De izquierda a derecha Wilma Reverón Collazo, Juan Mari Brás y el Comandante Fidel Castro Ruz. La foto fue tomada en un estudio de la televisión cubana, en ocasión de celebrarse una Mesa Redonda con motivo de la celebración en La Habana de un seminario del Comité de Descolonización de Naciones Unidas sobre el caso colonial de Puerto Rico, en el año 2001. Fue la última vez que Juan y Fidel se encontraron. (Foto suministrada por Wilma Reverón Collazo)
Gestionar, consolidar y ampliar la solidaridad internacional con el pueblo de Puerto Rico y su derecho a la independencia siempre ha ocupado un sitial prioritario en las estrategias de lucha de la dirigencia independentista puertorriqueña. Así fue con Ramón Emeterio Betances, Segundo Ruiz Belvis, Eugenio María de Hostos, Pedro Albizu Campos. Y lo fue también con Juan Mari Brás, quien lideró la nueva lucha de independencia al frente del Movimiento Pro Independencia y del Partido Socialista Puertorriqueño desde 1959 hasta mediados de la década de 1980.
Wilma Reverón Collazo, destacada dirigente independentista de larga trayectoria y compromiso, compartió con Juan muchos años, esfuerzos, éxitos y traspiés en ese frente, sobre todo, en el foro de Naciones Unidas, donde el caso colonial de Puerto Rico se ventila desde mediados de los años ‘50, al calor del impetuoso movimiento de descolonización y liberación nacional que arropó a varios continentes desde los años ’60. De sus experiencias con Juan y el balance que en perspectiva histórica puede hacer hoy de él, conversamos con ella.
¿Cuándo, dónde y por qué motivo conociste a Juan?
“Conocí a Juan cuando comencé a trabajar con el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP) en el Comité de Buen Consejo. Yo estaba en la Universidad en ese momento, 1973. Estaba haciendo lo que hacían todos los militantes del PSP, ir a las reuniones del comité, vender Claridad en las luces de Monacillos y Muñoz Rivera y de vez en cuando íbamos al Comité Central a llevar periódicos y buscar periódicos. Ahí es donde tengo memoria de haber conocido a Juan por primera vez, o sea, de haber tenido conversaciones con él. Después, fue cuando vino el Bicentenario (de la independencia de Estados Unidos) en el ‘76, y yo estaba como pasquinadora – ‘abogada’ en las brigadas que estábamos pasquinando el cartel de la bandera de Estados Unidos en el piso y la de Puerto Rico en alto. Tuve que, en momentos, en el automóvil quitarme la ropa de pasquinadora y ponerme la de abogada porque venían los Policías a intervenir para arrestarnos. Juan se enteró de las maniobras que yo hacía y le estuvo lo más curioso. Yo estaba ya en la Escuela de Derecho. Me gradué en 1977, pero ya tenía guille de abogada.
“También me conocía porque estuve involucrada en la segunda inscripción del PSP, con Gina Cestero. A través de toda esa experiencia, que fue bien concentrada y bien intensa, de todos esos meses, yo también me tiraba a la calle como notario, a notarizar y también iba al Comité Central. Ahí fue que Juan y yo comenzamos a tener una relación de conocernos mejor, de él ver mi trabajo. Tú sabes que Juan no era persona fácil de ganarse su confianza.
“Me fui a estudiar, a fines del ‘78, a Cuba. Ahí conocí la Misión (de Puerto Rico en Cuba) de primera mano. Por cierto, el delegado en ese momento era Felipe Cirino Colón (qepd). No conocía nada de la Misión hasta que llegué allí como estudiante. Ahí me fui interesando en el trabajo internacional pero no me visualizaba como que me iba a ir por esa vía.
“Regreso a Puerto Rico. Mi esposo en aquel momento, Salvador Tió, lo nombran a dirigir la Corporación de Servicios Legales en Nueva York. Nos vamos para allá en agosto de 1979. Un mes después salen (de prisión) los Nacionalistas (se refiere a Lolita Lebrón, Rafael Cancel Miranda, Irvin Flores Rodríguez y su tío, Oscar Collazo). Cuando tío Oscar llega a Puerto Rico, una de las áreas donde él se incorpora a trabajar es en el Comité Puerto Rico en la ONU (COPRONU), siendo uno de los fundadores del Comité, junto con José Milton Soltero, Piri Fernández de Lewis, que lo presidía. COPRONU estaba compuesto por el PSP, por el Partido Nacionalista, el Partido Comunista, entre otros. Me incorporé al trabajo del Comité Puerto Rico en la ONU, y cuando da la coincidencia de que me mudo para Nueva York, COPRONU decide que es un buen momento para montar algún tipo de oficina en Nueva York y me designa como delegada ante Naciones Unidas.
