“Mi patria es Puerto Rico, cuyo recuerdo
me obsesiona” (Ramón Emeterio Betances).
Las fuerzas convocaban a la discordia ese domingo 11 de junio. Primero, en la consulta de estatus que se llevaba a cabo en Puerto Rico y, segundo, en el Desfile Puertorriqueño que se celebraba en Nueva York. Fue un fin de semana de tirantez y desasosiego. Las tensiones no aminoraban y Puerto Rico se destacaba con prominencia en la prensa internacional por ambas razones y -en grado menor-, por ser una fecha en que los boricuas honran la bandera puertorriqueña.
En las redes sociales, los bandos expresaban su parecer con una pasión y en una especie de tiraera como si quisieran imitar a los exponentes de ese cuasi-género del momento. En el plebiscito, varios sectores decidieron hacer llamados a boicotear la consulta: el independentista, el que se identifica como soberanista y el que representa el status-quo, Estado Libre Asociado o territorio. Es preciso decir que el llamamiento al boicot enervó a muchos, principalmente al sector anexionista y quienes creen que democracia significa votar en las elecciones y consultas y solo eso.
En el Desfile, la garata verbal que se formó por la participación de Oscar López Rivera parecía una controversia sin fin que parece no haber terminado.
Sin embargo, el lunes se disipaban algunas nubes. Minutos después del mediodía, aparecía en una red social la imagen de un hilo dorado trenzado, con el título: “Thread”. En las redes, un thread es una conversación que se inicia con un primer mensaje y los mensajes posteriores van hilvanados al original, por lo cual se puede tener una “historia” al leerlos todos en el orden en que fueron generados.
Cuando vi la imagen del hilo dorado con la palabra thread, me sonreí, pues, muy creativamente, alguien le había colocado una imagen sólida a un concepto virtual. Esa imagen provocó en mí una reflexión sobre cómo intenciones divisionistas, sin quererlo, terminaron tejiendo un hilo conductor más firme entre los boricuas de acá y los boricuas de allá.
“Una imagen sólida de cómo la conexión con nuestros hermanos boricuas ‘al otro lado del charco’ se fortaleció durante ese fin de semana y se convirtió en un hilo continuo en una conversación relevante e infinita. Efectos secundarios involuntarios de las controversias sobre Oscar López Rivera en el Desfile Puertorriqueño en Nueva York y el llamado plebiscito en Puerto Rico.
Me siento bendecida”.
(endi.com/minhpuertorico.org)
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