El 30 de octubre de 1950 estábamos en la prisión federal de Tallahassee, Florida, el nacionalista Ramón Medina Maisonave y yo, por habernos negado a inscribirnos en el ejército estadounidense. Inmediatamente que los carceleros supieron de la Insurrección Nacionalista en Puerto Rico, nos sacaron de los dormitorios y nos encerraron en unas celdas en solitaria, dizque "para que no nos escapáramos".
Estando encerrados en esas celdas oigo a través de un radio la noticia sobre el ataque a la Casa Blair, residencia temporal del presidente de los Estados Unidos, el 1ro de noviembre de 1950, realizado por Oscar Collazo y Griselio Torresola. Recordando ese momento publiqué el siguiente poema en 2014, dedicado a mis compañeros de lucha Oscar y Griselio.
Oscar, Griselio
1ro de noviembre de 1950 Ataque a la Casa Blair
Puertorriqueño, hermano mío, nunca escondas tus raíces, o nunca sabrán tus hijos por qué viven donde viven.
No sabrán de su historia, de sus héroes y heroínas, y de las gestas gloriosas de aquellos nacionalistas.
Y de que hemos luchado con valor y sacrificio contra poderes malvados, contra dos imperialismos.
Y que hemos resistido más allá de lo posible, los canallas no han podido contra un pueblo que no se rinde.
Y que década tras década, en verano o en invierno, les hemos dado pelea y jamás nos rendiremos.
Siente orgullo, boricua, dondequiera que te encuentres, llevas contigo escrita una historia de valientes.
Oscar Collazo, Griselio, nunca olvides esos nombres, pues por ti se atrevieron traspasar el horizonte.
¿Quién era el presidente de los Estados Unidos en 1950? Nada menos que Harry Truman, el que ordenó el ataque con bombas atómicas a Hiroshima y Nagasaki, donde murieron miles de seres humanos. También tuvo mucho que ver con la creación de la farsa del Estado Libre Asociado, que se usó para intentar ocultar al mundo el coloniaje en Puerto Rico. ¡Gracias Oscar, gracias Griselio! |