“Establecimos lo que se conoció como la Oficina de Información Internacional sobre la Independencia de Puerto Rico, que era dirigida políticamente por el COPRONU, y lo que se fundó también en el verano de 1980, el Comité Internacional de Solidaridad con la Independencia de Puerto Rico, que presidió el doctor José Herrera Oropeza, el venezolano amigo de la independencia de Puerto Rico, muy amigo de Juan y de José Milton. Desafortunadamente, Herrera fundó esa oficina en junio, julio de 1980, y ya en noviembre había muerto por cáncer. El Comité murió ahí. Pero el trabajo de la Oficina ante Naciones Unidas sí continuó.
“Tengo que decir que todo fue gracias a Juan, que ya me había conocido. Cuando se estaba barajando quién debería dirigir la oficina que se creara para las Naciones Unidas, Juan propuso que fuera yo. Yo no tenía experiencia internacional previa. Ahí empecé el trabajo internacional de la mano, bajo la dirección política e ideológica de Juan, con el Profe José González González como mi maestro in situ, y con Rafi Anglada, que iba y venía y caminaba los pasillos de Naciones Unidas conmigo, y el doctor Soltero, que eran, básicamente te diría, mis maestros. Estuve ahí hasta el ‘85.
“Como iba a dirigir esa oficina, que pertenecía a COPRONU, que era como una sombrilla unitaria, se decidió políticamente que yo no fuera miembro con carnet del PSP y que me mantuviera como un ente independiente. Pero en realidad, mi dirección política venía del PSP.”
¿Qué papel jugó Juan en ese trabajo en Naciones Unidas?
“Juan iba todos los años, por lo menos una vez, quizás más, a estar al frente del trabajo ante Naciones Unidas. Él siempre fue el estratega principal de todo. Por ejemplo, Juan con Cuba, y con Ricardo Alarcón principalmente, son los que desarrollan la estrategia de lograr que el Movimiento de Países No Alineados se pronuncie a favor del derecho de Puerto Rico a la libre determinación e independencia. Eso fue en 1964, en el Cairo. El Comité Especial de Descolonización (conocido como Comité de los 24, por la cantidad original de integrantes) se había creado en el 1961, se aprobó una resolución en el ‘61, y en el ‘62 se establece. Con esa resolución (la de los No Alineados) se lleva al Comité Especial de Descolonización para que el Comité tomara nota de que los No Alineados se habían expresado. Ahí es que ellos empiezan a abrir la puerta del Comité. Eso es lo que desemboca en la aprobación de la primera resolución sobre Puerto Rico en el ‘72. En el ‘73, como resultado de la aprobación de esa primera resolución en el 1972, se oyen los primeros peticionarios puertorriqueños, que fueron Juan Mari Brás y Rubén Berríos. Juan estuvo hablando un día completo. Ahí es que se empiezan a abrir las puertas. De ahí en adelante el esfuerzo de COPRONU era, con la dirección de Juan, que una vez se abre a peticionarios, tratáramos de que los peticionarios fueran especializados y que no se repitieran. Ahí se desarrolla toda una estrategia concebida por Juan de llevar, por ejemplo, una ponencia que fuera sobre militarismo, una que fuera sobre la represión política, una que fuera sobre la cuestión de la lucha de Vieques, etc. Tratamos de que las ponencias fueran especializadas para que entonces el Comité tuviera ante sí la información más amplia, más especializada y más profesionalmente hecha de personas sumamente preparadas que llevaban esas ponencias. Eso funcionó así por varios años, pero desafortunadamente se ha perdido esa capacidad de organizar el trabajo así.”
¿Qué tú consideras que fue la principal aportación o aportaciones de Juan en ese trabajo de solidaridad internacional?
