Saludos, mi gente. El 1ro de febrero, después de 133 días sin luz, nos llegó la electricidad. Pero, a través de todo Puerto Rico, cientos de miles de familias permanecen sin electricidad, y otros miles tampoco tienen servicio de agua potable. Mientras para éstos sigue la crisis, los llamados federales y su gobiernito colonial se acusan mutuamente por el caos reinante en el país. Es tiempo de que se callen y se pongan a trabajar para evitar más muertes y tragedias a nuestro pueblo.
Dicho esto, hace tiempo que quiero dejar escritos los nombres de aquellos que en mi niñez y adolescencia me enseñaron con su ejemplo a respetar y luchar por mi pueblo y a respetarme a mí mismo como puertorriqueño. Muchos de ellos, sino todos, han cruzado el horizonte.
Emilio Aníbal Torres, Juan Ramón Martínez, Luis Mojica Valentín, Eleuterio Lugo, Rafa Méndez, Carmen Constantino, Dominga de la Cruz Becerril, José Cruzado Ortiz, Ramón Villa Rivera, Julio Santiago, Daniel Feliciano, Tomás Ruiz Cancel, Juan Gallardo Santiago, Josefina Gandulla, Jacinto Rivera Pérez, los hermanos Felipe, Amado y Roque Peña, Benicio Colón Leiro, Quevedo el barbero y, por supuesto mi padre, Rafael Cancel Rodríguez. En honor a ellos, boricuas mayagüezanos como yo, escribo estos versos:
Dondequiera que haya un boricua defendiendo nuestro honor patrio, ahí estarán los nacionalistas, incluyendo a Agüeybaná El Bravo.
Que por ahí aparecerían Albizu, Lolita, Carmín Pérez, Filiberto y Leonides Díaz, Collazo y Mariana Bracetti.
Siembre habrá nacionalistas donde se luche por nuestra Patria, dispuestos a ofrendar la vida, dispuestos a empuñar la espada.
Gracias a los puertorriqueños, gracias a las puertorriqueñas que dieron vida y hacienda por la libertad de su pueblo.
|