(Puerto Rico, 7 de febrero, 2019) El Caucus Presbiteriano Puertorriqueño (CPP), tiene como misión “Promover el crecimiento e identidad teológica y cultural de la fe cristiana reformada y presbiteriana en el colectivo puertorriqueño, con estrategias inclusivas y valores progresistas de servicio, justicia social y paz.
Ante la grave situación política y social en la República Bolivariana de Venezuela, nosotras y nosotros, como parte de la comunidad cristiana puertorriqueña, motivada por el amor de nuestro Señor Jesucristo, quien dio su vida para que tengamos vida en abundancia:
• reconocemos que por los últimos veinte años, Venezuela ha escogido su destino a través de procesos democráticos liberadores y esperanzadores;
• declaramos que cada nación tiene derecho a ejercer su soberanía a través del poder decisional del pueblo, dentro del marco constitucional;
• declaramos que todo proceso de cambio social es único en la cultura e historia humana;
• declaramos que Dios ha sembrado la búsqueda del amor y la paz en los corazones y mentes de su pueblo.
En consecuencia, en hermandad solidaria,:
• rechazamos toda injerencia extranjera en la soberanía de la nación venezolana, así como el bloqueo y las sanciones económicas, financieras y comerciales;
• reconocemos la legitimidad democrática del pueblo venezolano expresada en sus procesos eleccionarios, incluyendo la reelección del Presidente Nicolás Maduro Moros;
• reconocemos los inclusivos logros sociales del proceso revolucionario de Venezuela en la asistencia colectiva, particularmente a los sectores poblacionales más vulnerables, incluyendo, entre otros, vivienda, salud y educación;
• rechazamos toda amenaza hegemónica externa que perturbe la paz nacional e internacional, alertando que pudiera ser un precedente negativo para cualquiera otra nación, en y fuera de nuestra región caribeña;
• y, en unidad con otras instituciones religiosas, hacemos un llamado para que se hagan rogativas a Dios Todopoderoso para que continúe asistiendo al bravo pueblo venezolano en sus soberanos procesos de decisión y construcción de su futuro.
“Bienaventurados quienes procuran la paz, pues serán llamados hijos (e hijas) de Dios” (Mateo 5:9)
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