El Foro Latinoamericano de la Libertad que tuvo lugar en 2017 en Buenos Aires con la participación del presidente Mauricio Macri y el escritor peruano Mario Vargas Llosa, debatió una estrategia para derrotar al socialismo en todos los niveles, con tácticas que incluían desde batallas campales en los campus universitarios hasta la movilización a nivel de una nación para forzar la destitución de un gobierno constitucional como ocurrió en el Brasil poco después. La ofensiva capitalista con trama seudo académica fue iniciada por la internacional capitalista, un movimiento libertario de extrema derecha (libertarians) funcionando como conglomerado de centros y sociedades unido por hilos casi indetectables, en el cual sobresale la Atlas Economic Research Foundation, o Red Atlas.
Varios de los cabecillas ligados a la Red Atlas son ministros del gobierno conservador argentino, senadores ultraderechistas de Bolivia y dirigentes del Movimento Brasil Livre (MBL), que ayudaron a derrocar a la presidenta constitucional Dilma Rousseff que han alcanzado notoriedad reciente por sus acciones depredadoras.
La red funciona como extensión tácita de la política exterior de Washington. Los think tanks asociados a Atlas son financiados por el Departamento de Estado y la National Endowment for Democracy (Fundación Nacional para la Democracia-NED), brazo crucial de la estrategia estadounidense del soft- power patrocinado por los poderosos multimillonarios ultraconservadores hermanos Koch: Charles y David.
La NED y el Departamento de Estado, disponen de entidades públicas que funcionan como centros de operación y despliegue de líneas y fondos como la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF), la Freedom House y la Agencia del Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID), que son los principales actores que distribuyen directivas y recursos a cambio de resultados concretos en la guerra asimétrica contra los pueblos de Latinoamérica.
La Red Atlas abarca 450 fundaciones, ONGs y grupos de presión y reflexión con un presupuesto operativo de unos cinco millones de dólares, aportados por sus “fundaciones benéficas sin fines de lucro” asociadas. Ha servido para apoyar, entre otras, al MBL de Brasil y a organizaciones que participaron de la ofensiva contra Argentina, como la fundación Crecer y Pensar, un think tank de Atlas que se incorporó al partido Propuesta Republicana (PRO) creado por Mauricio Macri, así como a las fuerzas de oposición en Venezuela y a Sebastián Piñera, candidato de derecha en las elecciones presidenciales chilenas. Atlas tiene 13 entidades afiliadas en Brasil, doce en Argentina, ocho en Chile y en Perú; cinco en México y Costa Rica; cuatro en Uruguay, Venezuela, Bolivia y Guatemala, dos en la República Dominicana, Ecuador y El Salvador, y una en Colombia, Panamá, Bahamas, Jamaica y Honduras.
El MBL y la Fundación Eléutera (una formación de expertos neoliberales que fue muy influyente en Honduras después del golpe) receptaron pagos de Atlas y forman parte de la nueva generación de actores políticos entrenados en Estados Unidos.
La “novedosa” extrema derecha es el movimiento libertario que actualmente se ha asimilado al partido republicano estadounidense. Basa su accionar en una deliberada estrategia para desinformar a las masas e imponer sus políticas plutocráticas. Tiene en la Red Atlas a su principal propulsor en América Latina.
Promotor de este movimiento es el multimillonario Charles G. Koch (uno de los dos famosos hermanos que adoptaron la tesis de James McGill Buchanan -economista de la Universidad de Chicago y Premio Nobel-, diseñada para desarmar el Estado con una estrategia operativa en defensa de los “sacrosantos derechos de la propiedad privada” con el lema: “para que prospere el capitalismo, hay que ponerle cadenas a la democracia”.
Koch financia unas quince importantes organizaciones a las que hay que agregar otras 60 de la Red de Políticas de Estados Unidos (SPN, por sus siglas en inglés).
La International Private Enterprise (CIPE), fundación afiliada con la NED, creada por el gobierno de EEUU para llevar adelante objetivos de la política exterior de Washington financiando a organizaciones políticas en el Tercer mundo fue instalada por la Fundación Cámara de Comercio de EEUU, la organización de cabildeo más grande del país, que obtiene el 96% de sus fondos del Departamento de Estado y de la USAID. CIPE juega un papel primordial en el financiamiento de la Red de Atlas y es la fuerza principal en su fortalecimiento actual. Desde 1991, dirige la Red Atlas el argentino Alejandro Chaufen, apologista de la sangrienta dictadura argentina de entonces.
Con datos de Aram Aharonian y Álvaro Verzi Rangel, Codirectores del Observatorio en Comunicación y Democracia (OCD) y el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).
(alainet.org)
|