combatiendo, estamos en lucha por la Nación puertorriqueña.
Y cuando decimos que traemos este regalo, un regalo que es el fruto de luchas de décadas en un País quebrado económicamente, en un País tomado unilateralmente por el imperialismo estadounidense, en un país al que se le niega el derecho inalienable a la autodeterminación e independencia por la que lucharon los hombres y mujeres de esta tierra hace 200 años, lo hacemos porque nosotros concebimos esa victoria como una victoria Caribeña y Latinoamericana y planetaria, es nuestra Victoria y la de todos nosotros y todas nosotras.
Y esto que estoy diciendo es importante, porque tanto a nivel nacional en Puerto Rico, de repente la frustración y la resignación se apoderan de muchos cuando ven que no avanzan los procesos, de la misma manera que en Nuestra América de repente nos consterna los procesos que se van dando en algunos países nuestros, como Ecuador, como Brasil, como Argentina. ¡Oiga!, desde esta colonia les estamos diciendo lo que nos está enseñando el Pueblo de Venezuela hace 20 años o más: Perseverancia, Confianza, Seguridad en el Porvenir. Y vamos a vencer. Y más temprano que tarde, más temprano que tarde vendrán aquí las jóvenes generaciones, los hombres y mujeres, que han luchado por su reivindicación en la calle estos días, vendrán a darle el anuncio de la alegría mayor de la autodeterminación de la independencia de Puerto Rico que será sólo posible con el concurso del apoyo activo de todos ustedes.
Agradezco el nombre del Pueblo de Puerto Rico tanta solidaridad. Pueden estar ustedes seguros que esta coyuntura que apenas se inicia en esta fase superior de lucha, porque este País nuestro es otro País, es otro País. Levantar las banderas de la dignidad tiene una dimensión superior en el desarrollo humano; es la humanidad que hay en nosotros.
En un pueblo que se supone que le hayan quebrado el espinazo después de tanto tiempo de colonialismo, estamos levantando las banderas de la moral, de la mujer, de los jóvenes, de los enfermos, de los fallecidos después del huracán, de la comunidad gay, de todos los ofendidos por esa partida de ladrones, pero ladrones del dinero y ladrones de la moral y de la dignidad. Y el pueblo ha hecho un ejercicio maravilloso que todos debemos de celebrar.
De manera que sirvan estas palabras, que agradezco profundamente que me hayan permitido transmitirles a ustedes, para que, en la medida de lo posible en ese ánimo anticolonialista, en ese ánimo independentista, en ese ánimo de soberanía nacional y lucha patriótica hasta la victoria, Puerto Rico y la experiencia vivida en estos días permita que desde ya, haya en nuestros corazones y en nuestro espíritu una gran alegría, la alegría de la Victoria alcanzada por el Pueblo en las calles. ¡Que viva Puerto Rico libre! ¡Que viva el Foro de Sao Paulo! ¡Que viva Venezuela bolivariana! ¡Que viva el comandante Chávez! ¡Que viva el presidente Maduro! ¡Que viva la unidad de nuestro pueblo! ¡Patria o muerte venceremos!
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