Naciones Unidas, 19 jun (PL) El líder independentista puertorriqueño, Oscar López Rivera, denunció hoy en la ONU el impacto de la presencia colonial de Estados Unidos en la isla caribeña, que data de 1898.
Al intervenir en una sesión del Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas, dedicada a analizar la situación de Puerto Rico, advirtió López Rivera que la despoblación ha sido una de las prioridades de la potencia colonial.
En la actualidad cinco millones de puertorriqueños viven en la diáspora, mientras menos de tres millones 500 mil lo hacen en la isla, precisó.
De acuerdo con López Rivera, el desempleo, la inseguridad social y la privatización se han combinado bajo la dominación norteamericana para generar un escenario de pobreza y desesperanza, ante el cual muchos, incluyendo profesionales y personal capacitado, optan por emigrar.
Se trata de un problema que amenaza con llevarnos a la pérdida de nuestra patria, identidad, cultura y de todo lo que nos hace puertorriqueños, subrayó el recién excarcelado luchador, quien cumplió por sus ideas casi 36 años de prisión en Estados Unidos.
El independentista afirmó aquí que una vez más se demuestra que el colonialismo constituye un crimen contra la humanidad y debe cesar.
López Rivera también denunció los daños representados por una junta de control fiscal impuesta por el Congreso norteamericano para lidiar con una deuda de 72 mil millones de dólares, mecanismo al que acusó de tener como objetivo saquearle hasta el último centavo en el bolsillo a cada puertorriqueño.
En ese sentido, aseguró que la situación actual de la isla es peor que la existente hace 36 años, cuando fue encerrado por sus ideas.
Según el patriota boricua, su pueblo necesita hoy más que nunca el apoyo mundial, y que la Asamblea General de la ONU se ocupe del caso, hasta lograr el fin del estatus colonial.
López Rivera defendió la esperanza de que un día Puerto Rico sea descolonizado y disfrute la soberanía y la autodeterminación como un miembro más de la comunidad de naciones.
Respecto a su situación personal, afirmó que los casi 36 años de cárcel en Estados Unidos no han debilitado su lucha, porque cuando se está del lado de una causa justa y noble, nada debe considerarse un sacrificio.
'Pese a todos esos años, regresé a casa con la cabeza en alto, y mi honor, mi dignidad y mi espíritu mas fuertes que cuando ingresé en prisión', sentenció.
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