Me pregunto, y sé que muchos otros se preguntarán, bajo órdenes de quién están esos supuestos policías que sin identificación y en vehículos privados, secuestran jóvenes puertorriqueños que protestan por la imposición de una junta dictatorial y se manifiestan en defensa de los derechos de los jóvenes puertorriqueños a estudiar en la universidad pública. ¿Están acaso bajo las órdenes de la llamada coronela o del esbirro Héctor Pesquera, el apátrida, no el patriota?
Otra pregunta: ¿por qué se cometen actos de represión contra los jóvenes que reclaman que se audite la supuesta deuda y no se pone bajo arresto a los que ya se sabe que son los gestores de esa multimillonaria deuda? ¿No recuerdan la imagen de ese Ricardo Rosselló corriendo a excusarse con Richard Carrión del Banco Popular por unos vidrios rotos cuando con el endeudamiento de Puerto Rico ese banco hizo los millones suficientes, no para arreglar un par de ventanas rotas, sino para comprar varios edificios?
También se sabe que hubo inversionistas de Wall Street que cometieron fraude con la compraventa de los bonos de Puerto Rico. ¿Por qué no se les arresta? No solo no se les arresta, sino que el mismo gobernador colonial y su legislatura aprobaron leyes para impedir que se realizara una auditoría. ¿A quiénes encubren?
Cambiando de tema, gracias, mi pueblo, pues acabas de demostrar en este 11 de junio pasado, día de nuestra gloriosa monoestrellada que, como dijo don Abraham Lincoln, se puede engañar a un pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo un pueblo todo el tiempo. ¡Pa’lante, mi pueblo!
Y a continuación, unos versos para los que reniegan de su patria.
Los que creen que Puerto Rico
es un pueblo de idiotas,
quisieron pasarse de listos
y cogieron su tapabocas.
…..
Dígame usted, amigo mío,
¿qué ve usted cuando me mira?
¿ve usted a un gringo,
o a un cien por ciento boricua?
Porque de gringo ni un pelo,
eso ni por equivocación,
ni a Bush, ni a Trump me les parezco
de eso le doy gracias a Dios.
…..
Mire, si usted quiere agringarse,
vuele a los Estados Unidos,
cante el Star Spangled Banner,
pero no joda con Puerto Rico.
Que habemos puertorriqueños
que con orgullo sabemos serlo,
si usted no es uno de esos,
cambie su nombre a Míster Yemerson.
¡Y lárguese! Quédese usted por allá y que los buenos boricuas que se fueron empujados por la crisis colonial regresen a la patria en la que quieren vivir y tienen todo el derecho a hacerlo. |