“Juan tuvo la visión de la importancia de que el trabajo internacional no fuera un trabajo aislado y desconectado de lo que estaba pasando en Puerto Rico. El trabajo internacional tenía que reflejar las luchas que se estaban dando en Puerto Rico. A la misma vez, la concepción del PSP y de Juan de que éramos una sola nación incluyendo a la diáspora puertorriqueña, posibilitó que se hiciera un trabajo que contara con la ayuda y la participación de los sectores progresistas de los puertorriqueños en Estados Unidos, tanto la aportación de recursos humanos como económicos. Juan también fue siempre promotor de que nosotros no solamente recabáramos apoyo, sino que también fuéramos solidarios y diéramos apoyo. Por eso esa solidaridad siempre ha sido en dos vías, de Cuba con Puerto Rico, como lo es ahora con Venezuela. Todas esas son muchas de las aportaciones y de las visiones estratégicas a largo plazo de Juan, de no encapsular las cosas, de tener esa mirada amplia y poder conectar los puntos de cada cosa para que el trabajo fluyera, se integrara y fuera recíproco. Como ahora, estamos enfrentando las luchas ambientales de las comunidades de Peñuelas, eso es un trabajo que se refleja en las denuncias que se hacen en el Comité de Descolonización, porque aunque no sea una lucha contra el imperio o una lucha contra el colonialismo per se, es una lucha que es consecuencia de la falta de poderes del pueblo para poder tomar decisiones en defensa de su medioambiente. Éste es el tipo de forma de pensar y analizar que Juan siempre enseñó. No solamente con su retórica, sino con su obra.”
¿Qué puedes decir de la opinión que tenían líderes o jefes de estado y de gobierno, sobre Juan como dirigente político y revolucionario?
“A mí me consta, por ejemplo, porque lo oí de anécdotas tanto de Juan, como de José Milton Soltero, del cariño, el respeto y la admiración que ellos lograron establecer con Salvador Allende, en Chile. Cuando he ido a Chile, el legado de Juan siempre está presente, en términos de las relaciones que en un momento dado tuvo con un amplio espectro de los políticos chilenos. Nosotros vamos y nos reciben todos los partidos, los Socialistas, los Comunistas, todos. Definitivamente, Juan tuvo la capacidad de llegar a mucha gente y a muchos sectores ampliamente, con mucho respeto y mucha generosidad de parte de todo el mundo.
“Juan tenía también una relación muy especial con Fidel Castro. Él recordaba con mucho cariño un viaje que hizo a Cuba donde coincidió con Gabriel García Márquez y Fidel se los llevó a los dos a pescar. Y pudieron tener ese compartir, esa conversación de tres hombres gigantes, sin inhibiciones en ese momento porque no tenían por qué inhibirse en lo que decían cada uno.”
Con Alarcón tuvo una relación estrecha
“Ése es su hermano. Al día de hoy, el centro de distensión es la Misión de Puerto Rico en La Habana. Eso es otra cosa, es un nivel de hermandad y de cariño, de solidaridad, de los muy especiales que se crean en la vida. Se conocieron desde estudiantes, de cuando la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU).
Sé que en el Movimiento de Países No Alineados él era una figura destacada como líder latinoamericano.
“El respeto que tenían Juan y el Partido Socialista en aquella época conminaba a que hubiera esas relaciones de confianza. Te puedo decir de los viajes que hice con él, por ejemplo, a Caracas. José Vicente Rangel, que fue Vicepresidente de Venezuela, todo el liderato venezolano, incluso los que están en la oposición hoy día, de adecos, de copeyanos. Juan tenía esa capacidad de relacionarse más allá del círculo estrecho de la izquierda socialista. Él podía tener una relación con socialdemócratas, incluso con personas conservadoras. Él hacía los cuentos de, incluso, con Carlos Andrés Pérez. Venezuela tiene esa característica de que aún estando bajo gobiernos de derecha, apoyaba la independencia de Puerto Rico. Y eso en parte fue el resultado del trabajo de Juan, de ganarse el respeto en esos círculos.”
¿Siempre estuviste de acuerdo con sus posturas políticas, sus posiciones políticas?
