Un sistema en el cual el preso es una mercancía, uno que mantiene al preso en la esclavitud y donde los únicos “derechos” reconocidos son apenas tres comidas al día y una cama. Así describió el sistema carcelario de Estados Unidos, el exprisionero político puertorriqueño, Oscar López Rivera, en una exposición en ocasión de conmemorarse este 10 de diciembre, el Día de la Declaración de los Derechos Humanos.
La actividad fue auspiciada por el Comité Pro Derechos Humanos de Puerto Rico (CPDH), organismo que por décadas lideró la campaña por la excarcelación de los presos políticos puertorriqueños, y que durante todo el tiempo que duro la campaña honró esta fecha. La actividad tuvo lugar en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (CEAPRC), en el Viejo San Juan. Al cabo de 36 años de encarcelamiento durante los cuales pasó 12 en aislamiento y otras arbitrariedades ameritan a López Rivera exponer con autoridad sobre el tema.
Como parte de la actividad antes de dar paso a la exposición de López Rivera, se presentó a la cantante Choco Orta, quien interpretó varias estrofas de una canción de su autoría dedicada al hoy exprisionero político. En tanto el portavoz del Comité, licenciado Eduardo Villanueva en introducción al tema expuso que en el modelo capitalista la política de “laize fair”, el encarcelamiento es parte de ese modelo el cual se ha incrementado con la política de la “mano dura contra el crimen”. En el caso de Estados Unidos señaló que a partir de la presidencia de Richard Nixon, y su política de “guerra contra las drogas”, mientras el 60% de la población en ese país es negra, hay más personas negras en prisión que en las universidades.
En ese hilo conductor López Rivera expuso que en EE UU hay dos sistemas carcelarios que son el estatal y el federal, y que es en la época de Nixon que comienza a tomar forma la idea de un sistema público y otro privado. Esto bajo la teoría de las élites de que en EE UU había un “exceso de democracia”. Según expuso el sistema privado fue diseñado para detener el flujo de inmigrantes por lo que la mayoría de las personas que están en estas prisiones son indocumentadas centro americanos. En tanto el sistema federal -aunque público- las políticas de la “guerra contra las drogas” han aumentado la población carcelaria.
López Rivera dijo que cuando llegó a la prisión de Leavenworth (Kansas) había 25 mil presos en el sistema federal hoy se estima que hay más de 50 mil presos en ese sistema. Como ejemplo de la política de Nixon de criminalizar el uso de las drogas el boricua criado en Chicago contó que en una primera visita a una prisión en Illinois, a la que fue invitado para hablarle a una comunidad musulmana se encontró con 12 presos que eran de su barrio en Chicago. Él creía que éstos se habían mudado-dijo- pero no. Contó que los jóvenes eran usuarios de drogas, quienes fueron arrestados al utilizar detectives especializados para arrestar a jóvenes en la comunidad puertorriqueña.
La política de Nixon fue seguida y aumentada bajo el presidente Ronald Reagan, quien cuando fue gobernador de California lo convirtió en el estado con más cárceles per capital de todo EE UU. López Rivera trajo el dato de que bajo la administración de Reagan se privatizó el sistema y más aun se abolió el derecho de libertad bajo palabra. Al día de hoy solo tienen derecho a libertad bajo palabra aquellas personas encarceladas antes de 1987.
Comparó que en el sistema privado hay alrededor de 250 mil presos cuyo costo es de más de $40 mil al año, mientras en el llamado público es de $6,800. Pero independiente de que la persona esté en una prisión pública o privada no hay nada en el sistema carcelario en EE UU que diga que el preso tiene otros derechos que no sean las tres comidas y una cama, el resto denunció, son “privilegios”. Si un preso rehusa lo que esa en la prisión de inmediato va al hoyo.
El patriota boricua expresó que la situación es peor para las personas indocumentadas ya que el privado lo que busca es maximizar sus ganancias. Un dato que llamó la atención es que en el sistema privado el dinero que la familia le envía a la persona en prisión es colocado en un banco comercial, los intereses de ese dinero los toma el banco. Otro dato que demuestra lo injusto del sistema es que aun cuando el preso trabaja 40 horas semanales lo más que llega a ganar son $120 dólares al mes.
López Rivera no paso por alto el que Puerto Rico tiene a dos mujeres en prisión por obedecer a sus conciencias, Ana Belén Montes y Nina Droz. Ambas denunció tienen problemas de salud a lo que manifestó que “podemos estar seguros que no van a recibir los servicios que necesitan”.
En relación a Puerto Rico calificó que las casi mil personas con cadenas perpetuas, es como estar en sentencia de muerte. En ambos escenarios el sistema carcelario calificó es uno injusto e inhumano. |