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Entrevista al intelectual y político puertorriqueño Julio Muriente Pérez: “La mayor parte de la sociedad se opone a la anexión a Estados Unidos” PDF Imprimir Correo
Escrito por Tomás Forster / Nodal   
Martes, 13 de Junio de 2017 20:51

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Julio Muriente Pérez es dirigente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), profesor universitario y un destacado intelectual puertorriqueño. En este ida y vuelta con Nodal, analiza la consulta por el estatus de la isla, realizado el domingo pasado, y critica el proyecto anexionista del gobernador Ricardo Rosselló que pretende convertir a Puerto Rico en el estado 51 de su vecino del norte. Además, Muriente Pérez se refiere a la posibilidad de construir un camino de unidad entre todas las fuerzas políticas que busquen, según sus propias palabras, “avanzar en la ruta de la descolonización verdadera”.



El gobernador Rosselló exhibió el resultado de la consulta del domingo último como un triunfo y la oposición como una derrota del oficialismo por la escasa participación electoral, ¿cuál es su mirada al respecto?

Primero que todo, debe dejarse establecido que no fue un plebiscito. En esa consulta no se plebiscitó nada. Para plebiscitar hay que tener un poder político que permita implementar el resultado de los votos. En una colonia, como lo es Puerto Rico, ese poder político es el gran ausente, justamente por nuestra condición colonial. Fue una consulta impuesta por el partido anexionista (Partido Nuevo Progresista, PNP) que controla la administración colonial, en su afán por adelantar su objetivo de convertir a Puerto Rico en estado de Estados Unidos. Y de ninguna manera comprometía a Estados Unidos, que posee a Puerto Rico desde el 25 de julio de 1898, cuando en el marco de la Guerra Hispano-cubano-americana fuimos tomados como botín de guerra. La consulta, para la cual se invirtieron más de ocho millones de dólares del erario público—en tiempos de crisis económica—fue un fracaso total para los anexionistas. Casi ocho de cada diez electores no fue a votar como una muestra de rechazo a la misma, por razones diversas. El alegado 97% de los votos alcanzados por el anexionismo es una vulgar farsa. Es el 97% sobre el 22.99% de participación.

¿El oficialismo fracasó en darle mayor amplitud política a la consulta por el estatus?

Ellos corrieron solos. La mayoría del espectro político del país se negó a validar la farsa del plebiscito con su participación. Aún así, el PNP tuvo la cifra de votos más baja desde su fundación, hace medio siglo. Esto confirma que el movimiento anexionista en Puerto Rico es minoritario y la mayor parte de la sociedad se opone a la anexión a Estados Unidos. Rechazamos tajantemente el carácter pretendidamente anticolonialista del anexionismo. El anexionismo es la consumación del colonialismo. Y es aún peor que el colonialismo porque es el intento de hacer desaparecer a una nación caribeña y latinoamericana como lo es Puerto Rico.

¿Por qué fue tan bajo el nivel de participación electoral?

Porque, desde temprano, “se le vio la costura” al carácter fraudulento de la consulta. Esta es la quinta consulta de su tipo en cincuenta años (1967, 1993, 1998, 2010, 2017), y está harto comprobado que las mismas no conducen a ningún lado, que son una pérdida de tiempo que generan algunas expectativas y muchas frustraciones. Existe un descrédito generalizado hacia las instituciones partidarias y gubernamentales, que han perdido la confianza de la población. (En las elecciones generales celebradas en noviembre de 2016, la abstención fue del 45 por ciento, cifra sin precedente). Hay un gran rechazo tanto al partido político que promovía la consulta, como al partido colonialista que se oponía a la misma (Partido Popular Democrático, PPD) y, en menor medida, al movimiento independentista partidista (Partido Independentista Puertorriqueño, PIP). La consulta ocurre en un momento de enorme fastidio social, de imposición de una Junta de Control Fiscal imperial, de deterioro de la calidad de vida y de implementación de terapia de shock sobre el pueblo, que se siente abrumado pero no sabe como salir de la situación.

¿Cómo incidirá el resultado del plebiscito en el escenario político de ahora en adelante?