“Fíjate, llegamos a discrepar. Creo que hubo uno de los plebiscitos de estatus, que la posición que adoptó Juan fue de boicot, abstención. Juan estaba en el Congreso Nacional Hostosiano. Yo no estuve de acuerdo, pensé que había que votar por la independencia. Fui, voté y trabajé con el PIP. Aparte de esas cosas aisladas, te diría que no hubo grandes diferencias. Diferencias ideológicas ninguna.”
¿Cuándo fue el momento en que consideraste a Juan como un líder del país, no como dirigente de una organización política?
“En el trabajo internacional él siempre fue un líder de todo el mundo. Todo el mundo reconocía el liderato de él en el trabajo internacional.
“En el trabajo en Puerto Rico… las luchas que se dieron contra las minas en el centro de la Isla. Juan ya ahí se establecía como un líder a nivel nacional, fuera de línea política partidista. Y en esas luchas, lo que fueron las luchas obreras y las luchas ambientales, Juan siempre fue destacado como líder y como estratega de todas esas luchas, por encima de que fuera del PSP. Creo que el país en general lo veía como tal. Tan así era que la razón por la cual atacan al PSP y llegan al extremo de matar al hijo de Juan, es precisamente porque Juan ya está establecido como un líder a nivel nacional, con el respeto y el liderato de todo el mundo. Ahí es que se convierte en un verdadero peligro y una amenaza para todo el sistema, para Estados Unidos. Si no hubiera sido considerado ya como un líder con el prestigio y la honestidad que le caracterizaba no hubieran sido tan crueles, tan beligerantes, tan hostiles hacia él, como fue todo el operativo de COINTELPRO al extremo que se llevó contra el PSP, la bomba en Mayagüez el 11 de enero. Todo eso para mí es síntoma claro de que se veía como una amenaza real su liderato.”
De sus características como ser humano, ¿cuál piensas que es la más importante?
“De las cosas que yo más atesoraba de Juan era la humildad de Juan, que mucha gente no entenderá, porque hay gente que confunde la timidez de Juan con arrogancia. Juan era un ser esencialmente tímido. Tenía ese desdoblamiento de que era un ser tímido, pero cuando le ponías un micrófono en la mano, le ponías una maquinilla en la mano, se convertía en otra persona. También había pasado muchas cosas terribles, como fue el asesinato de su hijo, y eso también lo hizo una persona que se aislaba un poco, que no hacía amistades fácilmente, fuera de la brega política. Pero en esencia era un hombre humilde. Juan tenía la capacidad de relacionarse de tú a tú.
“Hay una cosa que también me llamó mucho la atención, era el respeto que él le tenía a las mujeres, en términos de que Juan siempre propició y facilitó que las mujeres dentro del Partido Socialista, y mujeres como yo, asumiéramos liderato. El trato era uno de respeto, un trato de compañera de lucha. Como otros líderes independentistas varones, tú siempre sientías como esa diferenciación de género, de ‘tú eres mujer, por lo tanto, tal vez no hay que hacerte tanto caso’. Pero Juan no, Juan escuchaba.
“Podía ser volátil, porque era un ser humano, y algunas personas se intimidaban con él, cuando abría esos ojos saltones azules y parecía que se le salían pa’ fuera, por algo que uno decía... Pero fuera de ocasiones aisladas, yo te diría que Juan era un hombre humilde, un hombre generoso con su tiempo y con su dinero. Siempre, aunque tú supieras que a lo mejor ése era el único cheque que le iba a llegar de un caso esa semana, él insistía y si no lo dejabas pagar te metías en un problema, porque él era una persona que le gustaba convidar a la gente, le gustaba compartir. Le gustaba mucho estar con su familia también. Eso es muy admirable. Fue un tremendo padre. Tal vez no fue el mejor de los esposos, eso no era su fuerte. Pero como padre yo entiendo que sus hijos lo aman inmensamente, porque se lo ganó, porque siempre estuvo ahí para ellos. Y como compañero de lucha, era invaluable.”
¿Cómo lo comparas con líderes anteriores a su época?
