A 40 años del asesinato de Carlos Muñiz Varela se han descubierto nuevos documentos que subrayan la mucha información que ha tenido el Buró Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) sobre grupos y personas del exilio cubano, que pudiera ayudar a esclarecer el caso.
Los documentos hacen referencia a interrogatorios del FBI a uno de sus informantes que tuvo relación con miembros de la Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), descrita por esa oficina federal como un grupo “terrorista anti-Castro” vinculado con el asesinato de Muñiz Varela.
Los informes contienen nombres de agentes del FBI que participaron de la investigación inicial del asesinato de Muñiz Varela, pionero de los viajes del exilio cubano a La Habana.
Uno de esos agentes es Stuart M. Hoyt, quien trabajó en asuntos de contrainteligencia del FBI y dio seguimiento a grupos y personas del exilio cubano. De estar vivo, Hoyt pudiera ser de interés para la investigación, según el Comité de Amigos y Familiares de Carlos Muñiz Varela.
Los datos y hechos incluidos en los documentos comprenden los años de 1977 a 1980.
Muñiz Varela murió el 30 de abril de 1979, dos días después de que le dispararan a quemarropa, en momentos en que por medio de la agencia Viajes Varadero -la cual fundó junto a Raúl Álzaga Manresa y Ricardo Fraga-, promovía los primeros viajes del exilio cubano a La Habana, tras la revolución de 1959.
Los cuatro nuevos documentos suman más de 140 páginas y están en manos del Departamento de Justicia de Puerto Rico.
Los informes fueron encontrados por Fraga, a finales de 2018, en los archivos de la fundación de la historiadora Mary Ferrell, bajo el nombre del exiliado cubano Antonio Veciana, quien, en colaboración con la CIA, ha reconocido haber planificado atentados contra Fidel Castro en Chile y Cuba.
La fundación Ferrell cuenta con un amplio archivo sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy, ocurrido el 22 de noviembre de 1963.
Veciana, quien tiene unos 90 años, reconoció recientemente que estuvo en Texas en septiembre de 1963, dos meses antes del asesinato de Kennedy, junto a su enlace en la CIA, David Atlee Phillips -quien utilizaba el seudónimo de Maurice Bishop-, y otra persona que luego conoció llamada Lee Harvey Oswald, a quien se le imputó el crimen.
En el documento más extenso que hace referencia a las actividades de la derecha cubana en Puerto Rico, de unas 105 páginas, el informante es descrito como “un doble agente” que colaboraba con el FBI y, fuera de Puerto Rico, daba información a representantes de la inteligencia cubana.
En ocasiones, el informante proveyó datos que habían sido aprobados por las autoridades federales. En otras ocasiones, dio información que no había sido previamente autorizada por el FBI.
Según el informante, en Puerto Rico, eran miembros del CORU “Osvaldo Bencomo, Reinol Rodríguez, Julio Labatut y Otto Poland”. Desde junio de 2012, otros documentos del FBI, que han sido desclasificados y a los que tuvo acceso El Nuevo Día, revelaron que el ente federal había asociado al fallecido empresario Labatut con el CORU.
En vida, Labatut le negó al FBI estar vinculado al asesinato, pero indicó a la oficina federal que “no deberían perder su tiempo investigando el asesinato de Carlos Muñiz (Varela)”, porque era “un agente cubano que trabajaba para Fidel Castro”.
De acuerdo con el documento conocido recientemente, al informante se le preguntó sobre una trama para asesinar a Álzaga Manresa en la que Labatut “estaba involucrado”.
“El informante indicó que hubo un complot para matar (al banquero) Bernardo Benes y Raúl Álzaga (Manresa) la misma noche, en algún momento antes de los Juegos Panamericanos (de 1979). El activo declaró además que Labatut le pidió que obtuviera la inteligencia necesaria sobre Álzaga (Manresa) que sería necesaria para realizar un asesinato”, indica el documento.
También, alude a que, desde el 24 de marzo de 1978, hubo planes para colocar bombas en la agencia de viajes Girasol, que perteneció al Partido Socialista Puertorriqueño (PSP). La agencia de viajes fue objeto de un ataque con bomba cinco meses y medio después, el 7 de octubre de 1978.
El Departamento de Justicia de Puerto Rico ha hecho gestiones para entrevistar a Reinol Rodríguez, quien reside en Miami. “Sabemos que, a través de su abogado, se acogió a la quinta enmienda para no ser entrevistado”, dijo Álzaga Manresa, portavoz del Comité de Amigos y Familiares de Carlos Muñiz Varela.
En otro documento, el FBI entrevista al entonces promotor de eventos y peleas de boxeo Félix “Tuto” Zabala Mas, quien reconoce haber sido miembro del grupo anti-Castro Alpha 66.
Zabala Mas fue el mejor amigo y compadre de Veciana.
El interrogatorio hace referencia a encuentros periódicos de Zabala Mas -quien en la década de 1970 tenía a su madre y varios hermanos en Cuba- con representantes del servicio de inteligencia cubano.
En esos documentos, el FBI le pregunta principalmente sobre la información que brindaba al gobierno de Cuba, su relación con Veciana y atentados llevados a cabo por sujetos del exilio cubano.