Generará mayor obstinación obsesiva por parte de los anexionistas, que se rehúsan a reconocer que son rechazados por la mayoría del pueblo. Para ellos no ser “pro americano” es inconcebible. Habrá, entonces, mucha frustración en el sector anexionista. Ya anuncian otras iniciativas (Plan Tenesí, radicación de proyectos de ley en el Congreso de Estados Unidos). Lo que si es cierto es que ellos salen maltrechos y no les será fácil recomponerse. Estados Unidos, “ni para acá va a mirar’, que el problema no es de ellos sino de nosotros. Para nosotros, es una anacrónica agenda inconclusa. La situación en el PPD es impredecible, sobre todo porque no esta claro si los sectores reformistas estarán dispuestos a forzar cambios de orientación anticolonial. El independentismo tiene la oportunidad de aglutinar desde la diversidad, acercándose a libreasociacionistas y otros anticolonialistas, con el fin de producir un frente amplio anticolonial y soberanista. Ya se han dado los primeros pasos en esa dirección mientras el país es dirigido de hecho por la Junta de Control Fiscal imperial que debe ser el gran objetivo a vencer y combatir.

¿Cuál es la posición del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), respecto del estatus del país?

El MINH cree y lucha para contribuir a alcanzar la independencia de Puerto Rico. Nuestra consigna principal es “Independencia nacional, Justicia social”. Es una organización anticapitalista, que por su carácter movimientista no se define como socialista, aunque reconoce en el socialismo una ruta principal a seguir. A diferencia de las falsas consultas plebiscitarias, promovemos la creación de una Asamblea Constitucional de Status, que represente plenamente a nuestro pueblo y pueda hablar con una sola voz frente a Estados Unidos. Nos guiamos asimismo por el derecho internacional vigente que establece, primero que todo, el derecho inalienable de Puerto Rico a su autodeterminación e independencia. Consideramos imprescindible la unidad del movimiento independentista y la unidad de nuestro pueblo todo, en la lucha por la descolonización e independencia. El resultado de la consulta del 11 de junio se inscribe en ese contexto de lucha amplia para afirmar la nación y combatir el colonialismo y la anexión. Mas de medio milenio de condición colonial después, estamos convencidos de que otro Puerto Rico mejor es posible, en libertad y soberanía nacional, junto a los pueblos hermanos de Nuestra América.

¿Qué relación tiene el llamado plebiscito, que promovió el gobernador Rosselló, con la crisis económica que vive Puerto Rico y el ajuste que viene realizando la administración actual?

El “plebiscito” es, en fin de cuentas, un exabrupto, un adefesio sin pies ni cabeza, sin otra justificación que la obstinación enfermiza de los anexionistas. La crisis económica de Puerto Rico se retrotrae a la invasión militar y la absorción económica iniciada en 1898 y, mas recientemente, al colapso del modelo “Estado Libre Asociado” establecido por Estados Unidos en las postrimerías de la década de 1940. Entonces, en 1947, se aprobó una ley “de industrialización por invitación” o “de incentivos industriales”. El objetivo consistía en transformar a Puerto Rico, de una gran finca de caña de azúcar que había sido desde finales del siglo XIX, a un enclave industrial yanqui. Ello supuso la “modernización” del país. Comenzamos a ser una colonia “industrial”, espejo en el que Estados Unidos quería que se miraran América Latina y el Caribe, África y Asia. Con el paso del tiempo, Puerto Rico fue siendo cada vez menos atractivo para los inversionistas extranjeros, sobre todo de Estados Unidos. La competencia mundial era apabullante. Así fue colapsando el modelo de industrialización por invitación, sin que el país hubiera acumulado riquezas ni desarrollado una burguesía nacional, que era la de Estados Unidos, sino una sociedad proletarizada, modernizada y empobrecida. Lo que fracasó en Puerto Rico es el modelo económico impuesto por Estados Unidos. Y es el propio Congreso de Estados Unidos el que nos impone una Junta de Control Fiscal, no para ayudarnos a salir del atolladero, sino para asegurarse de que se pague la impagable deuda de más de 70 mil millones de dólares en la que incurrieron todas las administraciones a lo largo de décadas. En esas estamos, cuando a los anexionistas lo único que se les ocurre es que nos matrimoniemos precisamente con ¡los responsables de que estemos como estamos!

Prácticamente la totalidad de la oposición se opuso a la consulta por el estatus, ¿considera que ese posicionamiento común puede generar un grado mayor de unidad o las diferencias existentes no lo permiten?

Puede crear condiciones para adelantar acercamientos, con paciencia y comprensión de que las cosas no ocurren de un día para otro y de que existen diferencia ideológicas importantes. Contamos con experiencias históricas significativas, como la lucha contra la marina yanqui en la isla municipio de Vieques que nos ofrecen guías a seguir. En todo caso, no nos queda otra opción si queremos avanzar en la ruta de la descolonización verdadera. Somos optimistas. Inevitablemente optimistas. (nodal.am)

 

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