Si no es un abuso lo que cometen los llamados “federales” contra la puertorriqueña Nina Droz Franco, entonces ¿qué es?

Primero, los federales la seleccionan entre los miles de manifestantes que el 1ro de mayo pasado protestaban por la imposición de la Junta de Control Fiscal en Puerto Rico, y la arrestan. Luego, es la única del grupo de arrestados que encarcelan sin derecho a fianza en la cárcel federal de San Juan. No le proveen los medicamentos para su condición de salud. La aíslan en un calabozo sin informarle ni a ella ni a sus abogados durante más de dos semanas la causa para tal castigo. Cuando finalmente le notifican que será devuelta a la población general de la cárcel, le indican que no podrá recibir visitas de sus familiares durante 6 meses. ¿Por qué este ensañamiento contra Nina, de quien todos los que la conocen dan fe de su buena reputación? Acaso será que los “federales” usan a Nina para aterrorizar al pueblo en general y a los jóvenes en particular para que no protesten por los abusos de poder que día a día se cometen contra ellos. ¿De dónde viene la orden?

Esos mismos abusos se cometen día a día contra las personas que protestan por el crimen que constituye la contaminación causada por las toneladas de cenizas tóxicas producidas o depositadas en los pueblos de Guayama, Humacao y Peñuelas. ¿Para quién trabaja la Policía de Puerto Rico? El pueblo paga sus salarios y los y las policías persiguen a ese mismo pueblo para proteger a la empresa criminal AES, la cual fue expulsada de la República Dominicana. No hay que ser un genio para ver que detrás de todo esto hay un plan para aterrorizar.

¿Por qué se moviliza a cientos de policías en motoras, caballos, helicópteros y vehículos oficiales para aterrorizar a un pequeño grupo de gente buena, ciudadanos que se movilizan para proteger la salud no solo de sus comunidades en Peñuelas, Guayama y Humacao, sino la de todos los puertorriqueños? ¿Tendrá algo que ver con esto la dictatorial Junta de Control Fiscal que en la actualidad gobierna en Puerto Rico?

Saben ustedes, mi gente, que el gobierno colonial de Puerto Rico está vendiendo nuestros recursos usando como excusa la crisis de la cual ellos han sido cómplices. El pueblo está pagando por los platos rotos que otros rompieron. Me parece que una auditoría independiente aclararía muchas cosas que ni el gobierno colonial, ni la llamada Junta de Control Fiscal quieren que se aclare. ¿Por qué será?

Como puertorriqueño que se respeta a sí mismo, quiero expresar las gracias a todas y todos los que de una manera u otra protestan contra esta nebulosa deuda, así como contra la contaminación de las cenizas producidas por la empresa estadounidense AES.