Convocados por el Secretariado Ejecutivo internacional de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL), nos hemos reunido en la capital de Cuba –que durante más de 50 años ha ofrecido comprometida hospitalidad a nuestra organización tricontinental– representantes políticos y diplomáticos de 19 países del Tercer Mundo para celebrar un solidario encuentro con la hermana Venezuela que avanza indetenible, victoria tras victoria, en el camino de derrotar la brutal y sostenida escalada contrarrevolucionaria de la oligarquía y el imperialismo contra la Revolución Bolivariana.
¡Abrazo Tricontinental a la Revolución Bolivariana!
Compañero Nicolás Maduro Moros,
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela
Pueblo venezolano, chavista y bolivariano:
Convocados por el Secretariado Ejecutivo internacional de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL), nos hemos reunido en la capital de Cuba –que durante más de 50 años ha ofrecido comprometida hospitalidad a nuestra organización tricontinental– representantes políticos y diplomáticos de 19 países del Tercer Mundo para celebrar un solidario encuentro con la hermana Venezuela que avanza indetenible, victoria tras victoria, en el camino de derrotar la brutal y sostenida escalada contrarrevolucionaria de la oligarquía y el imperialismo contra la Revolución Bolivariana.
Desde hace 19 años, y luego de la primera e histórica victoria electoral del inolvidable Presidente Hugo Chávez Frías, Venezuela ha vivido bajo el asedio permanente de la potencia más poderosa del planeta y sus aliados.
Contra la Revolución Bolivariana de Venezuela se han aplicado con saña todas las herramientas de la llamada guerra no convencional: intento de golpe de Estado, sucesivas maniobras de desestabilización interna, prácticas de despreciable violencia, actos terroristas, crímenes fascistas, guerra económica, financiera y mediática, estrategias de aislamiento político-diplomático, abiertas manifestaciones de injerencia en sus asuntos internos violatorias del Derecho Internacional y de las normas de convivencia entre los Estados aceptadas universalmente.
Quienes la agreden y pretenden doblegarla han fabricado incontables pretextos, perversas tergiversaciones, y han manipulado, sin un ápice de pudor, situaciones internas que corresponde dirimir exclusivamente entre venezolanos y venezolanas. La incuestionable verdad es que la Revolución Bolivariana de Venezuela ha sido sistemáticamente amenazada y acosada por la firmeza con la que ha hecho valer su más elemental derecho a la autodeterminación, porque la obra transformadora que protagoniza soberanamente desafía los intentos imperiales de dominación hegemónica continental y global.
El pueblo venezolano, encabezado por el Comandante eterno Hugo Chávez y por su sucesor, el Presidente Nicolás Maduro, ha refundado un horizonte de emancipación y de reafirmación de la independencia, que lo hermana a la batalla histórica de la Revolución Cubana y a las posteriores victorias de otros pueblos latinoamericanos en lucha y resistencia; ha inaugurado un cauce de trascendentes transformaciones en defensa y beneficio de las mayorías populares históricamente oprimidas; de justicia social, dignidad y participación ciudadana; de solidaridad, cooperación, unidad e integración continentales.
Se ha alzado triunfante en 21 contiendas electorales reconocidas por su transparencia y ha respetado aquellas en las que los resultados le han sido adversos, conducta que constituye ejemplo de civismo, patriotismo y vocación democrática. Ha resistido frente a todas las amenazas y las ha trascendido con abnegación y enormes sacrificios. Ha ofrecido innumerables muestras de voluntad de diálogo y convivencia, de compromiso con la paz y la vida.
En los últimos días, luego del llamado a elecciones presidenciales realizado por la Asamblea Nacional Constituyente han arreciado los ataques hacia la República Bolivariana de Venezuela, especialmente hacia su sistema político y electoral, en el marco de una estrategia reaccionaria de asedio mediático, político-diplomático y económico-financiero que procura su aislamiento y sometimiento, empañar la imagen del Presidente Nicolás Maduro, desmoralizar al pueblo chavista y bolivariano.
El involucramiento abierto de los Estados Unidos en esa escalada sistemática de hostilidad registra, desde la descabellada e insostenible Orden Ejecutiva de la Administración de Barack Obama que declara a Venezuela “una amenaza inusual y extraordinaria” a la seguridad nacional norteamericana, hasta la más reciente declaración del Presidente Donald Trump, quien ha afirmado que no descarta una intervención militar directa contra Venezuela.
En tan graves circunstancias, en Venezuela se alza la primera trinchera de lucha y resistencia frente al poderío que se deriva del uso de la fuerza para perpetuar la desigualdad y las injusticias. La causa de la Revolución Bolivariana es la causa de todo un pueblo. La batalla por Venezuela debe ser la batalla de todo un continente.
La defensa de la paz en Venezuela es un deber de honor con el acuerdo de todos los países miembros de la CELAC, los cuales rubricaron la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, texto que incorpora el respeto por el derecho inalienable de cada pueblo a elegir su sistema político, económico, social y cultural. Honrar ese compromiso no permite fisuras ni subgrupos. La paz en Venezuela es la paz del continente.
La patria de Bolívar y de Chávez ha recibido numerosas muestras de militante solidaridad. En la presente coyuntura se constituye en la primera prioridad de nuestros empeños solidarios. Desde este encuentro que reúne a representantes de pueblos hermanos del Tercer Mundo convocamos a multiplicar actividades y las más diversas iniciativas de apoyo a la Revolución Bolivariana de Venezuela, orientadas a defender su soberanía, independencia y derecho a la autodeterminación, a repudiar cualquier opción guerrerista que ponga en peligro la paz, a divulgar con objetividad la realidad y contraponerla al odio y a la mentira.
El pueblo venezolano, cada vez más organizado y en movilización permanente, conquistará el 22 de abril, en feliz coincidencia, su victoria electoral número 22. Nacido en el seno del pueblo, tan auténticamente sencillo como firme, nuestro compañero Nicolás Maduro será reelecto Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
Participaremos en esa batalla desde las tribunas y trincheras de la solidaridad internacional, fortaleceremos la unidad de nuestros pueblos alrededor de la justicia y la verdad, celebraremos esa victoria como propia porque
¡Todos Somos Venezuela!
¡Venezuela no está sola!
¡Venezuela seguirá venciendo!
¡Abrazo tricontinental a la Revolución Bolivariana!
Mensaje dado a conocer en La Habana, el 15 de febrero de 2018, al concluir un encuentro tricontinental de solidaridad en el que participaron representantes de Angola, Burkina Faso, Chile, Cuba, Dominica, Ecuador, Guinea Conakry, Guinea Ecuatorial, Kuwait, Laos, Mali, Nicaragua, Palestina, Puerto Rico, República Árabe Saharaui Democrática, República Democrática Popular de Corea, Sudáfrica, Venezuela y Yemen.
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