San Juan, 9 de enero, 2019 (NCM) – Una fuente en el Palacio de Santa Catalina, sede de la gobernación, informó que la operación para el derrocamiento del Gobierno de Venezuela está lista para su ejecución, pero que todavía falta la pieza clave de un anuncio de Washington para cancelar o reducir las compras de petróleo y provocar así el colapso de la presidencia de Nicolás Maduro.
En consonancia con lo dicho por la fuente, el período crucial se extiende desde la juramentación de Maduro para un nuevo término hasta el próximo día 15 de los corrientes.
La fuente, que en otras ocasiones ha brindado informes confidenciales precisos sobre los preparativos, ha indicado que para el éxito del golpe también son importantes los movimientos militares en torno a las fronteras venezolanas. Pero, hace falta una fuerza definitiva interna, que ejecutaría el alzamiento al producirse el colapso del Gobierno, cosa que no ocurrirá mientras Estados Unidos siga comprando grandes cantidades de petróleo venezolano.
Mientras se aguarda por un anuncio definitivo del Gobierno de EEUU, ya los países del llamado Grupo de Lima -con la notable excepción de México- están promoviendo activamente el aislamiento de Venezuela. Se espera que del 10 al 15 de este mes se verifique el retiro de muchas delegaciones diplomáticas latinoamericanas de Caracas.
Ya la Asamblea Nacional -que opera en desacato del Tribunal Supremo- ha preparado un plan de gobierno provisional de transición y un llamado al alzamiento callejero y de los militares. La prensa opositora en Venezuela también da cuenta de que supuestamente “muchos” militares venezolanos han desertado y escapado a países vecinos, pero no se dan cifras.
Colombia tiene fuerzas militares en su frontera noreste e insiste en denunciar que grupos guerrilleros usan territorio de Venezuela como refugio. De igual forma, fuerzas de seguridad de Brasil han sido activadas en el noreste de ese país para combatir alzamientos de bandas de delincuentes, pero hasta ahora el gobierno brasileño no ha dado el visto bueno al establecimiento de una base militar estadounidense.
La participación de Puerto Rico, como base de retaguardia para suministros y plataforma política, viene a ser de importancia particular porque permite mantener almacenamientos, así como montar un puente marítimo y aéreo desde territorio controlado directamente por EEUU. Pero los trabajos para articular la parte correspondiente a Puerto Rico no están exentos de dificultades, a pesar de estar ya prácticamente en el período crítico.
El principal de los obstáculos hasta ahora es que el “manifiesto” aprobado a finales de octubre en San Juan y que se indicó que fue aprobado por la oficina del asesor de seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, no ha sido publicado. Se supone que el documento sienta las bases de una agenda para que la presidencia provisional golpista sea entregada a Antonio Ledesma, en el exilio, de forma que luego pueda ser electa como presidenta en propiedad María Corina Machado.
Una de las fuentes consultadas, que ha trabajado directamente con la convocatoria para la base logística de retaguardia, explicó que Ledesma y Machado no han logrado reclutar el consenso de los grupos opositores en Venezuela. De hecho, aunque diariamente la prensa de oposición en Venezuela discute de manera abierta llamados a la insurrección y al derrocamiento de Maduro, ninguno de los dos que se supone firmaron el manifiesto de Puerto Rico ha sido mencionado como favorito para encabezar el gobierno golpista de transición.
Hay también obstáculos -o al menos, incógnitas- para EEUU en cuanto a la base logística de Puerto Rico. Entre esos se destaca el aspecto de seguridad militar que podría ser necesario desplegar para proteger la base.
Cualquier presencia nueva notable del Quinto Ejército de EEUU en suelo puertorriqueño tiene el potencial de hacer aflorar las dificultades ocurridas durante la movilización anterior, tras el paso del huracán María en 2017. El asunto no ha sido muy atendido en fechas recientes, pero en el Congreso de EEUU se discute una propuesta para designar una comisión independiente que vuelva a hurgar en esa herida para averiguar qué fue lo que de verdad pasó.
Según fuentes de alto nivel en el Gobierno de Puerto Rico, los militares ocultaron sistemáticamente los informes que tenía el Pentágono sobre la gran cantidad de muertes que ocurrían en Puerto Rico. Una de las fuentes dijo específicamente que, en las reuniones diarias durante la emergencia, los militares no daban las incidencias reales al respecto.
Algunos de los documentos sobre el particular fueron filtrados al Congreso, pero hasta ahora no han sido utilizados de manera específica en debates o investigaciones legislativas. Los documentos fueron revisados por la fuente del Gobierno de Puerto Rico, que no ocultó su sorpresa.
Otro aspecto que complica, no sólo la base de Puerto Rico sino toda la operación para el derrocamiento de Maduro es el de los movimientos militares internacionales en torno a Venezuela. Ya Rusia ha demostrado que puede colocar bombarderos estratégicos supersónicos en Venezuela en cuestión de horas y el gobierno de Moscú ha dejado saber que resulta inaceptable una intervención golpista estadounidense contra la República Bolivariana.
De igual forma, Irán anunció el envío de una flotilla naval hacia el Atlántico que tiene a Venezuela como uno de sus destinos. Teherán no ha dado detalles de la ruta específica que seguirían sus naves.
China, por su parte, no ha hecho mayor despliegue naval desde que el año pasado logró hacer llegar a Venezuela su barco hospital naval Arca de la Paz, que tiene más capacidad que el estadounidense Comfort. Pero los chinos acaban de enviar a Caracas una delegación de alto nivel para aumentar las relaciones de tipo económico con el gobierno de Maduro.
Finalmente, Washington ha dejado claro que el ataque a Venezuela forma parte de una ofensiva para desalojar del poder también a los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Bolivia. Esa posición de EEUU coloca la operación de Venezuela en el marco de un conflicto potencial de grandes dimensiones en América Latina.
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