“Juan tenía la inteligencia de un Betances, de un Hostos, de un Albizu Campos, tenía la entrega de todos esos líderes. Lo único que te diría que diferenciaba a Juan, no sé si por su formación marxista, es que era más práctico, pensaba más las cosas, era más estratega, no era tan lanzado a la aventura, aunque se tiró unas cuantas. Era mucho más calculador en su trayectoria política. Sí le criticaría que a veces era demasiado abogado. Él era muy apegado al Derecho, un excelente abogado y le daba mucha importancia. Claro, estableció jurisprudencia, los casos de libertad de expresión en este país, con los casos del PSP, con las pasquinadas. Pero a veces se enfocaba mucho en lo legal. A lo mejor hubiera podido tener un balance más cercano a las luchas del pueblo.
“Yo sé que Juan también tuvo sus injerencias en otros métodos de lucha, pero era un hombre complejo en ese sentido. Él tenía esa gran influencia de Hostos, que era una mente más filosófica, pensante, legalista, pero a la misma vez tenía esa admiración y esa influencia del Nacionalismo, y a la misma vez era un betancino comprometido con toda la gesta de Betances. Trató de ser como un acopio de esos tres grandes hombres, lo cual obviamente no era fácil. Creo que logró, en gran parte, establecer él, con sus propios méritos, sus aportaciones en cada una de esas áreas de la lucha. Estoy segura que él se quedó con el sentido de que hubiera podido hacer más, porque ésa era la mirada que tenía cuando se estaba despidiendo. Había como una tristeza en su mirada, de que no logró llevar a puerto seguro el barco que por tanto años él había timoneado.
“Juan es como una fusión. Él pudo acoger de cada uno de estos grandes líderes nuestros, y ciertamente logró poner sus propias aportaciones en esos campos. Juan, en ese sentido, logró que cada una de esas áreas se cubriera. Unos podrán diferir, si fue correcto haber tirado a Luis Lausell como candidato a gobernador, si fue correcto disolver el MPI para crear el PSP. Juan al final decía que fue un error fundar el PSP en vez de quedarse como MPI. Entonces yo siempre le decía, ‘sí, pero el segundo error fue disolver el PSP’, porque después los cuadros que se habían creado en el PSP quedaron como dispersos. Aunque te diría que casi todos los cuadros del PSP siguen activos en la lucha, la gran mayoría están con el compromiso, que es como un tributo a Juan también.”
¿Como influyó la figura de Juan en tu forma de pensar sobre Puerto Rico y la lucha por la independencia?
“Cuando uno empieza en la lucha, uno empieza a desarrollarse ideológicamente en una dirección u otra. Yo había estado militando en el PIP, que era un partido socialdemócrata, y después entro al PSP, que es un partido socialista. La visión del PSP marxista leninista se convirtió en mi visión ideológica, por lo mismo de uno escuchar a Juan, leer a Juan, y optar por decidir tu militancia política bajo el liderato de Juan. Ideológicamente, lo que me define a mí como socialista o lo que me lo solidifica, me lo reafirma, fue tener esa oportunidad de tener la dirección política de Juan. Y de poder entender también… sabes que siempre ha habido esa vieja dicotomía en la lucha, de que si lo importante es la independencia, no el socialismo, que si lo importante es el socialismo, no la independencia. Juan tenía una visión que fusionaba y borraba la división y la contradicción entre ambas cosas. Nosotros no tenemos forma en este país de lograr un sistema de justicia social para los trabajadores sin la independencia, porque mientras seamos colonia de Estados Unidos ni pensarlo. Ése es el tipo de formación ideológica que viene de tú poder nutrirte de una persona como Juan, no solamente en su pensamiento, en su oratoria, en sus escritos, sino también en su práctica de cómo llevar a cabo la lucha. Ése es mi gran maestro en ese sentido. Yo he tenido tres grandes maestros, he sido bien afortunada. El primero fue Oscar Collazo, porque yo empecé a tener correspondencia con él siendo una niña. A través de la correspondencia con Oscar Collazo fue que mi sentimiento independentista creció, pero todavía no estaba en el proceso de formación ideológica. Y obviamente tío Oscar desde una cárcel en Estados Unidos –porque él era socialista, tío Oscar se convirtió en socialista en su proceso durante la cárcel– él no iba a empezar a hablarme de marxismo en cartas de la cárcel. Después, el encuentro con Juan, y obviamente el encuentro con Noel Colón Martínez, que sigue siendo un referente muy importante para mí. Esas tres personas son puntuales, pero el que más influencia tuvo en mi formación integral completa fue Juan.” (Claridad)
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