Zabala Mas narró en una entrevista con el FBI, en abril de 1977, los mismos hechos que revelaría Veciana en torno a que vio a Lee Harvey Oswald junto a su enlace en la CIA dos meses antes del asesinato de John F. Kennedy.
En su reciente libro Dirty Tricks: Nixon, Watergate and the CIA, Shane O’Sullivan identifica a Zabala Mas como un “doble agente”, según un artículo publicado en The Washington Post.
Entre los casos que se mencionan en la entrevista del FBI de abril de 1977 a Zabala Mas, se alude a la voladura en octubre de 1976 del vuelo 455 de la aerolínea cubana que viajaba de Barbados a Jamaica, que causó la muerte de 73 personas. Uno de los acusados de ese atentado fue el ya fallecido Orlando Bosch, quien cumplió 11 años de cárcel antes de ser absuelto.
Veciana le dijo a Zabala Mas que la explosión de la bomba fue una tragedia de tal naturaleza que el CORU “tuvo miedo de reclamar la autoría”. “Se suponía que la bomba explotara cuando el avión estaba en la pista del aeropuerto de Barbados”, indica el documento.
Zabala Mas también dice en el informe del FBI que acompañó a Veciana a Chile y Cuba, donde se llevaron a cabo atentados fallidos en contra de Fidel Castro. En Chile, en 1971, se trató de utilizar un arma escondida en una cámara de televisión durante una conferencia de prensa de Castro.
A Zabala Mas se le interrogó además sobre Reinol Rodríguez, a quien describió como un amigo.
En esa entrevista con el FBI, Zabala Mas dijo que Rodríguez no era miembro del CORU, sino de Alpha 66, y lo asocia con el Movimiento Revolucionario del Pueblo, de Cuba, que colocó, según el FBI, más de 100 bombas en ese país.
Aunque la mayor parte de los documentos aluden a un informante anónimo, Álzaga Manresa está convencido de que todos los documentos que encontraron en la fundación Marry Ferrell se basan en interrogatorios a Zabala Mas. Cuando le preguntaron por Álzaga Manresa, el informante dijo que le había visto en la peluquería de Edita Cabrera, amiga del grupo de Viajes Varadero. Álzaga Manresa sostuvo que la esposa de Zabala Mas, ya fallecida, se recortaba en la peluquería de Cabrera.
Según la publicación Miami New Times, Zabala Mas se enfrentó en 1988 a cargos por narcotráfico y lavado de dinero, y al año siguiente llegó a un acuerdo con las autoridades federales para cumplir un limitado tiempo de cárcel. En 2001, Zabala Mas sufrió un derrame cerebral que le ha mantenido convaleciente.
“Ricardo (Fraga) y yo teníamos que pasar todos los días por la casa de Zabala (Mas) para llegar a nuestro apartamento de la Cooperativa Jardines de Valencia, en Río Piedras”, indicó Álzaga Manresa.
En la entrevista al “doble agente”, el FBI menciona que el informante advirtió a los sistemas de inteligencia cubanos que la celebración de los Juegos Panamericanos de 1979, en San Juan, generaría días “muy peligrosos”, pues Reinol Rodríguez “quería hacer algo”.
Antes de dejar el cargo, en diciembre de 2016, el entonces secretario de Justicia César Miranda dijo que la investigación sobre el asesinato de Muñiz Varela estaba a punto de concluir, pero que buscaban contactar a un informante del FBI.
Miranda dejó un informe digitalizado de más de 300 páginas que incluye la identificación de un grupo de personas que se considera planificó, encubrió y participó en el asesinato.
La semana pasada, la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez Garced, tras una petición de entrevista, se limitó a enviar una declaración en la que indicó que mantienen “excelente relación y comunicación con las autoridades federales, quienes comparten nuestro interés de perseguir el esclarecimiento de la muerte de Muñiz Varela”.
“Mas en aras de no violentar las disposiciones sobre confidencialidad del Departamento de Justicia, no podemos emitir expresiones adicionales por ser una investigación activa. Sí podemos asegurar que, aun cuando con el pasar el tiempo, conseguir los testigos y la prueba es cuesta arriba, se está trabajando arduamente para poder esclarecer este caso”, agregó Vázquez Garced.
Para Álzaga Manresa, los documentos descubiertos recientemente confirman “el nivel de conocimiento que el FBI tenía sobre lo que estaba pasando con los grupos terroristas cubanos entre los años 1977 y 1980”.
Indicó que el exagente Hoyt, que se menciona en los documentos, fue un oficial de contrainteligencia del FBI en San Juan y uno de los que dio seguimiento directo al caso de Muñiz Varela. “Era uno de los agentes que nos atendía poco después del asesinato de Carlos”, dijo Álzaga Manresa.
En momentos en que se supone que el FBI coopera con el Departamento de Justicia de Puerto Rico, Álzaga Manresa se cuestionó cuánta más información puede tener la oficina federal.
Álzaga Manresa dijo que es preocupante que, a pesar de que documentos del FBI hacen “muchos relatos” de acciones ocurridas “antes y después del asesinato de Carlos”, luego de 40 años, específicamente de la ejecución “nadie dice nada, nadie sabe nada”.
(Tomado de El Nuevo Día-Foto: El Nuevo Día/ GFR Media)
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